LOS REOS EN EL BANCO

    Pena, congo[j]a i tristeza.
Qué dolor, qué sentimiento
Cuando los cinco llegaron
Al suplicio del tormento!

    El padre, el deudo el pariente.
El amigo, el conocido.
Aguardaba el estampido
I del rifle el estridente
Que tronara de repente,
Pero al salir de una pieza
Engrillados, no con priesa,
Todo labia se callaba
I en los reos se notaba
Pena, congoja i tristeza.

    Cada cual trajo en su mano
I su mirar era fijo.
A un precioso crucifijo
Imájen del Soberano.
El auditorio cristiano
Suspiraba en el momento
Esperando ese sangriento
Instante de toda calma,
I ellos tenian en su alma
¡Qué dolor, qué sentimiento!

    Los Ministro al oido
Les exhortaban, diré,
Aquéllos actos de fé
Que a muchos les han servido.
Todo esto fué respondido
I al banco se avecinaron,
Un segundo meditaron
I suplicaron perdon.
Se conmovió el corazón
Cuando los cinco llegaron.

    En el banco se sentaron
Nombrando a Jesus amante;
Por manos de un semejante
Los ojos se les vendaron.
Mas i mas ya se apuraron
Los confesores de intento.
Un corto razonamiento
Algunos vociferaron.
Diciendo ya los ataron
Al suplicio del tormento.

    Al fin, del piquete fueron
Separados con primores
Los que llaman tiradores
I la puntería hicieron.
Cuando la señal le dieron
Al jefe de esos cuidados.
Fueron tiros acertados
Heridos con eficacia,
I con el golpe de gracia
Los cinco fueron finados.

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