Ofrenda
Por Manuel Urbano, poeta popular de Puente Alto.
No sé cantar con la voz
más, por mí, mi pluma canta
si no trina mi garganta
escuchad mi corazón.
Me inspiró conversación
de las que hecho de menos
ese hechizo es mi veneno
y de él muriera yo.
Cuando mi canto es de amor
triste me sale la endecha
y hace sonora mi queja
la soledad del dolor.
Yo no tengo compañera.
Mi cuarto desordenado
es tan solo y tan helado
como el cubil de una fiera.
A veces me pilla en vela
el aura en la madrugada
tan poco es lo que en la almohada
reclino yo mi cabeza.
Oigo del gallo el cantar
ora suave, ora fuerte
ansina ha de ser la muerte
de intermitente sonar.
Es suma urgencia animal
que’l macho acate el propósito
(imperativos biológicos)
de natura en lo sensual.
Cada especie en su lugar
a su instinto o su manera
ruge en el trance la fiera
y el hombre suele llorar.
Este lo sabe adornar
con mentiras lisonjeras
llevamos la delantera
porque podemos hablar.
Las promesas sempiternas
eufemismos y arrebatos
son guías con que yo ato
el presente a la caverna.