El crímen mas espantoso,
Lectores, doi a saber,
Un marido con crueldad
Le dió muerte a su mujer.
En Auquinco aconteció
Este delito salvaje,
El criminal, sin coraje,
Con lijereza arrancó.
Primero contaré yo
El detalle minucioso:
Siendo éste un fiel esposo,
En su hogar era pasivo
Y ocurrió como describo
El crímen mas espantoso.
Con Rosario Ballesteros
Fué el asesino casado
Y un dia llegó enojado
Por asuntos pasajeros.
Pasaba en gritos groseros
Para poderla ofender,
Ella sin hallar qué hacer
En la casa se ocultó
De lo que alli pasó,
Lectores, doi a saber.
Videla que era el marido,
Como infame delincuente
Con un garrote, impaciente,
Cuando la halló, enfurecido
Hizo tan grande maldad.
Para peor barbaridad
Le hundió como tres costillas,
Cometió estas maravillas
Un marido con crueldad.
Por esta grande cuestion
Ambos los dos se apartaron;
Pero al poco se juntaron
A instancias de un santulon,
Asi por esa razon
La calma empezó a volver.
Videla por su querer
Hizo el otro desatino,
Esta vez el asesino
Le dió muerte a su mujer.
Al fin aquel desgraciado
Como una fiéra rabiosa
Comenzó retar a su esposa
En un cuarto bien cerrado;
De ortigas tomó un atado
Y desnuda la ortigó,
Al verla inerte, sacó
Un puñal con precision,
Y al medio del corazon
Con rabia se lo clavó.
ADOLFO REYES.