TRISTE
FUSILAMIENTO EN EL ECUADOR

Sucedió en el Ecuador
Un triste fusilamiento
De tres grandes criminales,
I en lo que digo, no miento.

Hablo de estos bandoleros
Que un crimen han consumado
I con la vida han pagado
Por interés del dinero,
I por tanto aquí prefiero
Detallar mui bien, lector.
Esto que ha causado horror
En esa gran sociedad;
I esto pues en realidad
Sucedió en el Ecuador.

Domingo Ramírez fué
Aquel hombre atribulado
Que en el banquillo sentado
Dijo yo me acriminé
l ya mi falta lloré
Por mi fiero atrevimiento,
I en ese sitio sangriento
El se hallaba enternecido
Por soportar dolorido
Un triste fusilamiento.

Otro fué Francisco Briones
De los que allí balearon,
Las gracias le acompañaron
De la reíijion los dones
I del cielo las canciones
l as oyó Antonio Morales.
Ya son las horas cabales
Les decía un oficial
Que se cumpla el fin fatal
De tres grandes criminales.

Lloraban amargamente
En aquel trance terrible
Diciendo que era imposible
De que llorara la jente
Un sacerdote elocuente
Los ausilió en el momento
Diciéndoles mui atento
Dios los reciba en el Cielo;
Para éstos fué un consuelo,
I en lo que digo, no miento.

Al fin, pidieron perdon
A todos en jeneral,
I al gran Reino Celestial
Irian con precision;
El mas duro corazon
De pena se conmovió
Cuando la descarga se dió
I los reos sucumbieron;
Al acto el carro trajeron
I al Cementerio marchó.

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