Vayan aprendiendo política las mujeres
por Francisco Ruz, poeta popular de Valparaíso
Lamento sinceramente
lo que le pasó a María,
pero le llegó su día
y agora nadie la siente,
se hizo rica de repente
tiene auto y lindos tapados
una casa con empleados,
pero lo que saca pica
es que haya salido rica
de un sitio tan elevado.
Qué decir de los relojes,
los pulsera, y otras joyas,
con eso l’echó con l’olla
tiene lo que se le antoje;
ella misma los descoje
y le gustan los Omega,
el señor que los entrega
le dejó un reloj de sol
y ese ha sido el primer gol
que le han metido en la pega.
El Casino de Colina
que tanto le interesó
fué un negocio que le dio
su buena tajá o propina;
en moneda de Argentina
le mandaron un montón,
le queda más de un millón
y de eso nunca se supo,
se perdió como un escupo
que se bota en la estación.
Muchos han dicho que es loca,
otros alegan que es cuerda
pero no ha sido muy lerda
pa darle soga a la boca;
pero su turno le toca
le llega su cuarto de hora,
y la que fue la señora
marcada con una cruz
se apagó como una luz
y se halla fregada ahora.
DESPEDIDA:
Al fin, doña Mariquita,
yo lo lamento en el alma
y le ruego tenga calma
pues usted está enfermita;
quédese bien calladita
por favor yo se lo pido,
no siga metiendo ruido
y no forme más ardiles,
ya la tiene todo Chile
en el libro del olvido.