Canto campesino

Canto campesino
por Luis Polanco, poeta popular de Conchalí

Entraré a tu rancho amigo
para limar tus cadenas
para agradecerte el trigo
que es producto de tus penas;
para cantarle a las gemas
que fructifican tus llantos;
para borrar los espantos
que hay en tu vida presente
y darle en el sol de oriente
para tu esperanza un canto.

El hombre es dueño del monte,
cubre de espigas el llano,
y se abre nuevos horizontes
haciendo perenne el grano,
entregando al ser humano
nueva luz en¹ lontananza
proclama la bienandanza
en la faz del universo
y entrega al poeta el verso
pleno de fé y esperanza.

El hombre rompió el misterio
del mar, el cielo y la tierra;
terminó su cautiverio
e izó su propia bandera;
Se dió un mundo, sin frontera
para la paz y su gloria;
para inscribir su memoria
busca el futuro inmortal
y hará que cante el trigal
en violines de victoria.

Estira el brazo al futuro
por el camino del hombre;
escribe firme en el muro
ideas que tengan nombre;
donde el ideal se escombre,
pone un granito de arena
ya quien lo injusto condena,
dale en tu sangre la llama
que la simiente de grana
ha de redimir tu siembra.

¿Qué te dirán revoltoso?
¿qué “bandido” te dirán?
Diles que el nombre es glorioso
si con él se busca el pan;
Si por bien no te lo dan
has de obtenerlo peleando.
Los amos entienden cuando
ven los puños apretados.
Los yugos no son tronchados
si sólo se están mirando.

1  Hay error en el impreso con el corte del verso.

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A la colorada

A la colorada
(Dedicado a sus habitantes)
Por Juan Castañeda, poeta popular de Cogotí

Colorada, no declinas.
Tus casa con maravillas.
Las hay blancas y amarillas,
y olor a brisas marinas
el agua que tú aglutinas;
Tus hijos, tus vecinos,
esforzados campesinos
que trabajan decididos;
Sus trabajos emprendidos
te forjarán tu destino.

Tú tienes, ¡Oh! Colorada
panorama muy hermoso,
ese lago tan precioso
que se asemeja a una rada;
Son las aguas estancadas
del embalse Cogotí.
Me interesaste a mí
por lo cual yo me inspiré
y estas décimas saqué
hoy tan sólo para tí.

Tienes una bella playa
de una costa fluvial,
donde puede veranear
toda la gente que vaya,
y constatar si me falla
como gran admirador,
de este bello rededor
que tiene Combarbalá
que debía de ser ya
un balneario de honor.

De escuela tienes local,
que es la casa de tus hijos
donde irán todos de fijo
muy contentos a estudiar
lo que les debe enseñar
el maestro que allí tienes.
Es una joya que viene
a la juventud a adornar
si se sabe educar
esas juveniles sienes.

Por fin, bella Colorada
de arboledas tan hermosas
son tus higueras frondosas
son las peras coloradas,
naranjas azucaradas
y todo esto en conjunto
dan hermosura a tu punto
que es región de panorama
y mi corazón se inflama
al de tus hijos adjunto.

Yo te compuse mi verso
en una mañana helada
que salí de madrugada
con el tiempo tan adverso.
Esplendoroso y excelso
te iluminaba el lucero
que brillante y altanero
anuncia el amanecer
y yo sentía correr
tu agüita por el estero.

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Al gran líder Elías Lafertte

Al gran líder Elías Lafertte
Por Antonio Villatoro, poeta popular de San José de Maipo

El pueblo se conmovió
por su salud quebrantada
y que fuera mejorada
muchos rogaron a Dios;
Pronto se restableció
el gran guía y luminaria
de la clase proletaria
de este país tan hermoso,
el líder que es enojoso
a la masa reaccionaria.

Conoce el pueblo la vida
de este gran luchador
que en su joven esplendor
Recabaren fue su guía;
A la pampa recorrían
con sacrificio en su acción
llamando a organización
a los obreros nortinos,
mostrándoles el camino
para su liberación.

La Federación Obrera,
estandarte muy preciado,
todos allí organizados
fueron bajo sus banderas;
En las luchas callejeras
mostraban su valentía
y aunque palos recibían,
aquellos eran en vano,
porque a todos los tiranos
garantías exigían.

Una prensa fué ambición
de Recabarren y Lafertte.
Un trabajo que era el fuerte
para la organización;
cuando ya en circulación
el periódico valiente
lo leyó toda la gente
y su conciencia formó
y por caminos guió
a otros bravos dirigentes.

Por el mundo de la paz
el líder se encuentra en viaje
y a tan digno personaje
allá se le cuidará;
De su dolor sanará
–que allá hay médicos muy “niños”–
el gran Lafertte Gaviño,
el hombre de la amistad
que se lleva la hermandad
de Chile con gran cariño.

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La sequía en el norte chico

La sequía en el norte chico
Por Mauro González, poeta popular de La Serena

Con permiso de los lectores
y abusando de su paciencia
con temor a una imprudencia
y perdón a los cantores
hoy entrego pormenores
de un día verdadero,
de un pequeño criancero
que abrumado por su suerte
es minero de repente
y sufrido leñatero

Lo que voy a relatar
se refiere a la sequía
que azota cruel impía
a la zona de “El Chañal”
Aunque puedo adelantar,
es más grande la extensión
es todita la región
la que sufre sus efectos
por lo cual pido al momento
al Gobierno solución.

Yo conozco al criancero
en su vida de tragedia
y es un drama no comedia,
el que vive allá en el cerro,
esperando el aguacero
que le salve su ganado
sus burritos, su sembrado,
que son toda su riqueza
amasada en la aspereza
de riscales escarpados.

Al cantar el primer gallo
se levantan presurosos,
ladra el perro belicoso
al sentir bajar el bayo;
Una endija muestra un rayo
de un sol que ya se asoma
por encima de la loma
toda yerta y calcinada
que termina en la quebrada
donde el agua no se toma.

A campear sale ligero
el mayor de nombre Lucho.
El pequeño es el marucho
de su padre el arriero;
El prepara los aperos,
los lacillos, aparejos
y de pronto a lo lejos
se divisa la tropilla
junto allá a la algarrobilla
de la mina de ño Espejo.

Las mujeres se dirigen
al corral de la majada.
De las cabras la ordeñada
es tarea de Eduviges,
una chiquilla muy dije,
que tristeza hoy denota
pues la leche sólo es gota
lo que el cabro está chupando
y el hambre está matando
al cachorro ‘e la porota.

Ya la tropa aparejada
está lista pa marchar.
El arriero va aplanar
los metales de cavada
de la mina “Colorada”
al camino “El Pajonal”.
Es muy poco el jornal
que le pagan los mineros;
pero el quiere ese dinero
pa sus burros forrajear.

Cerro arriba va el arriero
en silencio, sin enojo.
Mira al “Copo” de reojo
que ladrando pendenciero
ya mordiendo casi fiero
los talones de un borrico;
mientras tanto que Perico
en el corral ‘ta apartando
los guachos que están mamando
y lamiéndose el hocico.

Muy entrada la oración
Vuelve el arriero cansado,
con sus burros lastimados
que parten su corazón;
Aumentando su aflicción
le dan cuenta fríamente
de otras bestias inocentes
que murieron en el día
víctimas de la sequía
que flagela fieramente.

En sus miradas van al cielo
observando las estrellas.
“No lloverá” dicen ellas
con terrible desconsuelo;
¡Y la noche que es de hielo
negra y triste cual su sino
va envolviendo al campesino
en la escarcha de su manto
y al sentirla con espanto
ve en la noche, su destino

Al fuego, en la ramada,
olvida un poco su pena.
Soba sus manos morenas
agrietadas por la helada.
Y al oír en la majada
el balar de los cabritos,
siente dolor infinito
y con acento sincero
pide a Dios el aguacero
y que se corra el Maldito.

Despedirme no podría
sin solución insinuar
que viniera a terminar
el problema de la sequía
Doloroso y de cuantía
pues son miles de afectados
los que están abandonados
del Gobierno y sus medidas;
Peligrando están sus vidas
como ya se ha comprobado.

Aquí llamo al Presidente
a las ramas del Congreso,
a que no se hagan los lesos,
pues yo lo creo imprudente.
El problema está latente
y merece la atención
e interesa a la nación
ya que hay vidas en peligro
–de chilenos no de gringos–
y se hunde la región

Y llaman a los campesinos
a la lucha necesaria
por una REFORMA AGRARIA
que mejores sus destinos;
Que dé tierras y caminos,
reforeste las laderas
haga fértiles praderas
cree centros de cultura
y reemplace la amargura
por la vida lisonjera.

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Apocalipsis

Apocalipsis
por Manuel Urbano, poeta popular de Puente Alto

Firmo y acudo al llamado
de las fuerzas de la paz,
temo, por la Humanidad
vil acción de los malvados;
El momento ya ha llegado
de definir posición,
los hombres de promisión
frenarán a los perversos,
que holocausto del universo
harían por su ambición.

En temible comunión
los Caines y los Judas
con las acciones más rudas
al mundo llenan de horror;
hambre, miseria y terror
es su ciencia negativa.
Por la paz, mi rogativa
se hace tema en mi conciencia,
mi verso, con elocuencia
canta al trabajo, al amor.

Paraíso de esplendor
la tierra debiera ser;
El hombre podría hacer
en paz, trabajo y amor;
–Superando al Hacedor–
tantas cosas colosales,
que amplias rutas celestiales
unirían sus inventos,
y la unión de los talentos
desterraría los males.

En reductos infernales
se refugian los canallas
y el dinero y la metralla
con sus dioses más formales;
Y sus ritos fantasmales
de fetiches y de espectros
los acusan del siniestro
pavoroso de la guerra
apocalipsis que aterra
conmoviendo al universo.

¡Y llora conmigo el verso… !
por la muestre están doblando
las campanas, y anunciando
con infame sacrilegio,
–para el bronce y sus arpegios–
los instintos de los viles.
¡Qué caracho! Los serviles
prostituyen los valores
falsos cristos redentores
que procrean los Caínes.

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Las predicciones de un gitano para el futuro

Las predicciones de un gitano para el futuro
por Jorge Obrero del Carbón, poeta popular de Coronel.

Oigan estas predicciones
que me ha contado un gitano,
que conocí en Talcahuano
cuando andaba de excursiones;
no hay nada en comparaciones
lo que predijo al futuro.
Encendió más que carburo
mi entusiasmo de poeta.
“Ya no andarán en carreta
y a Juan le pondrán Arturo.

Lloverá en cuenta e’granizo,
chancharras, ultes, traquillas,
jaivas, locos, corvinillas,
también ventarrón de erizos;
huracán de queso suizo,
gran tempestá’ e picarones,
longanizas, salchichones,
con sopaipillas y piures,
y habrán de caer muy libres
del cielo, hasta chicharrones.

Para los enamorados,
en sus épocas nupciales,
lloverán chanchos, zorzales,
catas, loros, cocinados;
el tinto y blanco asoleados
y abundancia de alivioles¹,
como machas, caracoles,
caerán con todas ganas,
igual peras y manzanas
y hartas papas con frejoles.

Para los pobres verdejos,
que tantos hay en el mundo,
unos patos moribundos,
también fiambres de conejos
ranas, liebres y cangrejos,
como charqui de caballo,
lentejas, coles, zapallos
y la pescada a destajo.
Como es lluvia’e comistrajo
lloverá hasta pejegallo

DESPEDIDA:

Al final de tantas cosas
que lloverán con deseo,
que magníficos causeos
verán en lluvia asombrosa;
No como la desastrosa
que hoy nos mata a tentaciones.
Se acabará con visiones,
según la idea que llevo,
será cambiar mundos nuevos
por otras generaciones”.

1  Aliviol, analgésico de mucho uso en los 50.

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Para la niña de mis sueños

Para la niña de mis sueños
Por Manuel Urbano, poeta popular de Puente Alto.

¿Adivinas lo que miro
cuando te miran mis ojos?
El beso sensual y rojo
que de tus labios suspiro.
De tu ser, que todo admiro,
me cegaron tus encantos.
No pienso en un desencanto
si en lucidez te mirara.
Eres bella y yo jurara
que eres más por mi quebranto.

No tengo derecho a tanto
como decir lo que digo,
más, no poco, pues dedico
a tu belleza mi canto.
Puedo yo amarte, entretanto.
Sin transgredir la moral
Yo no quiero hacerte mal
con inculcarte el pecado
–virtual desliz adorado
que sólo sueño al cantar.

Puedes, pues, adivinar
lo bien que te admiro y quiero
y te deseo. Soy sincero
y no te haría pecar,
y eso, por no desflorar
de tu belleza, tu honra.
Si te canto, no deshonra
mi pluma tu honestidad,
porque me inspiro, en verdad,
en tu hermosura que asombra.

Eres fugaz, cual mi sombra
que miro al mirar tus ojos,
o el beso en tus labios rojos.
Mas ¡¡Ay…! que el verso no nombra
el azul que me atolondra
de tu pupila encendida
y el blanco que me fascina
de tu cuerpo en esplendor.
Mi verso. ¡Oh! niña de amor
profano y casto iluminas.

Muy difícil golosina,
no por cara o por altiva.
Es mi pecho el que cultiva
el sentimiento que anima,
una pobreza perlina
para mi canto pagano.
No pretendo que mi mano
desgarre tu vestidura.
Sensible es gozarte pura
y es ingrato lo malsano.

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Contesto al desafío

Contesto al desafío
Por Jorge Obrero del carbón, poeta popular de Coronel.

CUARTETA

Le seguiré respondiendo
al poeta ‘e Viña ‘el Mar
quien me quiso desafiar
por lo ‘stamos sufriendo.

GLOSA

Aunque me puso en apuro
pa contestar sus preguntas
aquí estoy haciendo punta
porque así soy; yo lo juro;
y aunque me sale algo duro
este tema que estoy viendo;
de alguna forma lo enmiendo
este verso ‘el negro llampo
y así poeta del Campo
le seguiré respondiendo.

Al inicio fué un chascarro,
que me lo dio de frentón
por lo que hubo en el carbón
por un traidor re malazo;
Hizo traer varios huasos
pa el movimiento quebrar
y que logró de engañar
unos huasitos con bandas.
Cuento con dolor la tanda
al poeta ‘e Viña ‘el Mar.

Hubo una gran confusión
sin conocer los trabajos,
tuvieron que ir abajo
como al hocico del león.
Se hace corta la versión
pa poder todo narrar
que tuvieron que extrañar
rodeados como entre feria.
Comprenderá la miseria
quien me quiso desafiar.

Aquí en Coronel y Lota
que somos fieles hermanos
el trato no es muy humano
del patrón que nos explota
nos hace sudar la gota
y a todo rigor corriendo
en estos hoyos tremendos
por un escaso salario
Usté sabrá por el diario
por lo que ‘stamos sufriendo.

La altura en pique y chiflón
es de mil metro pa arriba
y se seca la saliva
con tanto polvo ‘e carbón;
la distancia al frente, son
seis kilómetros y más
y el peligro por detrás
de caer muertos o heridos.
Esto está reconocido
por catástrofes pasás.

Cuando llegó la traición
se vieron tristes pesares,
por los varios centenares
que tuvo en persecución.
Esto lo vio Concepción
donde produjo más penas
a esta raza chilena
víctima de tal penuria,
al aplicar con tal furia
las leyes que son cadenas.

De los pobres relegados
desapareció un buen lote
y tuvieron al garrote
este sitio acorralado,
sin salir pa ningún lado,
sólo con salvoconductos
con su poder y reductos,
hizo cuanto lo antojó.
Mucho tengo que ‘icir yo
de su infamia y sus productos.

Aquí se perdió un alcalde,
dirigentes al por mayor,
como un gran gobernador
y otras gentes honorables.
Por ellos pregunto en balde
cual tirar piedras al agua,
otros tantos en Pisagua
que ni muertos los trajeron,
y las madres que a luz dieron,
todo esto quedó entre enaguas

Al fin diré con dolor,
quedamos hasta sin voto
y cual pobres diablos rotos
por la obra del traidor;
que con su fuerza mayor
se las dio de gran patriota
con dejarnos en derrota
y odiados por el hambre.
El odio hecho raigambres
en todo el pueblo de Lota.

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Proclama al rojo

Proclama al rojo
por Manuel Urbano, popular de Puente Alto

Es la hora del amor
que ya alumbra al porvenir
después de tanto sufrir
el hombre, con gran valor
–de la unidad del calor–
otro camino andará
el yugo sacudirá
de los andrajos y el llanto
para entonar sólo el canto
del trabajo y de la paz

Pa toda la Humanidad
más cultura y decencia,
¡Abajo…! la preferencia
¡Arriba…! al fin, la igualdad
El privilegio es maldad
para molicie de viles
corrupción para serviles
ocasión para los Judas,
mordaza para que el que suda
engordando a los caínes

Definidos los perfiles
de una causa redentora,
la clase trabajadora
–sin espadas ni fusiles
sólo en pos de nobles fines–
podrá una valla el espanto
a la ruina y el quebranto
legado de la ambición,
de una cruel explotación
con hambre, terror y llanto

¡Adelante…! asalariados
los del campo y de la mina.
los obreros de la usina,
los marinos, los soldados:
–y los que están sojuzgados
por el dogma o por el mito–
¡Adelante…! un solo grito
para lograr la unidad
ya allí a sellar la hermandad
sin tiranos mi proscritos.

Por la causa ultramontana
de la lucha por el pan
¡Adelante…! el sacristán.
¡Que haga rugir las campanas!
Que enarbole la sotana
el fraile en negra bandera,
para mortaja postrera
de una casta que agoniza.
Ya el porvenir preconiza
realidad y no quimera.

Más sol entre las cementeras
cuajándose en las gavillas
tocadas por la varilla
del hada naturaleza.
Lluvia de pan en la mesa
y bendición en el agro;
La paz, el libro, el taladro
serán los presentes Manes,
de multiplicar los panes.
Entonces será el milagro.

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Barrios santiaguinos

Barrios santiaguinos
por Luis Polanco poeta popular de Santiago

N. de la R. Esta composición fue recitada por su autor en el teatro Roma en homenaje a Ricardo Fonseca

Fonseca

Teteras con diez remiendos
sobre tres piedras cuadradas
maderas viejas ardiendo
sobre la tierra mojada
cáscaras de pan tostadas
para el pobre desayuno
hoy como ayer es ayuno
en la vida de los pobres
apenas le dan los cobres
para el agua y el pan duro

El hombre se va a la Vega
tal vez a cargar cajones
mientras la mujer refriega
los parchados pantalones
o remienda los jergones
en que entibió su desvelo
o zurce el viejo pañuelo
que servirá de mantilla
o quiebra con la escobilla
la escarcha que tiró el cielo

Hoy sólo tendrá la olla
cuando llegue el mediodía
el pan añejo y cebolla
en un poco de agua hervida
pero hay fuerza todavía
para seguir batallando
el pueblo sigue luchando
para quebrar su tristeza
bien sage¹ que su pobreza
no se termina esperando

Echa a la espalda la pena
y al corazón la esperanza
y a machacar su cadena
tira su grito a la plaza
y se eslabona y se abraza
al campesino, al minero
al empleado y al obrero
y al profesor y al artista;
ya no perderás de vista
su estandarte guerrillero.

Ya él se abraza con amor
si en el camino resbala
le clava el diente al dolor
y en la herida se apuntala
para él no existe mala
que no se pueda vencer
él ha formado el poder
que hará fácil el camino
él es Dios de su destino
nadie es tan grande como él.

Así son hoy tus soldados
que vigilan tus cuarteles
con los brazos estirados
para ofrendarte laureles
con tus enseñanzas fieles
tu pueblo se hizo un titán.
Yo al buscarte con afán
en el mañana te miro
de auroras es el suspiro
porque aún vives: ¡CAPITÁN!

1  Sic

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