Es bien digno del buril
del gran Melendez Pelayo,
tanto arrojo varonil
como en veintiuno de mayo.
Húmeda está la mañana;
el mar se encuentra brumoso
i el Astro-Rei vergonzoso
de alumbrar tierra peruana,
se muestra de mala gana
escondiendo su perfil.
Este episodio jentil,
es preciso declararlo
que (nadie puede negarlo)
es bien digno del buril.
Nuestras naves, de repente
divisan en lontananza
un humo que siempre avanza
i otro despues diferente.
El gsan Prat está en el puente
sacude el sol su desmayo
i su refuljente rayo
enciende aquel panorama
que, a gritos, la musa llama
del gran Melendez Pelayo.
Ante los dos leviatanes
radiantes de poderio,
tomaron tal desafio
unidos los capitanes;
remontando sus afanes,
o bien vencer o morir,
prorrumpen en vivas mil,
rompen el fuego animosos,
asustando a los colosos
tanto arrojo varonil……
La Covadonga escapó.
En la Esmeralda está Prat
que grita: Chile jamás
su pabellón humilló!
Sabido es cómo peleó;
ni allá en los tiempos de Layo
se puede hallar un ensayo
mas grande de patriotismo,
que muestre tanto heroismo
como en veintiuno de mayo!
¡Oh, patria, patria querida!
El mundo entero confiesa
que no hai superior grandesa
ni hai hazaña preferida.
Merece ser esculpida
esta sublime opopeya,
en el orbe la mas bella,
hasta hoi sin precedente
por un brazo omnipotente
sobre la faz de una estrella.