Salas y el reo Belmar
Pronto fueron fusilados:
Donde efectuaron el hecho
Los dos fueron afrentados.
Tened, pueblo, compasión
I llorad por este duelo
Porque se oirá hasta en el Cielo
Esta triste esclamacion.
No consiguieron perdón
De este hecho tan criminal,
I por sentencia fiscal
A muerte los condenaron
I con la vida pagaron
Salas i el reo Belmar.
Promulgó mui terminante
La ejecución en detalle;
Que ultimaron en la calle.
A estos dos estravagantes.
Lloraban sus semejantes
Viendo los patibulado
Que habían asesinado
La madre i su hija gabacha:
Por dar fin a golpe de hacha
Pronto fueron fusilados.
El reverendo Cabrera
Fué quien les prestó el ausilio
I Godoi hasta el martirio
Los llevó con fé sincera.
Lloró el pueblo mui de vera
Viendo aquel sangriento lecho:
—Desahoguen bien su pecho,
El buen padre les decía,
I dén la última agonía
Donde efectuaron el hecho.
Entre ocho i nueve del dia,
En la calle Chacabuco,
El pueblo en espeso grupo
De llanto no se entendía,
Al ver que el carro venia
Con los dos reos vendados
En el banco colocados:
Del hecho en la misma puerta
I en casa de estas dos muerta
Los dos fueron afrentados.
Al fin, cuando les tiraron,
El pueblo quedó aflijido
Viendo los reos tendido
Que a la eternidad pasaron.
Todos al Señor clamaron
En grande atribulación,
I el mas duro corazón
Perdón pidió a sus delitos:
Lloraba la jente a gritos
Cuando pidieron perdón.