Cumpliendo con el lector
con la debida atencion
voi a dar la solucion
a mi charada anterior.
Es una imperiosa dama
conocida en el planeta
que sin campana o trompeta
i aun sin dar voces llama
I ya sea flaco o gordo
o de cualquier valimiento
a su augusto llamamiento
nadie puede hacerse sordo.
Que en morir siente placer
pues vuelve a resucitar
i al no poderla matar
nos hace ella padecer.
Que en todo sér tiene asiento
sin que se escape ninguno
que vive con el ayuno
i muere con el sustento.
Pero basta de pelambre
que ya se pasa la hora:
esta mui rara señora
apellidase: LA HAMBRE.