Para la amada
por Hugo Amador, poeta popular de Chuchunco
Dame de tus manantiales
rica esencia florecida
dame el sabor de la vida
en la miel de tus panales;
dame armoniosos cendales
y tus pechos de amoríos
y tu cuerpo nunca herido
oh, tallo de esbelto junco
se doble al calor que busco
pa fundirlo en mis latidos.
De tu boca de amapola
dame tu cálido aliento
pa trenzar el pensamiento
la pasión que me devora;
y la sonrisa que aflora
en tus labios virginales
a mis ansias infernales
sea rabia y condimento
que no habrán remordimientos
de traicioneros puñales.
Dame desnudos tus brazos
de tan celestial misterio
–son mi pasión en asedio–
y me causan embarazo
tus pudorosos abrazos,
dame tus negros cabellos
a fin de impregnar en ellos
el rudo ardor de mis manos
y diluirlos como arcano
entre fugaces destellos.
Dame en gotas de rocío
el acento de tu fabla
y la alborada que guardas
en tu regazo florido;
la dulzura que ha prendido
tu encanto de primavera
dame ensueños de quimeras
el rubor de tus mejillas
en la tarde que perfila
sobre tu cara morena.
Y dame por fin, amada
para mitigar mi sed
el ansia que yo he de ver
encendida en tu mirada;
esa cumbre no alcanzada
de mi impulsado intento
dámela entre fuertes vientos
pa que no lo sepa el mundo
que es mío lo más profundo
de tu hermoso pensamiento.
Que hermoso verso, lleno de romanticismo.
Me inspira para seguir en canto popular.
Canto a lo divino.