Tu

Tu
por Edison Grandón, poeta popular de Concepción

Tus ojos: misterio azul,
quebraron mi corazón;
tu tez: transparente tul,
ha usurpado mi razón.

El ambar de tu sonrisa:
madreperla cuidadosa
es el néctar que suaviza
mi aspiración más golosa.

Tus bucles: suaves capullos
de seda no cultivada,
enmarañan mis arrullos
en el temblor de la nada.

Tu cuello: grácil espiga
por suave brisa agitada
es la paz que mi fatiga
sueña en noches desveladas.

La montaña de tu pecho,
volcán de fecundidad;
naturaleza al acecho
de una feliz realidad.

La suave protuberancia
de tus curvilíneos hombros
es símbolo de arrogancia
que se resume en mi asombro.

La fina sombra del brazo
que tus manitas sujeta,
es el diminuto lazo
que mi fantasía aprieta.

Es la frágil suavidad
de tu vegetal cintura:
pedestal de castidad,
pedúnculo de hermosura.

Tus caderas: geometría
enmarcando mi ilusión,
han reducido en un día
la fuerza de mi tesón.

Tus muslos, que mi ansiedad
adivina primorosos,
paternizan la bondad
de los tiempos caprichosos.

La gracia de tus rodillas
con agilidad de danza,
agita tus pantorrillas
en busca de la esperanza.

De tus pies, los finos dedos
evoco, sucios de mar,
cuando añoro aquel paseo
junto a tu gracia sin par.

Graciosa preciosidad
eres entera adorable
resumen de la bondad
súmmum de amor entrañable

Satisfazme con tan solo
permitir que xxxx1
ponga a tus pies mi tesoro
y mi inspiración de vate.

1  Nuestro impreso está borroso en esta zona.

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Canto póstumo

Canto póstumo
(A la memoria de mi madre)
Por Luis Polanco, gran poeta popular.

Alma de mi alma; ¡Madre!,
primer sol de mi pupila,
terneza que se perfila
en el alba y en la tarde;
celeste amor sin alarde,
tendido en mi tarde clara,
rosa de luz que dejara
tu canción sobre mi cuna;
me dio tu frente la luna
para que te la besara.

Línea blanca en mi destino,
suave estrella de mi cielo,
felpa de seda en el suelo
que fué mi primer camino;
del ave me diste el trino,
me diste alas de aurora,
en el rumor de la flora
y en los arruyos del nido
me diste “albo amor mío”,
el verso que canto ahora.

Tendido entre el cerezal
te anda buscando el clarín,
tu ausencia mató el jazmín
y ha marchitado el rosal;
junto al puquío de cristal
te está esperando el jarrón
reseco por la emoción
de no oírte, de no verte,
y te llora en la vertiente
el viejo sauce llorón.

Hoy, recostado en la tierra
que antaño fue tuya y mía
tendióse en la lejanía
mi nostalgia y mi quimera:
como portón que se cierra
frente a un paisaje de auroras
sentí el golpe de las horas
que están tronchando el amor,
y vi esconderse la flor
en tu voz ensoñadora.

Vos me dejaste en tu aliento
ésta voz dulce escondida,
que es voz de estrella y de viento
y que es fuente de mi vida.

Es voz que le di al rocío
para en el, hablar contigo,
voz que viajara en el río
cuando paseabas conmigo.

Alma de mi alma: ¡Madre!,
antorcha en mi caminar,
emoción primaveral
hecha palabra en mi sangre:
polvo de trigo en el hambre
de redención, con que sueño,
camino de sol, sin dueño,
aire puro en el taller,
e ilusión por florecer
en mi futuro risueño.

En donde se duerma el agua,
y donde sueñe la alondra,
donde la brisa haga alfombra,
donde sea espejo el alba,
donde sonría en la parva
el bienestar campesino,
donde el lucero y el trino
den al amor armonía,
habrás de hallarme, alma mía,
siguiendo un nuevo camino.

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Defendamos la algarrobilla

Defendamos la algarrobilla
Por Mauro González, poeta popular de La Serena.

En mi tierra calcinada
solo aquí ¡oh maravilla!
crece planta codiciada
que se llama algarrobilla.

Este arbusto fabuloso
solo vive en los cerros
de mi norte caluroso,
ignorado en cruel destierro.

De sus frutos generosos
se fabrican anilinas
de cualquier color hermoso
y su tinta es muy fina.

Es riqueza nacional
de gobiernos despreciada
y la desidia oficial
la mantiene abandonada.

El campesino ignorando
su dañino proceder,
ciego, sigue cortando
su leña para vender.

Se exterminó la chinchilla
que es de piel muy apreciada
igual va la algarrobilla
sin medidas adecuadas.

Al presentarla a la Lira
yo la quiero defender
del que destruye y no mira
lo que a Chile hace perder.

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Lamentos de un minero de El Teniente

Lamentos de un minero de El Teniente
por Carlos Torres, poeta popular de Sewell

El minero de “El Teniente”
trabaja pues con afán
para darle a su familia
el abrigo, techo y pan.

Yo declaro mis tormentos
y la muy poca alegría
que se pasa en “El Teniente”
trabajando día a día.

Son terribles sacrificios
lleno de angustias y dolor,
que pasa el hombre minero
adentro de un socavón.

Escuchen estas palabras
que está diciendo mi boca,
no es cuento que me han contado
ni de experiencia muy poca.

Si por desgracia algún día
se hunde el cerro y lo pilla,
el hombre queda aplastado
lo mismo que sopaipilla.

Y si uno ya es casado
y llega así a perecer,
al yanqui ya no le importa
nuestros hijos ni mujer

Así lo pasa el minero
siempre viviendo amargado,
afuera en una prisión
y adentro sepultado.

No soy hombre tan anciano
pero digo la verdad
que en la mina de “El Teniente”
hay mucha calamidad.

En este duro trabajo
el gringo come-pulmón
lo hace a uno trabajar
sin piedad ni compasión.

Lo tratan como un esclavo
y a veces como animal
y asi el pobre minero
va ganando su jornal.

Bueno amigos lectores
yo no soy un gran coplero,
mas, lo que dicen mis versos
no lo dice un embustero.

Soy un hombre de trabajo
que bien conoce este cerro
y que el gringo explotador
tan sólo me llama obrero.

Ahora ya me despido
con estos versos mi amigo,
no son consejos que digo,
sino la vida ‘el minero.

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Vida dura

Vida dura
Por Adán del Carmen M., poeta popular de Linares. campesino semianalfabeto.

NOTA DE LA R: Este campesino, como muchos miles de los campesinos de nuestra tierra, vino a la capital en busca de justicia. Aquí se encontró con la sorpresa de que no tenía derecho a reclamo, pues él había firmado lo que el patrón le indicaba y, como no sabe leer bien, resultó que había firmado dándose por recibido de un salario y de asignaciones que nunca percibió.

Trabajador que produce
su agotadora jornada,
languidece sin tener
su guatita alimentada.

Le piden a su patrona,
mas no les quiere valer,
humillados como esclavos
es como los quiere ver.

Para aprender a ayunar
los patrones dan consejos,
mas no les importa un bledo
que se mueran sus Verdejos.

Miren la gran injusticia
que se comete y aterra;
le pagan raciones de hambre
al que les labra la tierra.

No hay pa los hijos vestir,
menos para mantenerlos,
luego si caen enfermos
‘tan condenado a morir.

El patrón bien ha estudiado
lo que es la demagogia
para engañar al obrero
que pasa tan mala vía.

Y ellos se dan la del oso
con l´hambre de sus obreros
y los tienen trasquilados
como un piño de corderos.

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A los poetas populares de mi patria y a los de América hispana

A los poetas populares de mi patria y a los de América hispana
por Manuel Urbano, poeta popular de Puente Alto.

La gran familia dispersa
de los poetas populares
ha afinao las cuerdas
para entonar sus cantares.

Hoy en fraternal unión
provincial y nacional
buscarán mancomunar
sólida organización.

Ideal de superación
que rebalse las fronteras
y que la América entera
conozca de su intención.

En patrióticos cantares
cantemos la independencia
y mostremos la conciencia
de las clases populares.

Florece la poesía
desde México a Argentina,
desde al Guayas al Arauco
hecha ley de rebeldia.

Invito yo a mis hermanos
de la América sufrida
que en un hogar nos unamos
con esta noble divisa.

Cantar del mal el dolor
y de lo bello lo hermoso,
Martín Fierro lo cantó
en un poema glorioso

Cantó todo ese coloso
lo que en su siglo pasó,
a imitar al bardo altivo
hoy en día os invito yo.

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Las juventudes chilenas

Las juventudes chilenas
Por Fernando Torres, poeta popular de Curicó

Han sonado los clarines
en esta hora suprema
y avanzan cual paladines
las juventudes chilenas.

Como herencia ellas traen
sangre araucana en sus venas
sangre que derramar saben
las juventudes chilenas.

Un Chile feliz y grande
es el grito que resuena
es la bandera que blanden
las juventudes chilenas.

Por la Paz vienen luchando
cortando vienen cadenas
libertad vienen gritando
las juventudes chilenas.

Unidas lucharán fuertes
entre miserias y penas
lucharán hasta la muerte
las juventudes chilenas.

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Dialogo entre un campesino y un minero del carbón

Dialogo entre un campesino y un minero del carbón
Por Ismael Sánchez, poeta popular de Candelaria

EL CAMPESINO:
Amigo si usté es minero
y me quiere conversar:
dígame si son de ley
las minas del matadero .

EL MINERO:
Yo no conozco esas minas
sólo he probado la carne
en sueños, cuando tengo hambre
a veces como sardinas.

EL CAMPESINO:
Amigo, si ustedes minero
¿cómo tiene el corazón?
dígame si algún pulmón
p’al gato le queda bueno.

EL MINERO:
Mis pulmones son de acero
se hicieron en Guachipato
un surtidor bien barato
de sangre para el prietero.

EL CAMPESINO:
Amigo, como minero
¿En que se desempeñó?
O solamente sirvió
¿para acarrear el puchero?

EL MINERO:
Por favor, si en él su suelo
–Esto debajo del horno–
saqué los sacos al hombre
ayudándole a mi abuelo.

EL CAMPESINO:
Me imagino caballero
que usté debe ser pariente
de otro que engañó a la gente
“dándoselas de minero”

EL MINERO:
Ese era un aventurero
de régimen ya pasado
un papel bastante ajado
que se llevó el basurero.

EL CAMPESINO:
Amigo si no es farsante,
como poeta del carbón
dígame, ¿porqué es mejor
el que nos traen los yanquis?

EL MINERO:
Amigo, no hay diferencia
creo que estamos de acuerdo;
aquí lo traen por “negro”,
y eso ¿qué tiene de ciencia?

Si es campesino mi amigo
voy a hacerle esta pregunta:
¿Por qué está cara la fruta?
¿Por qué no se siembra el trigo?

EL CAMPESINO:
Este problema es sencillo
muy fácil la explicación
porque no quiere el patrón
y no es dueño el inquilino

EL MINERO:
Amigo se me ha olvidado
hacerle otra preguntita,
Si siembran los “laboristas”
¿por qué no se ve el sembrado?

EL CAMPESINO:
Son agros falsificados
viven en la capital
y nunca van a sembrar
si no conocen arado

EL MINERO:
Si es huaso y vive feliz
¿por qué no usa la espuela?
¿y por qué la correhuela
siempre encadena el maíz?

EL CAMPESINO:
¿Por qué no me dijo antes
su pregunta favorita?
esa es la “Ley Maldita”
de tipo y de corte yanque.

EL MINERO:
Yo quiero que usté me entienda
¿qué pasa en la agricultura?
¿por qué muchos aseguran
que no vale lo que siembran?

EL CAMPESINO:
No me enrede con esa cuerda
distinguido caballero
yo empecé como “estanquero”
hoy administro la hacienda

EL MINERO:
Dígame entonces ¿por qué
si el campo es tan prodigioso
se contrata tanto ocioso
y no se sabe pa qué?

EL CAMPESINO:
Eso nos manda Samuel
como teóricos de espías
que nos coman la “comida”
y le compremos a él.

Ahora amigo querido
vengan sus cinco jazmines
y brindemos porque Chile
jamás sea sometido :
Aunque nos sobran motivos
pa dudar del que reincide
en nuestro corazón vive
la fe de un pueblo araucano
los que intenten traicionarlo
mejor es que se suiciden.

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Burrerías

Burrerías
Por Manuel Urbano, poeta popular de Puente Alto

Sepan que tuve una “burra”
y una “burra” de manías
sus mil mañas padecía
sin placer, que se me ocurra.

Dicha “burra” poco honrada
gozaba si yo sufría
con insultos me mordía
con denuestos me coceaba.

Por dicha “burra” fui “burro”
pues en razón yo no entraba
padecía y toleraba
sin premio, ahora discurro.

Ahora al fin ya liberado
de tanto amargo y desvelo
yo les juro por mi abuelo
que otra “burra” no cabalgo.

Nunca “burra” has de querer
que te lleve muchos años
pues será tan grande el daño
cuan menguado tu placer.

Perdí el trabajo, la fe
perdí esperanza y paciencia
y esa “burra” a la querencia
no supo corresponder

¡Pobre “burra” tan diablilla,
vanidosa y prepotente…!
Hoy la vejez insolente
le hace a ella zancadillas

Es anatema mi verso
contra cualquier enemigo
la “burra” que yo les digo
quiso vengarse en mi pecho

Ni tuerto ni contrahecho
cobarde ni olvidadizo
la “burra” que mal me hizo
que se trague su despecho

¡Arre! pues, “burra” sin “burro”
si saco cueros al sol
cualquier venganza o terror
con mi pluma despanzurro.

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Para Rubén Amador

Para Rubén Amador
Por Manuel Urbano, poeta popular de Puente Alto

Pide opinión un poeta
que es más poetas que otros tales
jamás de la pluma sale
un verso, sin esa veta

No soy docto en la materia
aprendí de observación
tenía la vocación
como usted y por primera

Adelante, pues, hermano
si a escribir usted se atreve
y no trate de ser breve
que su verso me ha gustado

Le saluda el tal Urbano
de Puente Alto, su querencia,
cambiemos correspondencia
entre todos, mano a mano.

Dice ser educador
y yo, pues, soy carpintero
alto mi orgullo de obrero
brindo a mi clase mi amor.

Pinto, muro, capitel
sus manos van alisando
y yo a otro lado labrando
madera para un dintel.

Hay en todo alegoría;
canta el martillo y la llana
con la alegría más sana
del trabajo, sinfonías.

Pensar todo en poesía
en símbolos, en metáforas
así nuestra alma es un ánfora
de sublimes melodías

Hay el mismo valimiento
en la altura y en el lodo,
el universo es un todo
de innegable complemento.

Escribo lo que yo siento
sin temor a los “complejos”
de mi espíritu el reflejo
es neto mi pensamiento.

Le enrostró a Dios la imprudencia
de ponerse a modelar,
la materia espiritual
sin “soplarle” la experiencia.

Antropomórfico el Tal
su imagen y semejanza,
del caos de la balanza
otro caos vino a obrar.

Con bisturí yo quisiera
escribir mis pensamientos
el volcán de mis tormentos
mi ilusión y mis quimeras.

Todos los días escribo
al nacer de la alborada
es mi pluma enamorada
de esa hora sin testigos.

Siempre oigo el primer trino
el berrear de los terneros
el balar de los corderos
y de algún perro el ladrido.

Con su clarín plañidero
el gallo toca la diana
anunciando la mañana
e inspirando el primer verso.

Las estrellas ya se han ido
a su celeste aposento
y luego estridente siento
las sirenas y los pitos.

El sol su primer rayito
me lo da siempre amoroso
y termino ebrio de gozo
el poema que me inspiro.

Dialéctico pa juzgar
sólo la verdad me aruya
jamás mi verso apabulla
a quién merece triunfar.

No me pida que lo instruya
su verso es del corazón,
usté tiene vocación,
no pula mucho, que fluya.

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