Aquel que ama a una deidad
Como la estima y la quiere
Cuando mas amor le tiene
O se muere o se le vá
Yo solicité una bella
De toda mi estimacion,
Le entregué mi corazon
Igual me confesó ella;
La miraba como estrella
I amé aquella realidad,
Su franca capacidad
Me hizo con frecuencia amarle
Lo mismo puede pasarle
Aquel que ama a una deidad.
Con celo, amor y coufianza
Juraron vuestros sentidos,
Como lo hacen dos queridos
Que distinguen la esperanza;
No ven la menor mudanza
Cuando el intento prefiere
Es como dardo que hiere
Esi la dama es constante,
Sin defecto es el amante
Como la estima y la quiere.
Poderoso fué el motivo
Que tuve para quererla,
Procuraré jamás perderla
De mi vista y mizatractivo
Que será cuando es esquivo
I olvido amargo sostiene:
El decirlo no conviene
A la bella que lo intente
Se va involuntariamente
Cuando más amor le tiene.
Con razón la quize tanto
Siendo el absoluto dueño
Que no tendré ni el diseño
Del modelo de mi encanto,
Me deshiciera en un llanto
Por saber a donde está,
Porque razón no vendrá
Por esperiencia he hablado
Siendo prenda de su agrado
O se muere o se le vá
Al fin, dueña de mi amor
Como puedo estar contento
Con la pena y sentimiento
De no verte, es mi dolor,
Siendo yo el merecedor
I objeto de tal placer
Privado de mi quererer
Ni viva ni muerta, esclamo:
Sin ver la belleza que amo
Que gusto puedo tener.
Nota: verso publicado por José Arroyo, ver; por Anónimo, ver El poeta del Sur, ver y por Desiderio Parra, ver.