Pallando con el diablo

 

CANTA EL DIABLO  CONTESTA EL PUEBLO
De la justicia chilena
naide se puede escapar
el que cometa un delito
muy caro lo ha de pagar.
Para los marines yanquis
lo que decís no valió
asaltaron a un cajero
y naide los procesó.
Pero no podía negarme
que son buenos caballeros:
ayudan a nuestra patria
con cañones y dinero.
Así también negarás
que a nuestra patria humillaron
cuando en San Francisco un día
nuestra bandera arriaron.
Voy a tener en la historia
mi página limpiecita
porque voy a derogar
la ley que llaman Maldita.
Eso no es ningún regalo
por tu gusto no lo hacís:
la tendrís que derogar
porque yo te lo exigí.
Dicen que está por llegar
a Chile Pablo Neruda
a la cárcel lo echaré
no tengas la menor duda:
Eso será tu intención,
la mía yo te diré:
seguro podís estar
que yo lo defenderé.
Mi pacto con Norteamérica
fue una victoria soná:
el Congreso lo aprobó
de muy buena voluntá.
Cállate, Satán, hereje.
a mí no me hacís na leso,
pues tuviste que rodear
de cañones el Congreso.
Ordené varios despidos
con toda mala intención:
me propongo desatar
una mayor represión.
¡Cuidado con provocarme
con tanto grito y bravata,
mira que puede salirte
el tiro por la culata!
Tus dirigentes gremiales
con roteques descosíos,
los míos son caballeros
y hasta a duelo se han batido.
Mucho más podís decir:
saben de robo y estafa
y pelean como perros
si tirai una piltrafa.
Cállate, calumniador,
no tenís gente decente
como Gustavo Ramírez
o como Gerardo Fuentes.
Pájaros de esa calaña
no son de mi devoción,
que se agarren a mordiscos
por una gobernación.

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