Señora Doña María.
De un rincon de Pelequen,
A caballo en una escoba
Viene a cantarle el Pequen.
Aunque soi pájaro feo,
Perdone usted mi fealdad,
I fíjese solamente
En mi buena voluntad.
No canto como un canario,
Ni canto como un zorzal;
Pero yo en mi guitarrita
Tampoco lo hago mui mal.
Señora Doña María,
Yo le traigo de mi chacra
Unos duraznitos verdes
I unas brevitas mulatas.
No se los dé a su niñito
Si teme que le hagan daño,
Mire que es mui peligroso
En los niños el empacho.
Una docena de choclos
Yo le traigo en mis alforjas;
Si no todos tienen granos,
Todos tienen muchas hojas.
Dos pollitos le traia
I una trintre ponedora;
Pero al pasar la Angostura,
Se me volaron, señora.
Traigo un costal de sandías
A las ancas del caballo;
Pero todas son pasmadas
I verdes como un zapallo.
Una bolsa con frejoles
Le trae este pobre roto,
Porque creo que a su niño
Le han de gustar los porotos.
No le traigo zapallitos
Porque toditas las matas
Han dado guias con vicio,
Pero zapallitos nada.
Guindas, peras ni frutillas,
Mi señora, no le traje:
Pero le traeré de todo
Cuando vuelva en otro viaje.
Señora Doña María,
Cogollito de culen.
Perdone todas las faltas
De los versos del Pequen.