REMEDIO
PARA NO MORIRSE

    Lectores os voi a dar,
aunque me trates de niño,
una prueba de cariño
mas profundo que la mar;
si sabes aprovechar
mi consejo con anhelo,
si pones todo desvelo
en conseguirte el remedio,
vivirás por este medio
cien siglos por cada pelo.

    De Europa se embarcaron
cien viejos a la Florida,
tras la fuente de la vida
que los godos ponderaron;
todos juntos se bañaron
buscando vida a su espenza,
i sin inferir ofensa
a su virtud soberana,
a la siguiente mañana
murieron todos de influenza.

    Esta historia, que no bola,
no es historia de ayer,
porque llegó a suceder
en la conquista española;
ocurrió esa batahola
con aquellos ricachones
que vinieron a montones
a prolongar su existencia.
¡Fué aquello buscar clemencia
en la boca de los leones!

    No hai que temer pataleta,
como en el caso que cuento,
con mi prodijioso invento
i mi curiosa receta!
Lo juro a fé de poeta,
que si mi lectora jente
su dificil componente
se lanza luego a buscar,
en cuanto lo logre hallar
va a vivir eternamente.

            RECETA

«Medio diente de Neron,
los ojos del ciego Homero,
dos kilógramos de cuero
del sabio Rei Salomon,
saliva de Napoleón,
del Paraiso una tuna;
todo esto mui en ayuna
se toma, bien triturado
en un crisol fabricado
cen metales de la Luna!!!!

Nota: verso publicado por Rólak, ver.

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