EL SEÑOR A MAGDALENA

    Abre la puerta tirana
Te diré mi sentimiento,
¿Qué mas quieres que te diga
Yo de afuera i tú de adentao?

Jesucristo predicaba
Donde le oyó Magdalena,
No le dió dolor la pena
De la voz que ella escuchaba;
Del castillo que moraba
Cerró pronto la ventana
I la Deidad Soberana
Prorrumpió en el escondrijo
El mismo creador le dijo:
Abre la puerta tirana.

    El misterioso orador
Habló a la mujer sin fé:
Toma mi cruz, sigueme
I te absuelvo de tu error;
No haga el tiempo tu rencor
Para mi padecimiento,
Si acrecentas mi tormento
A arrodillarte te obligo,
Abre siquiera el postigo
Te dire mi sentimiento.

    En casa de un fariseo
Has de saber, pecadora,
Oirás mi voz redentora
Que os espera con desco;
Mi pasión será el recreo
I el Calvario mi fatiga,
Mi amor a todos prodiga
De lo eterno sin segundo,
Yo redimiré este mundo.
¿Qué mas quieres que te diga?

    De profetas anunciado,
Toma mis libros i ve,
I en feliz hora bajé
Desde lo Ave Eterno increado;
De mi padre fuí mandado
Quiero sacarte del centro,
Pues no has salido a mi encuentro
Siendo mi intención salvarte,
Ya ves que he venido a hablarte,
Yo de afuera i tú de adentro.

    Al fin fué la conversión
De la mujer sin tributo,
Cambió la gala por luto
I se fué donde Simon.
Allá recibió el perdon
I buscó a su hormano amado
Lázaro, el resucitado,
I Marta habló con fervor:
Así perdona el Señor
Al que llora su pecado.

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