Un loco o un criminal
degolló traidoramente
con un cortante puñal
a un muchacho inocente.
En la calle de Videla
número veinticuatro
hace mui poco fuè teatro
de un crimen sin parentela;
algo que la sangre hiela,
refinamiento del mal,
atentado sin igual
que ha causado gran dolor
siendo el miserable autor
un loco o un criminal.
Doña Octavia Salvatierra
a las ocho de la noche
yo no sé si a piè o en coche,
sale i la puerta no sierra;
luego en la puerta se afierra
un niño tranquilamente
de trece años solamente
cuando un chacal que pasaba
al chiquillo que allí estaba
degolló traidoramente.
Movido por el dolor
corriendo el niño se afana
dobla por Barros Arana
i llega a Sotomayor;
ahí lo tomó un señor
Escanilla, principal;
una hemorrajia fatal
le quitó al punto la vida
porque era hecha la herida
con un cortante puñal.
¿Cual seria el sufrimiento
para la madre al volver
i a su hijo cadáver ver
que dejó sano i contento?
Perdió el sentido al momento
i gritaba locamente,
¡qué dolor mas inclemente
ni mas golpe de fortuna
que perder sin causa alguna
a un muchacho inocente!
El nombre del desgraciado
es Leonardo Filomeno
i el sanguinario sin freno
por un guardian fué tomado,
pero el oficial curado
que se hallaba en el cuartel
se compadeció del cruel
i lo largó ¡quien creyera!
así se arrancó la fiera
i no se sabe mas de él!