Én el pueblo la Serena
Fue este robo criminal
Que ha causado censacion
Por ser hecho sin igual.
Les doi a saber, lectores,
Lo que ya ha contado el diario
Del gran robo del santuario
En Andacollo, señores.
Aquí doi los pormenores
De esa tan infame escena.
Digo que al leer da pena
Esto que será un ejemplo
Porque sucedió en un templo
Én el pueblo la Serena,
Han sido tres los malvados
Del sacrilejio i despojo
Que tomaron con arrojo
Todos los vasos sagrados.
Dos se encuentran capturados
I uno se fugó el actual.
Perlas de rico metal
Se llevan i es gran dinero,
I en el mes pues de febrero
Fué este robo criminal.
Por Risso el buen comandante
A los hechores tomaron;
Los objetos encontraron
De alhajas mui importantes;
Ahora están los errantes
En una cruel aflixion.
Miranda i Alfaro son
Los que han hurtado el sagrario
De la Vírjen del Rosario
Que ha causado censacion.
El capellán del convento
Se dió por satisfacido
Porque habia aparecido
Del culto aquel ornamento;
Ha sufrido este tormento
Esta iglesia clerical.
Los autores de este mal
Se han tomado, como digo
I esperan doble castigo
Por ser hecho sin igual.
Al fin, los que presenciaron
Conocieron el devoro,
Porque hasta el rosario de oro
A la Vírjen le llevaron;
La corona le sacaron
Del gran Trono de su encanto:
En aquel lugar tan santo
Pofanaron los bandidos.
Por todo Coquimbo ha habido
Gran admiración i espanto.
J. HIPÓLITO CORDERO,
Calle de Benavente, número 24.