El cochero apasionado
DE LA CONDUCTORA

    Dia i noche me lo llevo,
Pensando, preciosa, en tí
Esperando, bello cielo,
De que me ames solo a mí.

    Es tan estenso el amor
Chinita que te profeso,
Que me lo paso por eso
En un acerbo dolor;
A veces mucho licor
Por tan grande pena bebo,
I en decirlo yo me atrevo
Que mucho te quiero i hijita,
I llorando por tí almita
Dia i noche me lo llevo.

    Pues, amada, es mui sabido
Que el hombre que sabe amar,
Sufre mucho al ver pasar
Su amor desapercibido;
Tal le pasa a tu querido
Que te ama con frenesí;
Desde el dia en que te vi
Creédmelo bella palma
Que me lo paso sin calma,
Pensando, preciosa, en tí.

    Es inmensamente os digo
Lo tanto que te venero,
Sin embargo tú, lucero,
No me das tu hermoso abrigo,
El mundo ha sido testigo
De mi amor con tanto anhelo;
Dadme pues algún consuelo
Porque tanto me entretienes,
Hace tiempo a que me tienes
Esperando, bello cielo.

    Ya sabes perla querida
Que yo no dejo de amarte,
I que arriesgo por gozarte
Francamente hasta mi vida,
Esta mi fatal medida.
La he tomado desde allí
Cuando me dijiste sí.
De la esperanza no salgo;
Por eso te hago el encargo
De que me ames solo a mí.

    Al fin hermosa azucena
Me despido en este instante,
Con un modo suplicante
Que me mitigues mi pena.
Con gran dolor mi alma llena
Se encuentra en todo momento;
Con un grave sufrimiento,
Aunque muera en estos casos,
Hasta tenerte en mis brazos
No podré tener contento.

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