Por el mal de nuestra época
Por Jorge, Obrero del Carbón
Qué diferencia a lo de antes,
hoy las papas son de oro,
a1 carne cuesta un tesoro
(la comen los gobernantes);
los porotos son brillantes,
perlas el trigo y maíz,
no se merece el ají,
es puro campeche el vino,
y ya ni los gallos finos
cantan el quiquiriquí.
La azúcar tá por los cielos,
el té y la yerba otro tanto
y para comprar un llanto
hay que hacerle a don Carmelo;
igual pa cortarse el pelo
no tienen medida y tasa,
yo no sé lo que nos pasa,
sube el jabón y las velas
y harto se queja mi abuela
porque le llega a las masas.
La gallina francolina
ya no se halla en el país
por faltar trigo y maíz,
como el arroz de la China;
ya no pone en la cocina
por subir cuánto aparato,
también se ha enojado el gato
ni mira la cacerola
y el pobre cuando hace cola
recibe hasta garabatos.
Todo no es más que debate,
pa comprar hay que hacer fila
ya mi pobre Domitila
no alcanza a tomar ni mate;
todo cuesta un disparate,
y pregunten por pescado:
se vende como importado
al valor que está la plata,
que hasta temo que mi ñata
también me deje colgado.
DESPEDIDA
Ya ven; con razón me quejo,
ya andaré a pata pelá,
esto es una briboná
lo que hacen con el Verdejo;
cada día estoy más viejo
de esperar días mejores
con tantos especuladores
sin lograr ponerle atajo,
parezco sólo espantajo
y en tierra mis señores.
1 Errata en impreso, debiera ser “la”