Doña Juana Gavernuta
Tiene una hija que en el piano,
Con gusto i a diestra mano,
Solo una pieza ejecuta;
I nadie se las disputa
En valses, polcas, cuadrillas
I otras tocatas sencillas
Probando mas de lo justo
Que en buen oido i en gusto,
La niña hace maravillas.
En el lenguaje vulgar
Una ópera es una pieza,
Aun cuando sea rareza
Tal cosa aqui mencionar;
Mas lo que voi a narrar
Lo exije asi i sigo el cuento
Pues a mas de Norma, un ciento
De otras cosas toca Estrella,
Así se llama la bella
Que es en el piano un portento.
Don Juan Parga las visita
Con mucha continuación
I en fuerza de la atraccion
Porque Estrella es mui bonita;
Su ventura es infinita
Siempre que contempla a Estrella,
I como la halla mas bella
Que los luceros del cielo,
Su mas incansable anhelo
Es estar al lado de ella
El, boquiabierto, la mira,
Ella se deja mirar,
Que es gran cosa esto de amar
Cuando de amor se delira;
I doña Juana que aspira
A mostrar siempre agudeza,
Dice alzando la cabeza:
Leo su intención, don Juan.
—¿Cual? —Quiere usted con afan
Que ella le toque la pieza.
—¡Será un gran placer, señora!
— ¡No ve usted! lo adiviné,
I por complacerlo haré
Que le dé ese gusto ahora.
Estrella, sin mas demora,
Tú papel no necesitas;
¡Anda! luce esas manitas
Tócale la pieza a Parga.
— Pero, mamá, ¡si es tan larga!
— Pues tócales otras cositas.