EL DIABLO
EN LA CÁRCEL DE BUENOS AIRES

    A la cárcel entró el diablo
Llegó tocando las puertas,
Preguntó y el juez del crimen
El alcaide y juez de letras.

    Con decencia se paseaba
De futre que hacia alarma
Y su marcha era con calma
Como que la hora esperaba;
Un muchacho lo miraba
Y aquel dijo: por San Pablo,
Si se acerca mas, yo lo hablo
Y espero los resultados,
Y en busca de los empleados
A la cárcel entró el diablo.

    Le preguntó a un capitan
Que es de los procuradores,
Y los sábios senadores
De cámara a donde están.
Repetia en un refran
Que decia aquí hai cubiertas,
Hacen falsedades ciertas
A todo el jénero humano,
Y allí como parroquiano
Llegó tocando las puertas.

    Preguntó por el fiscal
Porque es otro que bien baila;
Le doi gratis una paila
De plomo en mi tribunal,
Y mirando a un oficial
Dijo: cuántos acá jimen,
Sin delito los oprimen
Todo esto lo averigüaba
Y a la guardia que allí estaba
Pregunto: y el juez del crímen.

    Hizo otra pregunta cruel
Adonde está el juez de alzada:
En una hora señalada
Necesito hablar con él,
Si se oculta en un bajel,
Ahi mi planta penetra;
Masedon, Ojiana y Petra
Tienen que hacerse presente
Con el señor Intendente
El alcalde y juez de letras.

    Al fin por los abogados
Preguntó y los tinterillos,
Andan trayendo los bolsillos
Todos mui bien apretados
Así los tengo alistados
Que ha sido como una mina
El que no ha comprado esquina
Tiene sitio en que vivir,
Esto les vine a advertir
Dijo: el diablo en la Arjentina.

Es propiedad de Nicasio Garcia

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