Al fin la iglesia chilena
Salió de la triste pena
De no tener un pastor;
Al fin cesó aquel estado
Y todo está ya arreglado
En la casa del Señor.
Don Marino Casanova,
Con su fiel conciencia proba,
Preconizado ya fué
Y en la iglesia Catedral
Hubo fiesta principal
Que yo mismo presencié.
Señores i majistrados,,
Jefes, cadetes, soldados,
Hubieron en profusion.
Damas bellas i elegantes,
Orquesta i muchos cantantes
Celebraron la funcion.
Su Señoria llustrísima
Presidia la hermosísima
Fiesta de solemnidad
Y a su lado los padrinos,
Jente de grandes destinos,
Lucian su majestad
Las señoras de Santiago.
En prueba de fé i halago
A su querido pastor
Le hicieron un gran regalo
Que, bueno mas bien que malo,
No se ha visto otro mejor.
Los militares andaban
Con trajes que enamoraban
Y con plumas de pompon,
Y todos los diputados,
Que se habian esmerado
En lujo i ostentacion.
Don Mariano, con su traje,
A mas que es gran personaje,
Estaba resplandeciente.
Y vestido de morado
Quedábamos estasiados
De admirar su continente.
Por fin la fiesta acabó
Y todo el mundo buscó
La puerta para marchar.
Pero ha sido funcion esta
Que por ser grandiosa fiesta
Nadie la podrá olvidar.