“Señores, voi a narrar
Esta triste ejecucion
De Cárlos Cubillos i Alfaro
Que no tuvieron perdon.
La hora terrible suena
i los reos temerosos
salen de sus calabozos
al compás de la cadena,
la jente de angustia llena
toda principió a llorar
¡oh! que triste es contemplar
este gran fusilamiento
que hoi dia con sentimiento
señores, voi a narrar
Causó profunda tristeza
cuando los reos llegaron
al banquillo i se sentaron
con humildad i presteza
pagaron por su vileza
aquel tan negro borron
que hicieron sin refleccion
en el cerro del molino
a servir de ejemplo vino
esta triste ejecucion.
A las seis de la mañana
habia un grupo de jente
esperando anciosamente
la ejecucion tan tirana
cada uno allí se afana
por ver el ejemplo raro
donde pagaron tan caro
los dos reos desdichados
por hechos ejecutados
de Cárlos Cubillos i Alfaro.
Cuando a los dos los vendaron
llegaron los tiradores
i oyéronse los clamores
cuando ya les dispararon;
con sorpresa presenciaron
esa triste situacion
los padres con atencion
a los reos ausiliaban
quienes allí declaraban
que no tuvieron perdon.
Al fin, al banco sentados
ántes que los fusilacen
para que allí los vendasen
salen dos mui presisados
un piquete de soldados
se hallaba listo i al frente
esperando ya impaciente
la hora de ejecución
para la eterna mansion
marcharon dos delincuentes.