El Cerro Negro, lector,
de repente se ha rajado;
aseguran que ha escapado
el Diablo del interior.
De un fenómeno espántoso
que de Coquimbo al oriente
ocurrió resientemente
i que ha sido mui ruidoso,
haré el relato forzoso
que me ha hecho un labrador:
despues de un corto temblor,
formando una ancha quebrá
se partió mitá a mitá
el Cerro Negro, lector.
Bastante ha dado que hablar
entre la jente miedosa
no quedó hombre en su chosa
que no lo fué a presenciar;
tambien se llegó a notar
que las fuentes se han secado
i las rocas han quedado
como la arena traviesa
siendo el cerro de una pieza
de repente se ha rajado.
El miedo i supersticion
tiene a todos con recelo,
creen que es castigo del cielo
o el fin de la creación;
mas de uno en aquel rincon
cree ya haber olfateado
olor a azufre quemado
i otros a voz en grito
desde el barranco el maldito
aseguran que ha escapado.
Es mui grande el hundimiento
trescientos metros de largo
cincuenta ancho i sin embargo
otros dicen que son ciento;
se ha sentido mucho viento
i un sofocante calor
no quedó planta ni flor
i ni un pájaro en su nido
pero es falso que ha salido
el Diablo del interior.
Es Alvarez don Ruperto1
que es de Coquimbo Intendente
el que habló primeramente
de encontrarse el cerro abierto;
a un injeniero despierto
mandó el Gobierno a la grieta;
va con facultad completa
de que si ha salido el Diablo
para el Hotel de San Pablo
lo remita de la jeta.
1 Ruperto Álvarez Figueroa, intendente de Coquimbo entre el 8 de mayo de 1891 y el 19 de julio de 1894. Perteneció al Partido Radical.