QUEJAS DE UN AMANTE

    Yo soi una alma sensilla
i por aqui ando llorando
las penas que me està danpo
una tirana avcilla:
ya su plumaje no brilla
en aquel su triste nido,
ya ha pegado su volido
sin saber yo para adonde
pues la tngrata no repoude
mi lamento adolorido.

    Perso de dura agonia
con que me marco la suerte
me creo qus hasta la muerte
con gnsto recibiría
ues me llevo dia a dia
an pertinaz sufrimiento,
lanzando quejar al viepto
que lae redoje el vasio,
sin que la ingrata ¡Dios mido!
quiers calmar mi tormento.

    La muerte solo me espera
por el camino que voi
por que ya sintiendo estoi
que mi alma se desespera;
mientras que mi compañera
allá en su loco amorío,
tal vez con su amante impio
se burla de mi pesar;
ya no iengo que llorar;
mis làgrimas son nn rio!

    ¡Que mortal hai en la vida
que no alle alivio a su mal!
hasta el mayor criminal
su infame deegracia olvida;
solo en mi pecho se anida
eternamente el dolor
porque está mustia ta flor
del jardin de mi ventura
pues que causa mi tortura
nn contratiempo de amor.

    ¡Pebrecito el corazón
que vive sin esperanza!
paco a poco se avalanza
a la deseeperación,
victima de su pasion,
cual mencigo peregrino,
cruza llorando el camino
de ecra [v]ida qorroscosa
para encontrar en la fosa
su miserable destino.

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