Canción de Primavera

Canción de Primavera
por Beatriz, poeta popular de Santiago

Tierra fecunda de aromas
despiertas ansias de vida
las inquietudes se olvidan
mirando volar palomas;
el sol por sobre la loma
embellece el naranjal,
el lago que es un cristal,
refleja los resplandores
de peces de mil colores
de belleza sin igual.

Espuma blanca de encaje
la cordillera parece
en el céfiro se mece
la ilusión que va de viaje;
mariposas lucen trajes
que semejan otras flores
y bailan con sus amores
en la alfombra de los prados
de paisajes no soñados,
primavera das primores.

Crepúsculo azul y rosa,
duraznero florecido,
jilguero buscando el nido
en algazara armoniosa;
primavera primorosa
haces el paso ligero
la pena1
se hace canción
alumbra en el corazón
constelación de luceros.

Hay un amor dulce y ancho
en atardecer divino
yo los pasos encamino
hacia la paz de mi rancho;
del naranjo llevo un gancho
para aromar mi ilusión
palpita en mi corazón
dulce armonía hechicera
que es canción de primavera
en carcajada de amor.

1 Errata del impreso, falta el texto.

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Las clases sociales

Las clases sociales
por José del Carmen Yáñez, poeta popular de Llepo

Según la Constitución
en Chile somos iguales
todos los pobres mortales
que habitamos la Nación;
pero es pura explicación
a mi modo de entender,
porque todos pueden ver
re tantas clases sociales
si todos somos iguales
¿por qué clases han de haber?

Tenemos la aristocracia,
aquellos de Zapallar
que se han dado el titular
ser de familias muy rancias;
mas yo no le hallo fragancia
ser de familia anticuada
esta es pura payasada
no da nobleza el dinero
en los falsos ganaderos
la verdad está demostrada.

Tenemos a los patrones
que es otra  clase social
pues al hacerse industrial
ya perdieron los blasones;
pero tienen a montones
el dinero que han ganado
o mejor que han explotado
al pueblo trabajador
y sin conciencia ni honor
se creen privilegiados.

La clase media es decente
pues toditos son empleados
algunos muy bien trajeados
pero no tienen ni un veinte;
es una clase valiente
cuando se pone a luchar
y si quiere conquistar
mejoría en el salario
debe aliarse al proletario
si su deseo es triunfar.

DESPEDIDA:

Debemos reconocer
que hay algo que respetar
y es el don intelectual
que el hombre trae al nacer;
porque un Franklin puede ser
un Lenin o un Carlos Marx
un Beethoven, un Chopin
un Stalin, Gutenberg
un Edison o un Pasteur
y otros que ustedes sabrán.

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El tremendo temporal

El tremendo temporal
por Guillermo Hernández, poeta popular de Santiago

Temporal de proporciones
el que se dejó caer
con perjuicios a granel
en humildes poblaciones;
destruyendo habitaciones,
dejó a muchos sin hogar,
es todo ruina el lugar
donde una casa existió,
todo en el suelo dejó
el maldito temporal.

Daba lástima de ver
las poblaciones enteras,
las callampas las primeras
que tenían que caer;
al comenzar a crecer
los ríos como bribones,
verdaderos aluviones,
dando mortales abrazos
con sus asesinos brazos
arrasando poblaciones.

Como siempre ha de pasar,
la fregá es la clase obrera,
como si nadie pudiera
tratar algo de evitar;
no se trata de atajar
cuando viene inundación,
si no que de previsión,
dar terrenos apropiados,
seguros y urbanizados,
como primera cuestión.

A quiénes les corresponde,
no se deben olvidar,
pronto hay que solucionar,
atacando fuerte donde
la raíz del mal se esconde
y no sólo con promesas,
que la gente no es muy lesa,
sabe lo qué necesita:
menos tanques, más casitas,
menos teatros, más franquezas.

DESPEDIDA

Por fin, que los afectados,
algo en limpio han de sacar,
con unidá a batallar,
por que sean escuchados;
que no sean tramitados,
cuartel no pedir ni dar,
y no vuelvan a esperar
que estudiarán la cuestión,
que la mejor solución
la unión la tiene que dar.

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Mi fraternal saludo a los poetas populares de Chile

Mi fraternal saludo a los poetas populares de Chile
Por Jorge, obrero del carbón, poeta popular de Coronel.

Voy saludando sincero
con mis sencillos cantares
a los puetas populares
de todo el país entero;
y como yo soy minero
saludo al pueta nortino
al del pueblo, al campesino
con un fraternal abrazo
como al pueta Edmundo Lazo
que es uno de los más finos.

Aunque mi mente se enreda
por no dar muy bien el blanco
pero aplaudo a Luis Polanco
y a los puetas Castañedas;
en fin yo haré lo que pueda
hasta hacerme soberano
con mi verso puro y sano
tambien con olor a menta
por la digna presidenta
que es Agueda Zamorano.

Saludo al pueta Grandón
y al pueta de Rancagua
Paredes de Tagua Tagua
que pa versiar es campión;
son saludos del carbón
que ojalá sean de agrado
y si van algo tiznados
perdonen por via suya
saludo al pueta ‘e Pupuya
y al gran Lázaro Salgado.

Al Director de alta escuela
que es don Diego Muñoz
al pueta ‘e Curicó
y a la doña Inés Valenzuela;
José Riel que no se hiela
son puetas de pecho y pana
como la sangre araucana
Martínez Navia y Chandía
Cantaclaro, Mora y Díaz
como Alejandro Quintana.

DESPEDIDA:

Al fin, ya por terminar
saludo al pueta de Iquique
valiente como cacique
y al pueta ‘e Viña del Mar
y a la LIRA POPULAR
donde yo soy trovador
como Hugo Sergio Amador
y poetisas muy bellas
que brillan más que la estrella
haciéndole a Chile honor.

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Canto a los mineros del carbón

Canto a los mineros del carbón
por Victaliano Nova, poeta popular de Santiago

Aquí le canto al minero,
y es mi canto doloroso,
porque conozco yo el pozo
donde labora este obrero;
donde muere el jornalero,
aplastado por las toscas:
también se paran las moscas,
en el cuerpo destrozado
de este minero esforzado,
que es fuerte como una roca.

Cuando pienso en el Chiflón
es la trampa permanente,
veo la espantosa muerte
que le reserva el Carbón;
si antes ‘e llegar al filón
se descuelga un carro en banda,
ni a un santo haciéndole manda,
se escapa de muerte atroz,
porque en carrera veloz
el carro lo pilla en pampa.

Y en macabro hacinamiento
de carnes despedazadas,
con las piernas destrozadas
hay un hombre en cruel tormento;
y en doloroso lamento
por falta ‘e seguridá
muere esta pobre gallá,
como perro en el desierto
y un amargo juramento
en su boca ensangrentá.

Recuerdo horrorizao
cuando bajo de un planchón,
lo mismo que un vil ratón,
quedó un minero aplastao;
completamente tapao
con el tremendo toscón,
conteniendo su dolor,
–no miento y aquí repito–
que pedía a todo grito
que lo mataran mejor.

Y por la mente me pasa
el maldito gas grisú,
que sin decir ni Jesús,
explota, quema y abrasa;
y al arder como una grasa
aquellos desnudos brazos,
yo vi la carne a pedazos
cayéndose de quemada
y entre rojas llamaradas
cantó el Diablo su esquinazo.

DESPEDIDA

Termino el canto sincero
que dedico a mis hermanos
ya que estuve entre sus manos
cuando fui su curandero
sufriendo turnos enteros
y atenuando sus tormentos
con venda, algodón y ungüento
que daba la compañía
con valerosa porfía,
calmaba sus sufrimientos

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A la bandera

A la bandera
por Luis Polanco, poeta popular de Conchalí

¿Dónde vivirás, bandera,
más segura, más amada,
más virtuosa, más sagrada
que en tu ilustre clase obrera?
¿Quién te llevó en las trincheras
más firme y con más fervor,
quién en la paz tu dolor
siente más profundamente
que tu pueblo reverente
bella enseña tricolor?

¿Quién tejió tu azul hermoso
y tu estrella puesta en él,
con más primor y más fiel
ternura y sublime gozo
que la obrera, y quién honroso
corre a ofrecerte la vida
cuando te ve entristecida
frente al peligro llamar
para hacerte flamear
victoriosa, amada mía?

Es el pueblo quien más te ama
quien te cuida noche y día,
el que con sana alegría
al verte pasar te aclama;
el que en fiel amor se inflama
por ti, y el que dulcemente
te ofrece su sangre ardiente
con cariñosa emoción
quien te canta con unción
y muere por ti sonriente.

El te ama gloriosa y pura
junto al Cristo Redentor
envuelta en áureo fulgor
sobre el Andes en la altura
en donde plena perdura
tu tradición libertaria
dulce virgen centenaria,
altiva, cordial y serena,
esplendorosa y fraterna
con fulgor de luminaria.

Por tu honor y tu grandeza
el pueblo muere cantando,
con viril pasión buscando
cómo darte más belleza;
él te acuna en la terneza
de sus hijos, de su amada.
de la anciana que cansada
de sufrir se desconsuela
él se afana y se desvela
por guardarte inmaculada.

El, al verte tremolar
en los altos torreones,
siente dulces emociones;
quiere ser cóndor, volar,
para entregarte a la par
al besarte alma y aliento,
él es quien está sediento
de estrecharte el corazón
cuando el sacro pabellón
ondea radiante al viento.

El te ama siempre señera
libre en tu pampa soleada
libre en la cumbre nevada
de tu vieja cordillera;
libre en la Antártica fiera
de glaciales sortilegios
y en los ardientes arpegios
de tus épicas canciones
vibrando en los corazones
con esplendentes reflejos

El te quiere sin orgullo
armoniosa y sensitiva,
de tus glorias llama viva
presta al beso y al arrullo;
presta a defender lo tuyo,
soberana en tu frontera.
luciendo siempre hechicera
la magia de tus colores
¡conquistadora de amores
entre todas las banderas!

El quiere verte exaltada
con hidalguía y amor
por el clarín y el tambor
por la pluma y por la espada;
quiere verte respetada
del uno al otro confín,
quiere ser el paladín
de tus jornadas gloriosas
y hacer de tu patria hermosa
real Edén y un jardín.

¡Bella bandera, tu cielo,
tu estrella. tu albo armiño,
tu sangre de rojo brillo
son un idilio en tu suelo:
en el alma de tu pueblo!
¡Tierna amada subyugante
vives pura y palpitante
como en tus días de gloria,
él te ha impreso en nuestra historia
con letras de oro y diamante!

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Por el Roto Chileno

Por el Roto Chileno
por José Cantaclaro, poeta popular de La Frontera

Dicen que el roto chileno
es el pobre tirillento,
bruto, borracho y mugriento,
y más malo que el veneno;
también dicen que es el güeno
pa la cuchilla y la talla
¡rialmente hay qué ser canalla
pa tanta difamación!.
que estas leseras no son
más que pura faramalla.

El roto es muy diferente,
no lo confundan, señores,
¿qué le gustan los licores?,
por cierto, naturalmente;
que anda pobre o indecente,
¡y qué le vamos a hacer!,
apurao pa comer
gana unos pocos pesitos,
y no por verse bonito
va a preferir padecer.

Yo lo vengo a presentar
en su verdadera estampa,
que’s el roto de la pampa,
de la mina y de la mar,
que la tierra sabe arar
y manejar la picota
y en su honor ya se alborotan
estos lindos adjetivos:
¡inteligente y altivo.
trabajador y patriota!

Bernardo Ojiguen formó
sus ejércitos con rotos,
y lo hago ver y lo anoto.
que muy bien los descogió;
Manuel Rodríguez guerrió,
también con gente chilena,
de pasión y valor llenas
y dispuestas a morir,
para poder convertir
en libertad las cadenas.

DESPEDIDA

El roto pelió en Maipú,
en Chacabuco y Rancagua,
y no se le daba ni agua
del godo la manitú:
la opresión y esclavitud,
con su coraje aplastó
y la herencia nos dejó
de libertá y democracia.
defendiendo con audacia
la bandera que abrazó.

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Corea honor y gloria ejemplar

Corea honor y gloria ejemplar
por Pedro González, poeta popular de Rancagua

Hoy te rindo aquí homenaje,
muy noble pueblo coreano,
ya libraste a tus hermanos
de las garras del salvaje;
le demostraste coraje,
altivez y gran valor,
luchaste con todo amor,
demostrando valentía
alejaste tiranía
de aquel intruso invasor.

Hoy te canto a tu memoria,
por una paz duradera,
también canto a tu bandera,
que flamea en plena gloria;
sea ejemplo tu victoria.
pa los pueblos oprimidos.
donde su garra ha metido
el muy siniestro usurero.
pero hoy este bandolero
en tu tierra no ha podido.

Cantaré con más razón
con mi alma primitiva,
cuando tu tierra esté unida,
paz por siempre en tu nación;
sin jamás una traición,
en tu territorio unido,
pues tu triunfo es merecido,
con honor y regocijo,
sigan creciendo tus hijos
¡en la tierra qué han nacido!

Yo te advierto, gran Corea,
pisar firme y con cuidado,
no sea que aquel malvado
busque otra vez la pelea;
es tan fiera su ralea
que no te debes confiar
y a traición quiera aplastar
tu triunfo ya conquistado,
que con sangre rubricado
fué ése tu triunfo ejemplar.

DESPEDIDA

Por fin, gran tierra coreana,
te canta un roto chileno,
con nobleza y muy sereno,
te desea un buen mañana,
una vida más humana
coronada de laureles,
tus hijos fueron muy fieles,
y supieron defenderte,
despreciando así la muerte,
niños, hombres y mujeres.

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Brindis a la patria

Brindis a la patria
por Camilo Rojas Cáceres, poeta popular de Pupuya

Permítaseme brindar
en este glorioso día
por esta patria querida
por el dieciocho inmortal:
porque siempre ha de flamear
mi pabellón altanero
por esos rotos que jueron
brindo y les rindo homenaje
que a juerza ‘e pana y coraje
la Independencia nos dieron.

Como soy roto chileno
yo le brindo a mi manera
a mi tricoclor bandera
que es emblema de este suelo:
por su azul, que es nuestro cielo,
por el blanco, que es del Andes,
por el rojo que es la sangre.
de la gloriosa epopeya
y brindo por esta estrella
que está alerta y vigilante.

Por el roto que en Maipú
se pasió con mi bandera
destrozando las cadenas
y barrió la esclavitud:
brindo y les digo salud
por este roto sufrido
que a mi patria ha engrandecido
con su brazo productor.
que ha demostrado valor
cada vez que se ha ofrecido.

En esta tierra chilena
brindaré por que haya paz
sin permitir en jamás
aquí extranjeras cadenas;
que ha de flamiar mi bandera
sin oprobio vasallaje
no queremos tutelaje
para nuestro pabellón
que si llega la ocasión
no ha de faltarnos coraje.

No pretendo hacer alarde
al brindar por mi nación
en esta copa ‘e licor
quiero a mi patria ofrendarle
un brindis porque más tarde
vaya con ella el progreso
es preciso para eso
verdadero patriotismo
que vayan nobles y dignos
nuestros hombres al congreso.

Al final por la memoria
de todos los grandes hombres
con sus inmortales nombres
que hoy nos señala la historia;
que con laureles y gloria
coronaron este suelo
y en el azul de este cielo
dejaron su nombre escrito
por eso mi brindis grito:
¡qué viva el roto chileno!

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Para el

Para el
por Beatriz, poetisa popular de Santiago

En las sedas de mi ensueño
la aguja se me ha enredado
para un pañuelo bordado
en él encontré el diseño;
lo estoy bordando mi dueño
y te lo voy a mandar
en él habéis de guardar
tu fiel reflejo de antaño
el día de tu cumpleaños
con él te voy a besar.

Me ha venido al pensamiento
del cielo azul un cantar
que se volvió madrigal
en el silbido del viento;
entre celajes envuelvo
te acompaño melodías
son para ti, vida mía,
envíos de primavera
llévame junto a tu vera
y me darás alegría.

Eres sublime en la acción
sabes perder con sonrisa
en el dolor acaricias
fugitivo en la pasión;
tenaz en tu convicción
eres galante y sutil
con prestancia varonil
provocas algún sonrojo
cuando mirando a los ojos
brindas lisonja gentil.

Quiero ser en tu camino
una lámpara encendida
esperanza no perdida
el aroma del espino;
la razón de tu destino
la ilusión en el soñar
el impulso al avanzar,
en tu sufrir fortaleza
de tu nido la tibieza
sol que te quiere alumbrar.

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