Para mi compañera
por Luis Polanco, poeta popular de Conchalí.
Tengo en el alma una hilera
de pensamientos bonitos,
algunos te mando escritos
ponlos a tu cabecera;
me dejó la primavera
en tu rosalito en flor
la belleza y el primor
que me das cada mañana
a través de la ventana
en un rayito de sol.
Los pececillos del pozo
se han vestido tornasol
y el agua como arrebol
por vos me mira a los ojos;
cada mañana recojo
del pozo una bocanada
en recuerdo de la amada
que me llevo en la pupila
y que en las rosas me tira
caricias a la almohada.
Frente a la puerta el jazmín
es como un trébol de nieve
parece en su alto relieve
la cúpula del jardín;
como por verte venir
sobre su tronco se estira
y cada vez que me mira
me pide que te recuerde,
y me dá en sus hojas verdes
el alma con que suspira.
En los tempranos rumores,
en la espiga de la grana,
en la voz de la mañana,
en el color de las flores,
en los serenos albores
de tu sentimiento puro
en lo celeste del muro
que te miraba dormir
en el alba por venir
te siento como un arrullo.
DESPEDIDA
En la estrella que rutila
en la aurora fulgurante,
en la magnolia fragante,
en el lago y su pupila;
en el cantar que perfila
anchas veces de la armonía
en la fragancia escondida
en el pétalo no abierto
te doy la voz de un concierto
de amor para cada día.