El marido que le pegó
siete puñaladas a su mujer i la mató, i en seguida se ultimó él

    En la ciudad de Mendoza
Un marido criminal.
Con un agudo puñal
Mató a su querida esposa.

    Lectores, un tal Ceron
Es el autor del suceso,
Por temor de caer preso
Se suicidó este bribon.
La infeliz en su colchon
Dormía mui afanosa.
Con una chica amorosa
Tranquila está en su cama;
La cual presenció el drama
En la ciudad de Mendoza.

    Entró el infame furioso
A la pieza donde estaba,
I durmiendo le pegaba
El asesino celoso.
Peor que tigre rabioso
Era el demonio infernal,
Imitando a un chacal
O a la mas sangrienta fiera;
Victimó a su compañera
Un marido criminal.

    Petronila dió un grito
I una hija lo sintió,
La cual lijero corrió
A indagarse del delito.
Encontró al padre maldito
Mas feroz que un animal,
La joven, i mui formal
Hoi ha declarado ya;
El ultimó a mi mamá
Con un agudo puñal.

    La hija, aunque con temor
Muerta, no quería verla,
I trató de defenderla
Con enérjico valor.
I el pícaro malhechor
Sin pensar ninguna cosa,
En esa hora afrentosa
Diré hoi que se me ofrece;
Por celos, según parece
Mató a su querida esposa.

    Al fin, con mano atrevida
Se pegó según señales,
Tres puñaladas mortales
Sólo i se quitó la vida.
Si una persona entendida
Me dijera esto es mentira,
Pruebo de aquí hasta Palmira
Que es verdad lo que yo advierto,
I el que diga no es cierto
Desmiéntame con su lira.

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