El Reloj de la Pasion

    Salve hora sagrada
en la cual oh Jesús mio,
te postras con tono pio
en la oracion venerada;
tu voluntad resignada
a la del Padre Eternal,
cargas el peso total
de nuestra culpa i pecado
i padeces de buen grado
pena i tristeza mortal.

    En la esencia de tu ser
sufres todos los tormentos
i los duros sufrimientos
que habias de padecer;
os conforta un ánjel fiel
sudas sangre en tu agonía
recibes a la alma impía
Judas os vende en un beso
i Ministros ex-profeso
os maniatan a porfía.

    Tus discipulos te escusan
eres a Caifás llevado
por un siervo abofeteado
falsos testigos te acusan;
de tu gran dulzura abusan
i te hacen reo de muerte
te escupen con triste suerte
i vendan tus bellos ojos
te maltratan a su antojo
hasta que te ven inerte.

    Tu cuerpo a la furia ofreces
tu rostro al que te ha burlado
i hasta, viéndote afrentado,
Pedro te niega tres veces;
ya que has sufrido con creces
Señor mio Jesucristo
te ofrezco i no me resisto
estas amargas querellas,
yo te doi gracias por ellas
divino i sagrado Cristo.

    Salve, hora sagrada,
en la cual todo el Concilio
te condena sin auxilio
sin una razón fundada
en la mañana notada
te dan atado a Pilatos;
por los judios ingratos
eres vilmente acusado
i opones silencio honrado
a sus miserables tratos.

    A Heródes te remiten
i eres por él preguntado
i a sus sayones malvados
es consiente que te griten;
blanca túnica te visten
Señor mio Jesucristo
te ofrezco i no me resisto
estas amargas querellas
yo te doi gracias por ellas
divino i sagrado Cristo.

    Salve momento sagrado
en la cual Jesus divino
te condenan i sin tino
a ser vilmente azotado;
de tu traje despojado
a la columna te atan
te hieren i te maltratan
te hacen mas atormentar
la sangre te hacen saltar
cual vil esclavo te tratan.

    Te colocan tus vestidos
despues de ellos te desiñen
con la púrpura te ciñen
i rien con grandes ruidos;
ponen sobre tus sentidos
de espinas la cruel corona,
sobre tu mano temblona
ponen por cetro una caña
i te proclaman con maña
Rei la multitud chillona.

    Ahí te escupen la cara
te abofetean con fiereza
te hieren en la cabeza
con una cañosa vara;
en esa figura rara
te repletan de dolores
te sacan con sus rigores
al público en tal disfraz
te posponen a Barrabás
te juzgan como a los peores.

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