En Santiago hai una beata
Que lo pasa en oración
En ei convento rezando
Lo mismo que un moscardon.
Todos dicen la beatita
Parece ser una santa,
I al saber su vida espanta
Los hechos de esta maldita.
Se viste como damita
I va a la iglesia la ingrata,
Todo el dia se dilata
Aunque !e raspen el cacho;
Del ojo mui vivaracho
En Santiago hai una beata.
Pues se cubre con su manto
I se afeita con carmín
Por si acaso a Benjamín
Lo vé, por ser de su encanto.
La madre dice que a un santo
Esta le pide perdon,
Pero es una diversion
Lo que esta hipócrita inspira
Por ser nomas que mentira
Que lo pasa en oracion.
Con el manto a la cabeza
Se dirijo a la capilla;
La acompaña una chiquilla
Con toda delicadeza.
El lacho con lijereza
Está siempre delirando
I así se lleva aguitando
A su chinita adorada
Que lo pasa incomodada
En el convento rezando.
Esta sigue con su afan
Su vida con tanto HONOR,
Que empalica al confesor
I en seguida al sacristán.
Pues le llega hacer tantan
De susto su corazón
Por verse en cruel aflixion
Por haber dormido afuera,
I esta reza, quien creyera,
lo mismo que un moscardón.
Al fin, ya conté señores,
De la beatita su hazaña
Oue siempre a la madre engaña
Por gozar de sus amores.
Grandes fueron los errores
Que cometió esta diablita
Diciéndole a su mamita
Que siempre se confesaba
Cuando noches no llegaba
Por dormir con su guainita.