Cinco fueron los causantes,
Malhechores, asesinos;
De hombres crueles asaltantes
Hicieron tal desatino.
Lectores, yo les refiero
Que a las dos de la mañana,
Con una impiedad inhumana
Causan un crimen grosero:
Por interes del dinero
Se avanzan en los instantes,
Impíos, estravagantes,
A tres dejaron inertes;
Las victimas de estas muertes
Cinco fueron los causantes.
José i Gregorio Gonzalez,
Hermanos de nacimiento,
En aquel trance violento
Cumplen sus restos mortales:
Como graves criminales,
Obraron los libertinos
Homicionados indignos,
Indolentes, sin fortuna,
Les dan sin piedad ninguna,
Malhechores, asesinos.
Al tal Gregorio le dieron
En la riña mencionada,
Una feroz puñalada,
Que el corazón le partieron;
Lugar a nada le dieron
En épocas semejantes;
En esos breves instantes
Que le quitaron la vida,
La guerra fué mui temida,
De hombres crueles asaltantes.
Media hora demoraron
En esta lucha sangrienta:
Con una fuerza violenta
A todos los devoraron;
En seguida le ultimaron
A Eustaquio Flores, que vino
Al hospital en camino,
I murió ántes de llegar;
I en ese infeliz hogar
Hicieron tal desatino.
Al fin, la esposa de Flores
Obtuvo un gran sentimiento:
Quedó con aquel tormento,
Que son desgracias mayores;
Lanzaba tristes clamores
Por temor de los tiranos,
I con sus sentidos sanos
Mucho lloraba aquel dia,
Al ver en la tumba fria
Su marido i dos hermanos.