Infancia abandonada

Infancia abandonada
por Victaliano Nova, poeta popular de Santiago.

Espectáculo brutal
hoy en la calle se vé
el niño sigue otra vez
en abandono total:
sigue mendigando el pan
y vestido con andrajos
convertido en espantajo
de miseria repugnante
sin encontrar gobernante
que a este mal le ponga atajo.

Yo pregunto como tantos
¿es posible que estos niños
no tengan pan ni cariño
sólo conozcan el llanto?
¿es justicia que entre tanto
el hijo del cruel burgués
coma y se llena por tres
tiene leche, huevos, carne;
los hijos de roja sangre
no tomen ni un poco e té?

Esto colma la medía
es vergüenza nacional
que lo mismo que animal
sufre el niño esta agonía;
como está la vida hoy día
todo es lamento y pesar
yo me suelo preguntar
¿lo que ayer se prometió
dónde diablos se quedó
eso de infancia cuidar?

Ojalá no fuera un cuento
que aquí se volvió a contar
este mal hay que acabar
pa que cese este tormento;
solucionar este entuerto
no es cosa del otro mundo
expropiar los grandes fundos
hacer la Reforma Agraria
así sin mayor patraña
no habrán niños vagabundos.

DESPEDIDA:

En fin, según mi entender
vender cobre a todo el mundo
reportará pienso al punto
beneficios por doquier;
se podrá yo creo hacer
hogares para los niños
escuelas pal campesino
casas obreras por miles
plazas con juego infantiles
represas, puentes, caminos.

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Presentación

Presentación
por Marcos, poeta popular de Santiago

PRESENTACIÓN:

Soy negro como el carbón
pero blanca tengo el alma
a mí nadie me da alarma,
de temple es mi corazón.

GLOSA:

Yo amo la luz del día
la infinita inspiración
del poeta y su canción
de tenue melancolía;
orgullo ’e la patria mía
más como cantor entiendo
y claramente comprendo
que Neruda es el mejor
para Chile es un honor
que el pueblo está agradeciendo.

La esencia de mis amores
en estos versos no escribo
porque no sé que recibo
le van a dar los lectores;
eso si que, mis señores,
le cantaré a lo sabido
soberbio y enardecido,
pues soy pueblo encadenado
que si ha sido traicionado
nunca se da por vencido.

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Mi amor es para Rusia

Mi amor es para Rusia
(Por Francisco Ruz, poeta popular de Curicó)

¡Qué linda estará Rusia!
ahora que Moscú es puerto
y fértiles tus desiertos
porque allí hay ciencia y astucia;
con agua limpia y no sucia
tus desiertos son regados
ingenieros afamados
con un tesón sin igual
antes de un plan quinquenal
hacer todo esto han logrado.

Con el canal Volga Don
tienes por puerto a Moscú
eso lo haces sólo tú
y ninguna otra nación;
otras tienen ambición,
tú tienes el patriotismo
en otras reina el cinismo
el terror y la maldad,
no existiendo bondad
no pueden hacer lo mismo.

Seguirás siendo hasta el fin
del obrero el paraíso,
porque eso fué lo que quiso
el genio del gran Lenin.
Muerto él, siguió Stalin
adelante y con empeño.
Hoy que ellos duermen el sueño
iluminando el sendero
el campesino y obrero
de sus destinos son dueños.

Seguirá marcando rumbos
tu régimen socialista
mientras el capitalista
seguirá de tumbo en tumbo;
yo con mi idea sucumbo
pues la idea es inmortal,
el burgués para su mal
quiere seguir explotando
y pronto se irá acabando
su régimen infernal.

DESPEDIDA

Ya al fin Rusia querida
mucho deseo ir a verte
porque quiero conocerte
de mí eres la preferida;
yo por tí diera mi vida
como la dieron tus hijos,
a tí el Señor te bendijo,
por eso sigues triunfante,
yo he de seguir adelante
puesto en tí los ojos fijos.

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Golpistas no pasarán

Golpistas no pasarán
(Por C. Castillo, poeta popular de Rengo)

Altivos pero serenos
valientes, pero con calma,
audaces con toda el alma
de los patriotas chilenos ;
unidos les venceremos
a los infames golpistas;
orejeros, estanqueristas,
les digo: no pasarán
al pueblo no engañarán
con disco anticomunista.

El Congreso ha respondido
con una digan actitud;
comprueba la magnitud
de la ofensa que ha sufrido
la libertá ha defendido
y también la democracia
cayendo así en la desgracia
del que quiere tiranía
pero en esta patria mía
no prospera la falacia.

Aquí no habrá un cuartelazo
tampoco habrá Guatemala
por la buena o por la mala
el pueblo se abrirá paso,
no caímos en el lazo
de infame provocación;
esto es la relegación
de dirigentes queridos
Seguiremos siempre unidos
hasta salvar la nación.

Es inútil detener
el gran reloj de la historia
de Chile será la gloria
el gran ejemplo imponer;
lucharemos hasta vencer
a los ganchos de los yankes
les saldremos adelante
parando la manodura
con la tremenda armadura
de nuestro escudo arrogante.

DESPEDIDA

Por fin vislumbra la aurora
tras de negros nubarrones
que estrechan los corazones
porque ya suena la hora;
la democracia que adora
todo Chile, quiere Pan
va forjando la unidad
excluyendo el sectarismo
ese grandioso organismo
que ve por la libertad.

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Pidiendo amparo

Pidiendo amparo
(Por José Pino Toro, poeta popular de San Fernando)

Otro Toro desvalío
con ochenta años de edad,
implora la caridad
después que tanto ha servío;
a los mal agradecíos
que toda mi vida hey dao
–seis veces accidentao
peliando con los bandíos–
se han hecho desentendíos
y no me han jubilao.

Mi conducta es sin rival,
honrao y con religión
no tengo vicio mayor
que me pueda deshonrar;
una vez que salí a andar
cuando tenía veinte años
olvidando mis rebaños
lo dejé todo botao
y en el tren que iba a Codao
me acomodé sin engaño.

Yo me tengo por valiente
por tanto me fuí de noche,
muy metido en ese coche
camino de San Vicente;
pa que no riera la gente
preguntar no me atrevía;
con mi humanidad perdía
sin salir de un callejón
vine a dar con la estación
allá por el mediodía.

Esa vez que salí a andar
fué el año noventa y cinco
y yo ya me había inscrito
pal servicio militar;
y por quererme librar
perdí lo más que tenía
porque yo muy bien sabía
que antes de salir llamado
había que irse pa Santiago
pa entrar de policiía.

Una vez salí a formar
para salir al servicio
y me miraba que es vicio
un cuerpudo capitán,
Mi primero Salazar,
por orden que a mí me dan
va a mandar a este guardián
a san Antonio… ¿Por qué?
Por lo re bien que se ve
con la ropa e militar.

Allí me pelié señor
con el mismo Presidente
que llegó muy de repente
con Ministro el Interior;
por creerse tan Mayor
y el tránsito contraponer
como no quiso entender
al cochero llevé preso
y esto me trajo un ascenso
por cumplir con mi deber.

Allá por la Nochebuena
del año noventa y ocho
en la ribera del Mapocho
me tocó guardia serena;
hacían ramás muy buenas
y en el mercado Central
me tiraron pa matar
a un grupo ´e nueve bandíos
y se juntó el gentío
para verme a mi peliar.

Pero yo saqué mi espada
y comencé a barajar,
batiéndome en retirar
pa que no me hicieran nada;
pero varias cuchilladas
de los malditos toqué
y cuando quedaban tres
arrancaron de repente
por entremedio e la gente
que me vivaba después.

Pero yo no me quedé
y herido, en sangre bañao,
les salí por otro lado
hasta que me los pillé;
los pasé con parte al Juez,
que en la cárcel los dejó
y pagar les obligó
la cura de mis heridas,
y aún peligrando la vida
de mi nadie reclamó.

Salí con un ojo menos
con pierna y brazo quebraos
y con dos dedos cortaos
en defensa de lo ajeno;
no me quedó nada bueno,
me cortaron dos carreras,
las que muy brillantes fueran
pues también fuí boxeador
y recuerdo con honor
que nadie me compitiera.

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Los tres años de gobierno

Los tres años de gobierno¹
Por Miguel Luis Castañeda, poeta popular de Cogotí

Tres años nomás cumplidos
llevamos de desacierto;
tres años de perro muerto
que pacientes hemos sufrido;
de todo lo prometido
se olvidaron al momento
y en vez de pan, sufrimiento
nos dieron sin dilación
otra más negra traición
unos cuantos deshonestos.

Anda todo aquí al revés
al justo, Pancho María.
En Palena, el otro día.
nos pegaron otra vez;
se acabó nuestra altivez,
nos pelan la cola a azotes
y Ferrer muy fresco el mote
dice: aquí no pasa nada,
recibe las bofetadas
y se queda felicote.

La más negra carestía
estamos todos sufriendo
el pan, la carne subiendo,
noche a noche, día a día;
los zapatos, mama mía,
arriba de cinco mil,
y el té para qué decir,
solo sé que hay en la China
y aquí sólo agua cochina
nos dan para no morir.

Tres años más van quedando,
por Dios que barbaridad,
si ha sido una eternidad
los tres que fueron pasando;
Si así siguen gobernando
voy a andar en calzoncillos,
pues la plata en el bolsillo
por nada del mundo aguanta;
sólo el hambre se me chanta,
mis tripas se hacen nudillos.

DESPEDIDA

Al fin para terminar,
el aceite apareció.
¿Dónde se hallaba? Por Dios,
sólo él lo pudo ubicar;
ha servido pa aceitar
muy dudosos negociados.
Hoy anda casi botado
¿No cree? A Holland pregunte
–cuándo él se tire el apunte–
con qué aceite es aceptado.

1  Por error de imprenta el título de este verso está cambiado con el anterior.

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Contra la bomba infernal

Contra la bomba infernal
Por Manuel Luis Castañeda, poeta popular de Cogotí.

Un fenómeno en el mundo
espanta a la humanidad,
pues a una hermosa ciudad
la destruye en un segundo
Es un crimen muy inmundo
por un invento moderno,
es la copia del infierno
invento para matar
es un engendro del mal,
no respetan ni al eterno.

Es una bomba infernal
que adentro lleva la muerte
y a todo ser deja inerte
donde se llega a lanzar.
Este monstruo colosal
bomba atómica se llama
y reduce con sus llamas
todo a escombro y carbón.
Es muerte y es destrucción
ese gran negro fantasma.

Los yanquis son los demonios
que atizan a esta hoguera
convirtiéndose en fieras
y dejando de ser hombres;
con un cinismo sin nombre
se alistan para matar
porque quieren terminar
con el fuerte socialismo
formando un gran cataclismo
con esa bomba infernal.

El imperio del Japón
fué el primero que afectaron
con dos bombas que lanzaron
le impusieron rendición.
Fué una muy negra traición
a Nagasaki e Iroshima
el juicio les cayó encima
a esas ciudades hermosas
dándoles muerte horrorosa
envenenándoles el clima.

Y cien mil preciosas vidas
fué el gran tributo de sangre
a ese gran humano enjambre
que impuso la bomba homicida.
Está latente aún la herida,
por los malos gobernantes
pecado y crimen tan grande,
nunca visto en esta tierra
ese crimen de la guerra
que analizo en este instante.

Paz en el aire y en la tierra
es el grito por doquier
que derrumbará el poder
de los que quieren la guerra.
Toda la maldad que encierra
sepultada quedará
pues la paloma de la paz
a Ginebra visitó
y un mensaje allí dejó
pa toda la Humanidad.

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Historia de dos pájaros

Historia de dos pájaros
Por Sergio Rueda, poeta popular de San Miguel.

Conocí dos pajaritos
que se amaron locamente,
sin que pasara por mente
ningún problema fortuito;
todo era grande y bonito,
lleno de paz y ternura
no sabían de amarguras
sólo sabían amar,
sin detenerse a pensar
que la vida es larga y dura.

Ella y él se conocieron
en las ramas de un pimiento,
muy felices y contentos
al ver que se descubrieron;
cantando y volando fueron
a contarle a todo el mundo
que su amor de un segundo
años y años duraría
y que el amor los haría
felices y vagabundos.

Sólo sabían cantar,
el decía poesías,
y ella al ver que la quería
se ponía a suspirar;
y de pronto al terminar
ella a él le daba un beso,
el que lleno de embeleso
se ponía a escribir
algo capaz de decir
lo grandioso que era éso.

Así se pasaba el tiempo
sin siquiera darse cuenta
ella se hallaba contenta
y él feliz miraba el campo;
sin pensar que como un lampo
lo feliz se pasaría
y que aquellas poesías
que ayer cantaron amor,
hoy lo harían al dolor
al no estar con quien quería.

Se hablaban al oído
con palabras muy bajitas;
de pronto la pajarita
separóse del querido;
era un cazador furtivo
que había logrado cazarla
y después de maltratarla
fue a encerrarla en unas rejas
y sólo se oyó una queja
del pajarito al dejarla.

El pájaro solitario
va triste y meditabundo,
es un pobre vagabundo
que suspira y llora a diario;
va arrastrando su calvario
y poco a poco muriendo
y en su pecho va sintiendo
el dolor de la que amara,
de aquella que se alejara
en una jaula sufriendo.

Por eso, si algún día
ves dos pájaros volando
y bajito conversando,
déjalos seguir su vía;
pues si dañas su alegría
tú no tienes corazón
y si mal tienes, mejor
que te lo saques del pecho
porque habrás visto de hecho
que no cumple su función.

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Dominación imperialista

Dominación imperialista
por Francisco Ruz, poeta popular de Curicó

Dinos Señor: ¿Hasta cuándo
quieres hacernos sufrir,
o tendremos que morir
como el que murió esperando?
Nos sigue el rico explotando,
también el  mal gobernante,
no está la vida como antes
cuando era todo barato.
El pobre no usa zapatos
y el obrero esta cesante.

Toda la América entera
se ha cubierto de tiranos
todos crueles e inhumanos
con la pobre clase obrera;
del rico nada se espera
sólo nos queda el marxismo
para salir del abismo
y poderse emancipar.
El lema es no dudar:
obra del obrero mismo.

Hay tiranos en Honduras,
en Perú, Cuba y Caracas,
la de Perón está flaca
igual que la yegua ‘el cura;
el imperialismo apura
por dominarnos a todos,
le busca de varios modos
con Chile ya está abusando
que de aquí se está llevando
el cobre, salitre y yodo.

DESPEDIDA:

Al fin seguirán cayendo
los verdugos en la tierra
porque fomentan las guerras
que es un flagelo tremendo;
Señor: yo te estoy pidiendo
paz para la humanidad
que termine la maldad
y nunca nadie mal obre
para que la gente pobre
viva con felicidad.

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Las quejas de un difunto

Las quejas de un difunto
por Azucena Roja, poetisa popular de Santiago

Una carta misteriosa
recibí aquella tarde
y sin hacer mucho alarde
yo la abrí muy presurosa;
Muy pálida y temblorosa
la leí apresurada
pues ésta estaba firmada
por alguien que ya no existe
y el carácter que reviste
aquí va de una plumada.

“Me dirijo a usté en su punto
enviándole esta misiva,
para que en verso transcriba
las quejas de este difunto;
“Y aquí va todo el asunto
por lo que estoy indignado
y que me siento obligado
a tal punto a reclamar,
para poder descansar
en este Campo Sagrado”.

“Al morir creí encontrar
la paz en el cementerio
y aquí en estos misterios,
de la vida, descansar;
Errado estuve al pensar
que tal cosa así sería
porque en esta tumba fría,
hay paz sólo por las noches.
Lo demás es puro boche
que se escucha todo el día”.

Dicen hipócritamente
al venir a sepultar:
“que la paz de este lugar
tuya sea eternamente”;
Pero así al día siguiente
a un señor encopetado,
lo traen acompañado
con mucho bombo y platillo
y con el mismo estribillo
lo mismo le han deseado”.

“A ese señor le han rendido
honores con gran regalo,
porque no hay ni un muerto malo
aunque un truhan haya sido;
Yo fuí un minero sufrido
y en el campo producí
mi sangre a la patria dí
y en silencio fuí enterrado
y a nadie le fué importado
el valor que había en mí”.

“Morí en la calle botado
y la noche fué testigo.
Pobre fuí, como castigo
por haber sido hombre honrado;
Hoy me encuentro aquí enterrado
y quiero paz con razón
y he sentido indignación
al ver que tantos honores
rinden inmerecedores
al que fué un vivo y ladrón”.

“Y se acerca “nuestro día”
un suicidio nuevamente,
pues vendrán nuestros parientes
con toda su algarabía;
Empiezan las romerías
y las bandas a tocar.
Y yo con todo pensar
les reclamó este suplicio,
pues con todo este bullicio
me van a resucitar”.

Y hasta aquí su pluma deja
el muerto que me escribió
y que helada me dejó
su carta que no semeja;
Encuentro justa su queja,
los tiempos están cambiados.
Todo ha sido renovado
y reina la vanidad
y hasta de la eternidad
piden la paz que han deseado.

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