EL POETA PAYADOR
(Para guitarron)

Dios formó lindas las flores,
delicadas como son
les dió toda perfeccion
i cuanto él era capaz,
pero al hombre le dió mas
cuando le dió el corazon.

Le dió claridá á la luz,
juerza en su carrera al viento,
le dió vida i movimiento,
dende el águila al gusano,
pero mas le dió al cristiano
al darle el entendimiento.

I aunque á las aves les dió
con otras cosas que inoro
esos piquitos como oro
i un plumaje como tabla;
le dió al hombre mas tesoro
al darle una lengua que habla.

I dende que dió a las fieras
esa juria tan inmensa,
que no hai poder que las vensa
ni nada que las asombre,
qué menos le daria al hombre
que el valor de su defeusa?

Pero tantos bienes juntos
al darle, malicio yo
que en sus adentros pensó
que el hombre los precisaba,
que los bienes igualaba
con las penas que le dió.

A otros le brotan las coplas
como agua de manantial:
pues á mí me pasa igual
aunque las mias nada valen,
de la boca se me salen
como ovejas del corral.

Que en puertiando la primera
ya las siguen las demás.
i en montones las de atras
contra los palos se estrellan,
i saltan i se atropellan
sin que se corten jamás.

I aunque yo por mi inorancia
con gran trabajo me esplico,
cuando llego a abrir el pico,
téngalo por cosa cierta,
sale un verso i en la puerta
ya azoma el otro el hocico.

Nota: Versos de Martín Fierro, XIII.

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EPIGRAMAS

  Un chico anoche gritaba:
“La Libertá Electoral”
y un canónigo que andaba
por los bajos del portal,
con cierta gracia exclamaba:
hé ahí un convencional!

  Don Carlos Walker Martines
es gran médico en política;
tomó el pulso y los orines
a la oposicion raquítica;
pronosticó malos fines
y recetóle una crítica.

  En Galicia a todo tonto
lo bautizan Juan de Dios;
i aunque come solo arroz
es estraño, engorda pronto.

  En un camino encontró
Felipe una calavera
y despavorido huyó…
¡temió que lo conociera!

  Es un colmo mui colmado
que un profesor se haga espuma,
por hacerse habilitado,
para practicar la suma!

  En la puerta de una estancia
de un político, se entiende,
leí el letrero “se vende”
i dije: que redundancia!

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TONADAS

  Amigazo, pa sufrir
han nacido los varones,
estas son las ocaciones
de mostrarse el hombre fuerte,
hasta que venga la muerte
i lo agarre a coscorrones.

  El andar tan despilchao
ningún mérito me quita,
sin ser una alma bendita
me duelo del mal ajeno:
soi un pastel con relleno
que parese torta frita.

  Tampoco me faltan males
ni desgracias les prevengo,
tambien mis desdichas tengo
aunque esto poco me aflije,
yo me hago el chancho rengo
cuando la cosa lo exige.

  I con algunos ardiles
voi viviendo, aunque rotoso,
a veces me hago el sarnoso
i no tengo ni un granito,
pero al chifle voi ganoso
como panzon al mei frito.

  A mí no me matan penas
mientras tenga el cuero sano,
venga el sol en el verano
i la escarcha en el invierno,
si este mundo es un infierno
¿porqué se aflige el cristiano?

  Hagámosle cara fiera
a los males, compañero,
porque el zorro mas maulero
suele quier como un chorlito;
viene por un corderito
i en la estaca deja el cuero.

  Hoi tenemos que sufrir
males que no tienen nombre,
pero esto a naide lo asombre
porque asina es el pastel
i tiene que dar el hombre
mas vueltas que un carretel¡

  Yo nunca me de entregar
en los brazos de la muerte,
arrastro mi triste suerte
paso a paso i como pueda.
que donde el débil se queda
se suele escapar el fuerte.

       ROLAK

Nota: Versos de José Hernández, Martín Fierro, X.

OTRA QUINTILLA

  Quiero lamentarme un rato,
De mi fortuna tan cruel.
Hoi padesco sin consuelo
Por haber querido bien.

  Es verdad que yo idolatro,
Para mi mayor tormento:
A un corazon ingrato.
Que de puro sentimiento
Quero lamentarme un rato.

  Te muestras conmigo infiel,
Perdiendo casi el sociego,
No me puedo quejar de él
I solamente me quejo.
De mi fortuna tan cruel.

  Ya murió mi dulce anhelo,
Para mas atormentarme,
Pronto voi a hacer el duelo
I no podré consolarme;
Hoi padesco sin consuelo.

  Con inhumano desden,
Esta vida de afliccion;
Lo paso solo en vaiven
En una desolacion
Por haber querido bien.

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QUINTILLAS

  Duélete de un corazon
Que de veras te ha de amar,
Mira que estoi sin consuelo
I mui prórimo a espirar.

  Si me tienes compasion
Advierte mi triste estado,
Considera mi afliccion;
I con semblante agraciado,
Duelete de un corazon.

  Si me quieres consolar,
Con un proceder divino.
Dale a tu pecho un lugar
I a un corazón fiel i fino
Que de veras te ha de amar.

  No me tengas ni un recelo,
Corresponde bien mi amor,
Tranquiliza mi desvelo;
Consuela a un triste amador
Mira que estoi sin consuelo.

  Si no puedes ablandar,
Mi pecho a mi triste suerte,
Mui pronto vendrá a parar
En los brazos de la muerte
I mui próximo a espirar.

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LA CANCION DE LA COPITA

  Pásame niña
Una copita
De la chichita
Que hai mas mejor
Porque ya veo
Que mi deseo
Se va cumpliendo
Con mas primor.

  Cuando madrugo
Mui tempranito
Pido un vasito
Ya sin valor
En ese instante
Mui arrogante
Bebo la copa
Con mas ardor.

  Si paso un dia
Mi bella copa
Se me hace estopa
Mi corazon,
Doi un suspiro
Peno i deliro
Por la copita
De mi pasion.

  Cuando la noche
Se va acercando
Ya voi pensando
Con gran dolor
Que mas no puedo
Con mi denuedo
Tomar la copa
Con mas rigor.

  No puedo pasar
Sin el vinito
I así a poquito
Crio valor
Así con gusto
Sano i robusto
Yo quedo alegre
Lleno de amor.

  Al fin quisiera
No mas dejar
Este manjar
De gran primor
Que tanto estimo
Por ser racimo
De un arbolito
Que riego yo.

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EL JARDINERO DE AMOR

  Estoi criando un clavel,
con mis caricias lo riego:
he puesto en él mis sentidos,
el que me lo roben temo.

  A mi corazon por fiel
he puesto de su hortelano,
siendo mi pecho un verjel
donde con mi propia mano
estoi criando un clavel.

  A nadie la llave entrego
del jardin donde él habita,
por que bien sé que mui luego
la sequedad lo marchita…
con mis caricias lo riego.

  Mis ojos enternecidos
están cuidando lo hermoso,
siendo un lucero encendido
i por ser tan fragancioso,
he puesto en él mis sentidos.

  Jardinero soi de amor,
que de todas flores tengo,
entre ellas hai un clavel
que por la fragancia de él
el que me lo roben temo.

       Adolfo Reyes

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LUZ I SOMBRA

  La ví i la encontré tan bella
Que al punto la ame perdido,
Brilló mi fatal estrella
I hoi siento haberla querido.

  Nunca el amor me abatía
Porque no la conocía;
Al fin descubrí su huella
Cual nunca lo soñaría
La ví i la encontre tan bella!

  Tan bella i encantadora
Su cara fascinadora,
De precioso colorido
Tan cándida i seductora,
Que al punto la amé perdido.

  Perdido en las ilusiones
Que me formé de sus dones,
Tan solo pensaba en ella;
En esas dulces rejiones,
Brilló mi fatal estrella.

  Estrella que me enseñó
Que ese sér que me hechizó
Era vano i fementido,
Mi amor se desvaneció
I hoi siento haberla querido.

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SONETO

Pequeños ojos garzos, ancha ce… ja!
Narices afiladas cual nava… ja!
Tiene mi Peta i como rica alha… ja!
Una boca razgada hasta la ore… ja!

A todos, a pesar de no ser vie… ja!
A comer sin los dientes aventa… ja!
Maneja que es un gusto la bara… ja!
I es mas astatuta que una comadre… ja!

El arte no conoce de la agu… ja!
I si algún petimetre la sonro… ja!
En la cara un buen siete le dibu… ja!

A los peligros sin temor se arro… ja!
Mereciendo el epiteto de bru… ja!
Por que al mar que se tire no se mo… ja!

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Anjel al Cielo.

  De esta vida transitoria
Voló al Cielo derechito.
Dejando dulce memoria.
El llorar a este anjelito
Fuera quitarle la Gloria.

  Cuando, lleno de ternura,
Lo llamó el Eterno Padre
Para llevarlo a la Altura,
Así le dijo a su madre
Esta dichosa criatura:

  Madre, por más que me adore
Con el cariño más santo,
Le suplico que no llore,
Porque talvez con su llanto
Mi porvenir no mejore.

  «Yo de este mundo me voi
Porque al otro Dios me llama;
Si yo resignado estoi,
Usted, que tánto me ama,
No me debe llorar hoi.

  «A mi padre usted consuelo
I a todos mis hermanitos;
Un abrazo a su hijo déle,
I deje que a gozar vuele
Con los demas anjelitos.

  «¿Qué me espera en este mundo?
Veleidades, i dolores.
I desengaño profundo,
E ir sufriendo vagabundo
Entre espinas, nó entre flores.

  «Dios me libra del abismo
Del pecado, o de la muerte
Del alma, que da lo mismo,
Pues me bañaron por suerte
En el agua del Bautismo.

  «¡Bendita la que me dió
Tan inestimable dote,
Que del Limbo me salvó.
I bendito el sacerdote
Que, al nacer, me acristianó!

  «Sirvales, pues, de consuelo
El tener por cosa cierta
Que de aquí a la Gloria vuelo,
I me aguardan en la puerta
Los anjelitos del Cielo.

  «Yo he de abrirsela tambien
A mis padres i hermanitos
Que, al morir, señales don
De que mueren mui contritos
Para gozar del Eden.

  «No me llore nadie a mí.
Que asi a ver contento, iró
A ese Dios del Sinai.
Ante el cual yo rogaré
Por los que quedan aquí»

Impr. de P. Ramirez.—Echáurren, 6.

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