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DE LOS JÓVENES I UNA DAMA

    Por si viniera la muerte.
I yo no pueda servirle,
Aquí yo voi a decirle
Que por mí no pierda suerte.

    Ciega por una pasion
Paso en contínuo penar,
Ver que no puedo ablandar,
A tu duro corazón.

    No te agravies Josesito,
Si tengo la culpa yó;
Si lo que hablé le enfadó,
Discúlpeme mi negrito.

    Lo haré por usted chinita
El no marcharme i dejarla;
Me quedaré por cuidarla
A usted que queda solita.

    Si acaso es por mí la pena,
Con irme tendrá alegría;
Adiós mi bella Juanita,
Nos veremos otro dia.

    Me prometió de quedarse,
I vivir en mí compaña;
Para mí será una dicha,
Si acaso usted no me engaña.

    Si mi adorado supiera
Lo que sufre un pecho sano,
No fuera tan inhumano,
I tal vez se condoliera.

    Yo no sé por qué motivo
A este hombre quiero tanto;
I hacerlo que él me quiera,
No he podido con mi llanto.

    Estoi de amor que me muero,
En una continua guerra,
Sobre la faz de la tierra,
No hai otro como el que quiero.

    Solo ella se busca el mal,
Por salir con su porfía,
Se lamentaba i decía
Por qué seré tan fatal.

    Le habló por última vez
A su consorte con prosa.
Si usted me menosprecea
Dejo de ser Juana Rosa.

    Conociendo su locura
Del hombre se despidió,
Tomó el tren i se marchó,
A llorar su desventura.

            (Continuará)

ROSA ARANEDA
CALLE DE ZAÑARTU, NÚMERO 9
ENTRE SAN PABLO I SAMA

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