Lo cómico en el Plan económico
por Alejandro, poeta popular de Santiago
Estoy tan encalillao
que ya no encuentro qué hacer
y ya tengo a mi mujer
con lo puro encapellao;
al sastre por desgraciao
la letra no le pagué
aunque me venga después
con la letra protestá;
no le pago ni una ná
pa ver lo que me va a hacer1.
Vino el dueño’ el conventillo
pa que le pagara el mes,
yo le dije: pa después
porque está enfermo un chiquillo;
se enojó y que yo era un pillo,
que me juera más mejor…
Güeno, que aquí está lo pior,
¿creen que voy a vivir2
como un pájaro cantor…?
Mi mujer una velita
le ha ofertado a Santa Rosa
si encontramos una choza
que sea bien rebonita;
pero quizás la santita
la quiera ahora escuchar
si se ha podido informar
que ya debe algunas velas
a San Pedro, a Santa Adela,
a San Roque y a San Juan.
El dueño del almacén
y el dueño de la cantina
me meten media bolina
si por cazuela me ven;
yo les digo: van a ver
cuando llegue la platita
que viene de tapaíta;
a todos hei de pagar,
pero tienen que esperar
el Plan Anti-inflacionista…
Ahora voy a sacar
las cuentas de lo que debo:
cuarenta velas de sebo
que a santos hay que pagar;
mil pesos ha de tocar
el dueño del conventillo
y seiciento el sastrecillo
más dos mil el almacén,
al cantinero también
quinientos por el blanquillo.
También tengo que anotar
los pesos en otra lista
que el Plan Anti-inflacionista
a mí me tiene que dar;
yo gano al mes en total
de tres a cuatro mil pesos;
si dan quinientos por eso
¿pa qué me van a alcanzar?
¡A ni uno le hei de pagar
pa que no sean tan lesos!
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