Admirable
CATÁSTROFE EN TALAGANTE

    Un gran siniestro espantoso
Cuento como sucedió,
Un hombre, de un polvorazo
Con familia sucumbió.

    Damian Caro, el morador,
Fué el desgraciado al instante,
Que recibió en Talagante
Un tormento con rigor;
Quedó en un triste clamor
Al espirar sin reposo;
El caso es tan alevoso
Que al contar me aterro yo,
I en ese pueblo se vió
Un gran siniestro espantoso.

    Siete fueron, sin faltar,
Quemados sin compasión
I con la detonación
Se destruyó aquel hogar.
Al pronto en aquel lugar
El vecindario ocurrió,
Cuando la llama cubrió;
Con chico i grande ha arrasado
En verdad, lo que ha pasado
Cuento como sucedió.

    En aquel trance fatal,
Unas victimas hubieron
I a los demas los trajeron,
A morir al hospital.
Se asombró la capital
Viendo el terrible fracaso
Mas cumpliéndose aquel plazo
Todos quedaron inerte
I casi quedó a la muerte.
Un hombre de un polvorazo.

    De la escena que palparon
Con exactitud doi cuenta,
De pólvora eran setenta
Libras las que se incendiaron.
Con la esplosión que formaron
Todo objeto se esparció;
Dicen que el lecho quedó
En ceniza trasformado
I el varon que he mencionado,
Con familia sucumbió.

    Al fin, dicen solamente
Que vivirá la mujer
En compaña de otro ser,
Que se hallaba independiente.
Como esto fué de repente,
Para el barrio fué un mortuorio,
Clamaban a San Gregorio
Cuando angustiados se hallaron
Los infelices pasaron
En vida su purgatorio.

JOSÉ HIPÓLITO CORDERO
CALLE ECHÁURREN, Nº105

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