El reo Cabezas.

    Costó al infeliz la vida
Aquella accion tan menguada;
La sociedad fué vengada,
I la justicia cumplida.

    El tribunal condenó:
Toda protesta fué vana,
I de hoi dia en la mañana
El desgraciado espiró.
El crimen que cometió
Tan iracundo homicida
Fué de aquellos que no olvida
La sociedad un momento.
I hecho tan negro i violento
Costó al infeliz la vida.

    Con mano firme i segura,
Firmó el reo la sentencia
Que depara a su existencia
La postrera desventura
I aunque reanimar procura
Su alma, que está anonadada,
Se observa que en su mirada
El remordimiento mora
I que interiormente llora
Aquella accion tan menguada.

    Hoi, a las nueve, la jente
Que fué a presenciar el hecho
Hacia el local estrecho
I se ajitaba impaciente.
Pronto llega el delincuente
Con el alma acongojada,
I con la vista vendada,
Ya la esperanza perdida,
Entregando allí la vida,
La sociedad fué vengada.

    Las horrorosas proezas
Que llevó a cabo iracundo.
Le arrebataron del mundo,
De sus dichas i finezas
José María Cabezas
Con su conducta homicida,
Debia entregar la vida,
I la entregó resignado
Así fué el crimen espiado
I la justicia cumplida.

    En fin, roguemos por él,
I alcemos una oración
Que si obró con sinrazón.
El castigo fué harto cruel.
Tomemos ejemplo fiel
De un hecho tan concluyente,
Teniendo siempre presente
Aquel consejo bendito
Aborrece tú el delito.
Compadece al delincuente.

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