Entre un juez i un hombre insano
Un contapunto tuvieron,
I despues que debatieron
Se dieron ámbos la mano.
Con preguntas i respuestas
Pronto van a comenzar;
I asi podreis idear
Lo que es el misterio humano.
El juez, hombre cuarenton,
De aparente gravedad,
Que aunque sábio se creerá
No pasa de un fanfarron.
El loco, jóven imberbe,
Mui ájil, vivo e injenioso,
Con el mayor desembozo
Se convierte en pregunton.
—Qué poder el hombre tiene,
Juez cruel;
Si a su interes no conviene,
I mancha tan solo cae
¿Porqué a la cárcel se trae
Al honrado i al sin hiel?
Muchas veces
Has oido
El jemido
Aterrador,
De aquel pobre
Que entre rejas
Dá sus quejas
Al Criador,
Entre rejas lo pasamos
Solo por fatalidad
Mas yo creo que los jueces
En la cárcel han de estar.
—Oyeme, loco esforzado
Inocente;
El que en la tierra ha probado
El cáliz de la amargura,
Solo usa la dulzura
Para engañar a la jente.
El que engaña
Solo medra;
No le arredra
El qué dirán:
Que en la vida
Por ser rico
Hasta a un mico
Hai que acatar.
Entre rejas machos pasan
Solo por fatalidad
Mas yo creo que los jueces
Obrán por necesidad
—El que obra bien en la vida,
Pobre juez;
A Dios su pesar convida:
Que el obrar de otra manera,
Es tener sangre de fiera
I la conciencia al revés.
Si palacio
De brillante,
Relumbrante
Quereis vos;
Sed honrado
Trabajando
I nombrando
Siempre a Dios
Si entre rejas, muchos pasan
Por su gran necesidad;
Jueces de mala conciencia
Siempre allí deben de estar.
—A mí, ningun hombre aterra,
Infeliz
Si me ha de tragar la tierra
Por cambiar honra en dinero,
Como el mejor caballero
Morire, por mi desliz.
Tengo mando,
Buenas joyas
Lindas criollas
Por mujer;
Mis caprichos
Satisfago
I bien pago
Mi querer.
Entre rejas muchos pasan
Por su gran fatalidad
I a los jueces sin conciencia
Monumentos le han de alzar.
—Desde mui niño he aprendido,
Que al bueno se ha de premiar;
Pero, hoi estoi convencido
Que el dinero es un gran Czat.
Nunca el hombre debe amar,
Que es matar el corazón;
I aquei que por compacion
Le tiende la mano a un pobre:
Grillos de hierro i de cobre
Le dán, i larga prisión,
Bien estoi desengañado,,
Que el hombre bueno en su anhelo,
Solo es premiado en el cielo
Por Cristo crucificado:
El juez de tierra es mercado
Que se vá a quien mas le dá;
I aunque es gran calamidá,
I en un hombre esto es mui puerco,
Usted perdonado está;
—Loco, tu alma pura al cielo
Deceo vaya a parar;
Mas, tu cuerpo han de enterrar
En este mísero suelo.
Razón tienes
Hombre puro,
Yo te juro
Ser así,
Pero ahora
Que te quiero
Por tí espero
Ser feliz.
Si entre rejas muchos pasan
Porque es grande su escaces
Por amor de Dios se abrazan
El loco, el poeta i el juez.
ALAZOR
SE VENDEN
Puente Galicanto Nº 7