Yo vi un doble fusilamiento

Yo vi un doble fusilamiento
Por René del Cerro, poeta popular de Linares.

Tendido en un jergón
me quedé un rato transpuesto
y en esos breves momentos,
de tranquila ensoñación,
mi subconsciente en acción
corre raudo como el viento
y lleva mi pensamiento
a ver la macabra escena
y a presenciar la condena
de un doble fusilamiento.

En un palacio grandioso
vi mucha gente reunida
a presenciar la partida
del proceso más coloso;
el más grande y doloroso
que se registra en la historia
y que la humana memoria
haya tenido presente.
¿Quiénes son los delincuentes
que tienen todos tal furia?

Con tenida milenaria
aparece la “Ignorancia”
y con una cara rancia
la sigue la cruel “Miseria”;
éstos son en la materia
los feroces criminales,
que registran los anales
y se oponen al progreso.
Defensores de hartos pesos
también tienen los chacales.

Miro en torno al estrado
que hay en medio de la sala.
Con sendos trajes de gala
veo yo a los magistrados
¿Quiénes serán los jurados
que han de dar el veredicto
contra aquellos dos convictos
de tan odiosos recuerdos?
–En el narrar soy muy lerdo
para explicar lo que he visto–.

Pues el Jurado, señores,
estaba representado
por el pueblo organizado
y con todos sus valores;
habían allí doctores
de la ciencia y el saber,
junto a obreros del taller
y campesinos honrados,
todos ellos preocupados
y cumpliendo su deber.

En balde fueron protestas
y amenazas de banqueros,
de mercaderes rateros
y de sabios guerreristas,
panzudos armamentistas
que ponen grito en el cielo,
vendepatrias, tiranuelos
y los falsos moralistas,
demostrando así a la vista
que se les eriza el pelo.

Todo queda silencioso
y solemne se hace oír
la voz serena y viril
de los jueces oficiosos;
¡Muerte a los facinerosos!
pide este alto tribunal,
por ser causantes del mal
que aqueja a la Humanidad,
motivo de vil ruindad
y engendro del capital.

El juicio fué terminado
y el “cúmplase” se le dió
y ahí mismo se fusiló
a esos dos seres malvados;
¿Los fusiles empleados?
Fueron libros –voz solaz–,
fué justicia, fué, sin más,
igualdad, fraternidad
y un mundo lleno de paz.

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