JUAN VALIENTE
[HISTORIA TERRIBLE]
(continuacíon)

    A naides le tengo envidia
ni al que mas haiga sufrido,
ni al que mas haiga sentido
las dolzuras del placer,
que el gosar i el padecer
mis compañeros han sido.

    No me quejo al santo ñudo;
naides como yo ha gosáo,
naides como yo ha penáo,
pues detràs de una alegría
las ánsias de una agonía
en ancas siempre he llevào.

    Los placeres i las penas
conmigo han ido juntitos,
he disfrutáo á ratitos
relinchando de contento,
i otros he arrojào al viento
bufidos en vez de gritos.

    Así corrió mi esistencia;
como he podido gozar
tanto, pá dispues penar,
lo sabrà dejuramente
el que prieste deferente
su atinción a mi cantar

II

    Vine al mundo como vienen
los mas felices mortales,
con las …… cosas naturales
sin que faltara ninguna,
porque me dió la fortuna
sus caricias divinales.

    Mamé lo que tuitos maman
masquè cuando tube dientes,
i mis padres i parientes
alegres me contiemplaban,
i a tuíto el mundo contaban
mis gracias entelijentes.

    Cuando enpesaba á gatiar
el sarampión me atacó;
la tos convursa me dió,
me reventaron las muelas
i de llapa las virgüelas
la suerte me regaló.

    De tantas calamidades
me pude librar a gatas
pues andube en cuatro patas
para salvar el pellejo;
juí pa atrás como el cangrejo
pero no cái en las matas.

    Cuando juyó la tormenta
jué que pude pelechar,
i diai comencé à engordar
i à ponerme como chancho,
que hasta la puerta del rancho
me jué chica pa pasar.

    Me llamaban el cebào
los que me veian rodar,
i por gusto de amolar
me decían cuchufletas
haciendome morisquetas
solo por verme rabear

    Así el tiempo se pasó
entre dolzuras i engaños
hasta que cumplí quince años
entonces « esta bola
 ,, si rueda, será ella sola,
,, sin que la empujen estraños,,

    I al primer chuscón que quiso
agarrarme de titéo,
le dí un gofeton tanfeo
que panza arriba lo eché,
i ai no mas me lo dejé
hecho un Judas Mascabeo.

    No le quedaron mas ganas
de chichoniar a aquel guaso,
i la lición del porraso
me sirvió para evitar
que me golvieran á dar
mas gromas à cada paso.

    Dende entonces me miraron
con mas respeuto en el pago,
tratándome con alhago
los menos que me titiaban.
i las viejas que brindaban
indireutas con un trago.

    Las muchachas se lambian
cuando me véian pasar,
i algunas para tantiar
mi intinción, como al descuído
sacudían el vestido
como pa hacerme desiar.

    Mas de cuatro se arañaron
por mí, sin que yo les diera
para armar tal pelotera
ni el mas pequeño motivo
Cuando pierden el estribo
las mujeres…. ¡es sonsera!

    Se ponen como un ají
de bravas, i pa calmarse
necesitan arañarse
i tirarse de los pelos;
con el ánsia de los celos
son capaces de matarse.

    I es pa pior empeñarse;
es juerza dejarlas solas:
ni con un tiro de bolas
se calman sus arrebatos,
pues como a los perros ñatos
hai que morderles la cola.

    Algunas hai como fieras,
i no ostante sobran cristos
que preciandosé de listos
si alguna a sonréirles llega,
se càin en la pega-pega
lo mismo que cáin los mistos.

III

    Yo que nací de mujer
a la mujer adoré,
i a tuitas les consagré
un altarcito en mi pecho,
i como toro, derecho
al hembraje atropellé.

    I donde quiera que ví
un cuerpito con pollera
aunque esta de lona juera,
me le arrimé sin recelo
para pedir un consuelo…………
u otra cosita cualquiera:

    Hipróquita nunca he sido,
i aunque quisiera negar
que supe hacerme escuchar
de solteras i casadas,
mis empriesas comentadas
son hoi en tuito lugar.
(continuará)

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ARTURO PRAT

¡Oh noble Prat
!Oh! heróico Aldea
¡Oh gloria inmortal
Del Orbe Americano!
Sosten de una idea
Con sublime heroismo
Que admira la ancha mar
Haciendote ¡oh gran Chile!
Del mundo admirar,
De Iquique en la rada
Tus naves amadas
Están descuidadas
El 21 al rayar.
De el puente
De repente
Dice el gran capitan:
¡A sus puestos mis valientes!
Aprestarse, bravos, a batallar!
Era el Hnáscar, cruel, que venía
Con la enorme, cobarde Independencia
A castigar con bárbara insolencia
De esas naves goriosas la osadia.
[A] nte estos dos leviatanes
[R]adiantes de poderio
[T]omaron tal desafio
[U]nidos los capitanes
[R]emontando sus afanes
 [O] bien vencer o morir
[P]rorrumpen en vivas mil
[R]ompen el fu[e]go animosos
[A]sustando a los colosos
[T]anto arrojo varonil!!!!!!!!!!!
A Esmeralda A Covadonga
Hizo elección De atravesarla
El vil cañon Independencia
Del Huáscar Jura con saña,
Su torpe tiro Pero esa nave
Fué su corasa; Supo domarla
Volvió su jiro Porque Orella
I el espolon Los labios sella
Por un costado De tanta farza.
Cruel la partió; Viras ¡oh nave!
Prat mui airado Por las rocas
Dice en coraje: I tu enemigo
Al abord[a]je Con vil maña
Tripulación! Por lograrte
Solo Aldea A travesar,
Lo siguió, Toma fiero
El oleaje Mas andar,
Lo perdió Solo halla
I Serrano Su puñal.
Lo imitó La nave
I murió Chilena
Cual leon; Se vuelve
Riquelme Ya serena
Ya inerme I lo hace
Se sepultó Replegar
I el buque Bandera.
La mar tragó Es la historia,
Que clase de hombres ¡Ved sus autores!
El destino unió! ¡Ved su papel!

PRAT SACRIFICANDOSE EN IQUIQUE

Cuando en combate desigual probastes
Heroico Prat, de Chile los quilates,
No hai pedestal que a tu figura baste
Ni brillante pincel que te retrate
¿Donde se halla la nación guerrera
Que señale otro martir de la guerra
Que sojusgue tu amor a tu band era
Acaso Francia, acaso la Inglaterra?
Recorran las naciones sus historias,
Exibiendo sus hojas mas brillantes,
Dado que puedan encontrar la gloria
Que amengue tu estatura de jigante.
Pero nó, que el orbe te ha aclamado,
Pretendiendo tu gloria universal,
¡Titan de los titanes, ya no es dado
Continuar tu camino mas allá!
Aténas dió un Temistocle atrevido
Esparta su Leonidas por campeón,
Cartago dió su Anibal desidido,
Roma su Cesar, Mario i Escipion.
Su célebre Churruca tuvo España,
A Nelson Inglaterra, Francia a Bart;
Te tuvo Chile, por colmar tu hazaña
De todos el mas grande, Arturo Prat!
Cuando de Iquique en la gloriosa rada
Distes al mundo una lección hermosa,
La historia te abrazó con su mirada
I bautizó a tu patria de “grandiosa.”
Si el corazón del pueblo solo fuera
Como Dios poderoso, en esa playa
Una estatua de oro te ofreciera
Só pedestal mayor que el Himalaya!

Nota: el verso se divide irregularmente para hacer un soldado sobre un pedestal e incluye un acróstico, como se ve en el impreso.

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AL VENCEDOR DE PUNTA GRUEZA

    No mas grande que tu, sí tan valiente
No mas afortunado fué Loonida
Al dar en las Termópilas su vida
En noble lucha, desigual i ardiente,

    No lo fué Napoleón omnipotente
Que hasta hoi el mundo a su pesar no olvida
Ni vendrá una figura parecida
A alzarse mas arriba que tu frente

    No ya podrá llamarse la Inglaterra,
La patría de los héroes del mar
Que de Nelson el nombre no te aterra

    Ni aun su gloria ¡oh Condell inmortal
Venga, pues, la orgullosa de la tierra
I te llame del orbe, el Capitan!

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EN LA MUERTE DE CONDELL

Prestadme ronco mar tus convulciones
I la voz de tu olas tormentosas;
¡Muévanme aquellas mismas emociones
Que en horas mui hermozas
Hacian entonar a tus ciclones
Melodias grandiosas
Po[r] montañas, desiertos i naciones!

Prestadme oh sol la llama incandecente
Enjendro de aquel rayo
Que el 21 dia iluminó de Mayo
Con aureola de luz resplandeciente!
De Chile en el desmayo
Con ella quiero iluminar mi mente!

Inútil pretención,
Pedicos majestad, pediros luz.
Tambien teneis vosotros corazon
I os llena de dolor un ataud!

Aquel que en su grandeza,
No halló para su trunfo que le estorbe
Aquel que fuera admicación del orbe
El héroe feliz de Punta Gruesa,
E[l] valiente guerrero,
Cuyo nombre el cóndor altanero
Paseara a la faz de este planeta,
Del heroismo incomparable atleta,
Tipo ejemplar de la pasada guerra,
Ya no adorna la tierra;
Como una débil caña
Ya el jigante cayó;
Lo derribó inclemente la guadaña
Que hizo de Prat un hombre semi Dios!

El te llamaba, partícipe de gloria
En el panteon sagrado de la historia
Verás con él tu nombre entrelazado.

Han de servir ¡oh rayo de la guerra!
Tu gloriosa memoria a eternizar
El átomo mas simple de la tierra,
Las olas jigantesca de la mar

Ellas serán los nobles trovadores
Que narren de tu vida la grandeza,
Retratando con vívidos colores
La hepopeya inmortal de Puuta Gruesa.
(Pasa a la tercera columna)

Débil gaviota en enemiga playa
¡Oh Covadonga, nave lejendaria!
A otra nave mayor que el Himalaya
Consigues a tus piés ver tributaria.

Cuando bandeada del primer momento
Con herida mortal tu cirujano,
Queria congregar el firmamento
Los dioses en tu contra, pero en vano,

Tú, de esa nave ¡jóven capitan
No abrigado en las alas de la fama!
Hiciste formidable Leviatan
Que remontó a los cielos su oriflama!

No vendrá ni la fábula ni la historia
Mas grandiozo episodio a relatar;
El fulgor soberano de tu gloria
Solo lo iguala un hombre: Arturo Prat!

¿Esa alma temeraria donde está?
¿Ya pasó de esta vida los humbrales
Entrando tu figura de titan
A asustar a los mismos inmortales?

Desde hoi dia la histo ia te con[s]agra
E[p]icos frutos de tu heróica acción,
Como triunfo increible, lo de Sangra!
Como matirolojio, Concepcion!

I esa cripta que tu cuerpo encierra
Cual reliquia de un pueblo, venerada,
Por todos los valientes de la tierra
Se ha de ver con ahinco visitada,

Ahí, iran los marinos a aprender
Sus primeras lecciones de heroismo
Contemplando al apóstol del deber
Sublime encarnación del patrio[t]ismo!

Suspende pueblo tu elejia amarga
Reposa pues en paz, noble Almirante,
Tal vez tu tumba en época no larga
El templo han de llamar, de los jigantes!

El ataud que guarda complacido,
De un héroe, las cenizas, de tu talla,
Es el pecho de un pueblo agradecido
Que por tu muerte en sentimiento estalla…..

Oh! patria nó no llores
Que en tu dolor profundo!
Apurando los mismos sinsabores
Tenlo seguro, te acompaña el mundo!!!

Necesitaba el cielo
La talla contemplar del hombre grande
Para quien el coloso de los Andes
No basta a pedestal ni todo el suelo!

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CANCION

CORO.

    Hoy manchado el pendon de la Patria
Por tirano protervo y feroz
Oh, chilenos! con sangre juremos
Restituirle su limpio esplendor.

I.

    Era Chile nación poderosa
Por su fuerza en la tierra i el mar
Ciudadanos, soldados, marinos,
Lo escoltaban en guerra i en paz.
    Concurrian, la industria, el comercio
Del creciente progreso al taller
Y del arte i la ciencia, tesoros
Derramaban riquezas en él.

II.

    Sociedad soberana de libres
Pueblo activo en perpétua labor
Sérias leyes, severas virtudes
Fueron siempre su gran galardon.
    Con sus vírjenes selvas, su suelo
De riquezas preñado doquier
Sus montañas, sus mares, su raza
Nuestra patria era una arca del bien.

III.

    Un mal hijo de Chile, un maldito,
Devorado por vértigo atroz
Clavó infame, el puñal parricida
De la patria en el leal corazon
    Hizo trizas su carta, sus leyes
Abrogóse poderes sin fin
Malversó sus caudales; de la honra
Hizo, impúdico tráfico vil.

IV.

    No es posible que en Chile tan noble,
Tan altivo, tan grande en la paz,
Se entronice este monstruo, escarnio
De los fueros de la humanidad.
    Preferid, compatriotas, la muerte
No se vive sin patria, sin lei.
Nuestros hijos, los hijos de libres,
Nos exijen morir ó vencer.

V.

    I el derecho, el deber, la justicia
No hayan éco en tan fiero chacal
Ni le arredra la sangre chilena
Que por él se está haciendo brotar.
    Su vil pecho, su negra conciencia
Lo carcoma feroz roedor
Mientras el pueblo, le dá, justiciero
Merecida, tremenda leccion.

VI.

    No haya tregua: chilenos, alerta!!
A las armas corred!! que sonó
Esa hora de muerte ó victoria
Que liberta de negro baldon.
    Oh! nación soberana, sin mancha
O panteon para Chile esta vez!
Que su suelo al esclavo no aliente
¡Solo libres, alienten en él!!!

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HIMNO DE YUNGAY

1

    Cantemos la gloria
De la Oposicion
Porque esta es la gloria
De nuestra Nacion.

2

    Un hombre malvado
Quizo hacerse Rei.
Pretendió el alzado
Gobernar sin lei
No contó el tirano
Falto de razon
Con la brava jente
De la Oposicion.

3

    El grito de alarma
Partió desde el mar
Nuestra noble Escuadra
Lo hizo resonar
Apoyó el Congreso
Y dió su acción
Al noble partido
De la Oposicion

4

    La Escuadra valiente
Merece alabanza
La gallarda gente
La victoria alcanza;

    Cantemos la gloria
De la Oposición
Porque esta es la gloria
De nuestra Nacion.

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CANCION NACIONAL

1

    Noble Escuadra recibe los votos
Con que Chile a tu ejemplo juró
Que el Heraldo será de los libres
O el asilo contra la opresión

2

    Ha empezado la lucha sangrienta
Es hermano el falaz Dictador
Que ha inflinjido a su patria la afrenta
Corrompiendo al soldado de honor
No es el pueblo chileno un esclavo
Es un pueblo que hoy libre se vé
La de Chile es la herencia del bravo
Y al tirano hollarán con sus pies

3
    Caro Chile, no manches tu frente
Defendiendo a un infame en la lid;
Que el tirano te encuentre valiente
Cual te hallaron los hijos del Cid.
Que tu sienes los marinos coronen
Devolviendo a tu suelo falaz
Y en sus penas cantares entonen
Que amedrenten al déspota audaz

4

    Nuestra espada, valientes marinos,
Será hoy de la ley el sosten
Y en sus temples con sangre gravados
Quedarán nuestros nombres también.
Serán ellos el grito de muerte
Con que el pueblo se marcha a lidiar
Y sonando en la boca del puerto
Harán pronto al tirano temblar

5

    Si pretende ese ruin bandolero
Nuestras leyes osado abolir
Retirémosle al punto su fuero
Condenándole infame a morir.
Con la sangre de Prat y Serrano
Reanimad del soldado el valor
Y al ponerle la espada en la mano
Señalad de Chile el traidor.

6

    Fuerte, Chile, es tu Escuadra blindada
Puras glorias adornan tus sienes
Y el ejército honrando su espada
Defensor de tus leyes tambien
Inviolable es la Carta Sagrada
Con que Chile ser libre juró
Pues de nobles soldados la sangre
Esa Carta en tus aras vistió.

7

    Esas leyes ¡oh Patria! esas glorias
Que defiende tu suelo inmortal
No las violen inmundas escorias
Enjendradas en vil de la mar
Esa escuadra será tu valiente
Con su ejemplo sabremos vencer
Y al tirano que qiere humillarte
A tus plantas lo haremos caer

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Contestacion de la dama.

    Pajarillo, que enseñado
De otro pájaro maestro,
Vienes a implorar mi agrado:
Mira que aunque cantas diestro,
No me gusta tu trinado.

    Este papel sin cuidado
Has de llevar en el pico
Al mismo que te ha mandado;
I advierte que te suplico
No le dés disimulado.

    No le intentes consolar,
Sino con irritación
Procúralo atormentar.
Dile que mi inclinación
Se ha mudado a otro lugar.

    Que con su nueva querida
Se divierta i se consuele,
Que le cante i que le pida,
I a mi tribunal no apele,
Porque estoi mui ofendida.

    Si lo encontrares dormido,
Procura quitarle el sueño;
I dile, aunque esté rendido,
Que si él tiene ya otro dueño,
Yo tengo ya otro querido.

    Este recado le dés,
Aunque le inquietes i asustes,
Porque lo que yo quiero es
Que le ofendas i disgustes,
I no te mande otra vez.

    Si tú quieres ser mi amigo,
Nada suyo tú me abones;
I pues eres fiel testigo,
Dile todas mis razones
Conforme yo te las digo.

    Si pone triste el semblante
Cuando sepa mi rigor,
Dile que sufra i aguante,
I espere muerte mayor
Si se me pone delante,

    Dile que vivo i no muero.
I aunque más tierno me arguya,
Que ya ni mirarle espero;
I en fin, para que se escluya,
Dile que ya no le quiero.

    Dile, sin que de él te apiades,
Que el tratar a su placer
Con unas i otras deidades,
No quiera hacerme creer
De que son casualidades.

    El, con mucha libertad,
Con todas quiere ligarse,
Ofendiendo mi bondad,
I luego quiere escusarse
Con que fué casualidad

    El que con toda maldad
Ha estado entrando i saliendo
En casa de una deidad
A quien está manteniendo,
¿Es esto casualidad?

    El que enfrente de un balcon
Se está en pié más de una hora
En grata conversación
Con una cierta señora,
¿Es esto mera atencion?

    Al que sin necesidad
Todas las noches se encuentra
Como alcalde de hermandad:
Aquí sale i allí entra,
¿Es esto casualidad?

    Empuñando su baston,
Con la vecina de enfrente
Entabla conversación,
I sale con ella al puente.
¿Es esto mera atencion?

    El que con su autoridad
Remite escritos mui suaves
A la hermana de un abad,
Dime tú, que de amor sabes,
¿Es esto casualidad?

    El ir con profanidad
A comprar un buen reloj
A su dama o su deidad,
I dárselo, i no por Dios,
¿Es esto casualidad?

    El sentir la enfermedad
Que tiene su fulanita,
I el ir con facilidad
A verla estando solita,
¿Es esto casualidad?

    En fin, tener falsedad,
Gastar segunda intención
I no guardar lealtad.
¿Es esto mera atencion?
¿Es esto casualidad?

    Que no espere de mi labio
Ni aun el más leve favor,
Que con razón dijo un sabio:
«Donde se acaba el amor,
Ahi principia el agravio»

    Dile que ya para nada
Tiene que darme disculpa;
Que ya estoi desengañada,
I que yo tengo la culpa
Por haberle dado entrada.

    Que prosiga en sus manías
I en sus perversas costumbres
No quiero entrar en porfías,
Ni pasar mas pesadumbres
Ni aguantar mas picardías.

    Ya sabe que yo me fundo
En llegando a aborrecer;
Que me juzgue en lo profundó.
I como si tal mujer
No hubiese habido en el mundo.

    Dile que se cansa en vano
En pedirme i suplicarme.
Porque un hombre tan villano
No ha de volver a engañarme,
Porque ya le doi de mano.

    Dile que pues lo ha querido,
No ponga aqui más los piés,
I tenga bien entendido
Que lo que fué, desde hoi es
Como si no hubiera sido.

    Dile que estoi enterada
De lo falso de su amor,
I que no le creo nada;
En fin, dile a ese traidor
Que hasta su nombre me enfada.

    Dile que no me arrepiento
De lo que te estoi hablando,
I que con conocimiento
Confiese que está espirando
I que haga su testamento.

    Dile que cordial no espere
Más que el veneno que ve;
I puesto que así lo quiere,
Que gruña, que rabie i que
Se muera como pudiere.

    En fin, dile en conclusion,
Que se rompió la cadena,
I que no hai composición,
I que a su culpa es la pena
El no tener compasión.

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Carta amorosa de un galan a su dama.

    Pajarillo que volando
Surcas el viento lijero,
Aqui te estoi aguardando,
Que has de ser el mensajero
De una alma que está penando.

    Este papel con cuidado
Has de llevar en el pico
A mi dueño idolatrado,
I advierte que te suplico
Se lo dés disimulado.

    No te has de sobresaltar,
Sino que con discreción
Trátala de suavizar;
Dila que de mi pasión
Jamas llegará a dudar.

    Si la encontrares dormida,
No la interrumpas el sueño,
Que, aunque de dolor rendida,
Es siempre el unico dueño
De mi alma i de mi vida.

    Llega rendido a sus piés,
Háblala con mucho tiento,
I con tu vista cortés.
Observa sus movimientos
Para que aviso me dés.

    Si pone alegre el semblante
Cuando le digas mi amor.
Vuelve volando al instante,
No aguardes a mas favor,
Que esto para mi es bastante.

    Si demuestra algún enfado
O la vieres desdeñosa.
Por qué he de ser yo el culpado?
Por qué ha de estar rigorosa
Con quien motivo no ha dado?

    Pero nó, no se lo digas;
Dila que su amor espero,
Dila que tengo fatigas;
En fin, dila que la quiero
I si es su gusto prosigas.

    Si muestra su indignación
Porque con otra deidad
Me encontró en conversación,
Di que fué casualidad,
I sólo mera atencion.

    Mas, si no obstante te estrecha
Aquel rostro peregrino,
Con su fundada sospecha,
No te pongas en camino
Sin dejarla satisfecha.

    Dila que suspiro i lloro,
Dila que vivo muriendo,
Dila que no me mejoro,
Dila que estoi padeciendo
Porque la quiero i la adoro.

    Si niega el conocimiento
Porque no me despedí.
Dija que mi sentimiento
Me puso fuera de mí
Con la fuerza del tormento.

    Dila que siendo tan bella,
Que me remita el perdon,
Porque se anubló mi estrella
I no tuve corazón
Para despedirme de ella.

    Si porque yo estoi ausente
Piensa que la he olvidado,
Dila que en mi amor ardiente,
Aun cuando mas retirado,
La conservo mas presente.

    Mas, si de ti se desvia,
Dila que cuando me hablaba,
Se acuerde que me decia,
Que si yo no le faltaba,
Ella no me olvidaria.

    Si dice que me olvidó
Por consejos que le daban,
¿Para qué me aseguró
Que los montes se mudaban,
Pero su firmeza nó?

    ¿Qué se ha hecho aquél citarme,
Aquel suspirar por verme,
Aquel deseo de hablarme,
Aquel mirar por quererme
I aquel sentir por gozarme?

    Si acaso ya se ha cansado
De mi amistad cariñosa,
¿Por qué he de ser yo el culpado?
¿Por qué ha de ser rigorosa
Con quien causa no le ha dado?

    Si contra mí sus enojos
Rayos quieren suspender
Para ser de ellos despojos,
Dile que no es menester
Más rayos que sus dos ojos.

    Si dice que soi tirano
Porque allá no la fuí a ver
Aquel dia más temprano,
Dile que tuve que hacer,
I que no estuvo en mi mano.

    Si me niega sus piedades
Sólo por una aprehension,
Dile que no es de deidades,
Sin pedir satisfacción,
Castigarme con crueldades.

    Dile que estoi abatido
A su hermosa bizarría;
I pues me ve dolorido,
Dile que no es valentía
Darle la muerte a un rendido.

    Dile que firme la amé;
Dile que le di la llave
De mi amor i de mi fé;
I en fin, dile que bien sabe
Lo que por ella pasé.

    Dile que me desencante
De aquesta pasión tan dura;
Dile que yo soi su amante,
I en fin, que no tenga duda
Que siempre he de ser constante.

    Si con otro idolatraba
Lo que conmigo finjia,
¿Cómo no me declaraba
De que ya no me queria
I que el verme la enfadaba?

    Dile que yo no creyera
Que se cambiara mi suerte.
¡Ojalá que asi no fuera!
La que fué vida ya es muerte,
I la que paloma, fiera.

    Dile que allá en su crisol
Ayer gocé mi fortuna,
I hoi, con un triste arrebol,
Me quedo como la luna
Nunca encontrando su sol.

    Dile que en este papel
Ya todo mi corazón,
I que quiero darle en él
Entera satisfaccion.
Para no verla crüel.

    Dile que estoi esperando
En este mal que me abrasa,
Que me vaya recetando
Algún cordial de esperanza,
Porque ya estoi espirando.

    Si en su furia tan notoria
Me niega un halago tierno,
Dile que tenga memoria
Que si ahora soi su infierno,
Algún dia fui su gloria.

    Dile que en mi sepultura
Se escribirá de esta suerte:
«Aquí yace i se asegura
Un amante a quien dió muerte
Una crüel hermosura»

    Dile… mas ¿qué has de decirle?
Que en vista de lo espresado,
Sólo quieres referirle
Que si vivo a su mandado,
Muero sólo por servirle.

    Véte, vuela i en paz llegues
Donde está la que es mi vida;
Nada que pida le niegues,
I si estuviere rendida,
Te suplico que la ruegues.

    Adios, centro de la idea:
Si consiguieres la palma,
Ven, canta, trina i gorjea,
Para que te escuche el alma
Aun antes de que te vea.

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Asesinato

En el lugar de Coihueco
perteciente a Chillan,
un feroz asesinato
tuvo el dia 3 lugar,
dejando mui alarmada
a toda la vecindad.

Un caballero en estado:
por desgracia de ebriedad,
mató a un amigo querido
que lo iba a visitar,
el licor lo volvió loco

Despues de estar mui amigo
gozando de su amistad,
le acometió la locura
y sin dejarle lugar
corrió a traer un revólver
y le empezó a disparar.

Una bala le hizo al fin
una herida mui mortal,
penetrándole al estómago
en tierra lo hizo quedar
bañado en su prepia sangre
y mui próximo a espirar.

Despues que lo vió caido,
le comenzó a disparar
al caballo i prontamente
tambien lo logró matar
se encontraba enfurecido
con el licor por demás.

Al otro dia aprehendido
se halló por la autoridad
y fué llevado a la cárcel
como un feroz criminal,
y a disposición del juez
se puso de la ciudad.

Preguntado al otro dia
delante del tribunal
confesó su triste crímen
diciendo al juez la verdad
que lo habia asesinado
en un estado fatal

Arrepentido del hecho
se quiso al punto matar,
pidió un revólver i nadie
le quiso proporcionar
era amigo mui querido
y ébrio lo fué asesinar.

Ahora encalabozado
en triste cárcel está
y de esto tiene la culpa
el vicio tan infernal
de la bebida que al hombre
vuelve loco i mui tenáz.

No hai que darse a la bebida
porque es vicio mui fatal,
con él se cometen crímenes
sin poderlo remediar:
que sirva esto de ejemplo
a toda la humanidad.

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