Aunque le pongan murallas
A los Cielos penetrantes,
Romperé mil imposibles
Nunca dejaré de amarte.
Moisés i su hermano Aaron
A paso largo salieron,
Como obedientes huyeron
Del rebelde rei Faraon,
La Escritura por razon
Dice que aquellas batallas,
Eran quitar las vituallas
Faraon dijo con enojo:
Si pasan paso el Mar Rojo
Aunque le pongan murallas,
Seiscientos mil los hebreos
Que sin contar con los niños,
A quien Dios hizo cariños
Con amorosos deseos;
Ejipcios i filisteos
Seguian a los infantes,
Allí dos nubes radiantes
Guiaban aquella conquista
Con la oración fué la vista
A los Cielos penetrantes.
Llegando el lejislador
Con la fé que Dios lo ampara,
De pronto tendió la vara
Oh! pronóstico i favor,
Viendo esto el perseguidor
Dió la órden a sus terribles,
Vieron montañas visibles
Moisés, dijo en alta voz,
Con el ayuda de Dios
Romperé mil imposibles.
Para atrás miró el cristiano
I la vara sacudió
I en las aguas sumerjió
Al ejército tirano,
Dió gracias al Soberano
Hizo izar el estandarte;
Pasó el mar a la otra parte
Dijole al Rei de la Gloria
Señor, por tanta victoria
Nunca dejaré de amarte.
Al fin, luego que saltaron
Se hallaron en un desierto,
Un misterio descubierto
Por gracia esperimentaron;
Fué el Maná que allí tomaron
Mas dulce que toda miel,
Tocando una roca cruel
I codornices vinieron,
Cuarenta años estuvieron
En el pueblo de Israel.