Por el minero aguerrido
Por Juan 2º Placencia, poeta popular de Coronel
Nuevamente escribo yo
un verso para el minero
para el hombre más sincero
que jamás he conocido
para el que ha sido aguerrido
pa salvar a su nación:
para el que extrae el carbón
en una lucha sufrida
trabajando bajo el mar
sin importarle su vida.
Par´ese que en las mañanas
ni aunque se pegue sus farras
toma su manche y su charra
y se lanza para el hueco
con su gorro en la cabeza
llevando al hombro el huameco
para ese hombre que reclama
un mendrugo más de pan
por engrandecer su patria
él trabaja con afán.
Ocho horas trabaja el hombre
con su campana encendida
se arrastra en las galerías
como un misero gusano
para ganarse la vida
no parece ser humano
se sacrifica en los cortes
por eso sustento diario
yo no alcanza a mantenerse
pide aumento de salarios.
El va siguiendo la veta
desde que ha sido cortada
a el no le importa nada
andar por las galerías
con el peligro ´e de su vida
para él todo es sacrificio
desde que baja a la mina
en la labor asesina
no le teme al gas grisú
y al año sale premiado
sólo con ingratitud.
Al pobre enmaderador
que trabaja en los castillos
hincado como un chiquillo
abnegado y muy sincero
para ayudar a extraer
el carbón al barretero
nunca se le reconoce
su grandioso sacrificio
y es el peón que allá en la mina
presta el mayor beneficio.
El hombre que huacha el carro
ese de la grande nota
porque en toda la jornada
le está corriendo la gota;
esa gota de sudor
que transpira con decoro
pasan los meses, los años
el hombre siempre mojado
y todo ese sacrificio
se convierte en barras de oro.
Y ese pobre tilcador
que trabaja en lo más fácil
es él quien está más cerca
de la nombrá silicosis
así es el roto minero
roto de muy buena fe
para que lo sepa usté
por eso que yo me alegro
de ser uno de los hombres
que arrancan el oro negro.