Una criminal pandilla
con objeto de robar
el sábado fué a asaltar
al señor Santos Mansilla.
Era ya la noche entrada,
las once ya habian dado,
en aquel barrio apartado
no habia ni luz ni nada;
la victima està sentada
mui tranquila en una silla
cuando principia la trilla
de piedras contra la puerta
empezando la reyerta
una criminal pandilla.
Se quiso el dueño hacer fuerte
para oponer resistencia
pero aquello fué imprudencia
que al hijo causó la muerte;
por mui jenerosa suerte
se empezó el barrio a alarmar,
la jente empezó a gritar
i los picaros huyeron
por mas que ellos se vinieron
con objeto de robar.
Al hijo llamado Juan
que los siguió en la carrera
con puntería certera
dos balazos me le dan;
depues rápidos se van
huyendo de aquel lugar
no consiguieron llevar
la mui codiciada presa,
creyendo encontrar riqueza
el sábado fuè a asaltar
El señor Mansilla Santos
quedó mortalmente herido
i por su esposa atendido
entre temores i llantos;
¿cómo perseguir a tantos
i distantes ya una milla?
Se hizo relacion sencilla
al comisario del punto
que no vive pues mui junto
al señor Santos Mansilla.
A la autoridad se tacha
de cada lance funesto
a fin de acabar con esto
es preciso pegar de hacha;
a cualquiera se despacha
por robarle cuatro reales,
los señores policiales
duerman con un ojo abierto,
es preciso andar dispierto
contra tantos criminales.