El asesinato de los Tribunales

    El miércoles se veía
En los mismos Tribunales
Un horrible i cruel suceso
Que el mundo no tiene iguales.

    Bien por el diario se vé
Lo que hizo este cruel minero;
Que por cobro de un dinero
Perseguía a Pinochet.
Aun portero, con fé,
Le dijo a lo que venía,
I en la cintura traía
La daga con que mató,
I este crimen tan atroz
El miércoles se veia.

    Cuando aseguró Manzano
Que él iba a hacerse justicia,
Acarició con malicia
Su puñal aquel tirano.
Que a Briceño por su mano
Lo hirió i le dejó señales,
Deben saber los fiscales
Al condenar a éste ingrato,
Ya que hizo este asesínalo
En los mismo Tribunales.

    Pensó fugarse lijero
El hechor, cuando asestada
Vió la feroz puñalada
Que le dió a Pardo Romero
I a quien el fatal acero
Ledió muerte en un acceso:
Ya está el delincuente preso
Entre cadenas metido
Porque cruel ha cometido
Un horrible i cruel suceso.

    Al señor Elias Calvo,
Que fué al que encontró primero,
Lo dejó aquel traicionero
En un largo i cruel letargo.
Por cierto le harán los cargos
Que se hace a los que hacen males:
Vino de los minerales
Tras de lo que pretendía
I cometió una herejía
Que el mundo no tiene iguales.

    Al fin, se halla este inhumano,
Cual los tiranos caudillos,
Con las esposas i grillos
Clamándole al Soberano;
Poro al ver su fin cercano,
Con enternecido pecho,
Dice: es justo i de derecho
Que sufra yo mi tormento,
Aunque en un fatal momento
No he sabido lo que he hecho.

261 – Imp. Estrella de Chile, Sto. Domingo, 47

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