Despues de todo lo obrado,
Jesus se puso en camino,
Seguido, según opino,
Por todo el apostolado.
En su marcha Cristo amado
Criste a María encontró,
El buen hijo saludó
A la madre con gran pena,
La cual, pues, con Magdalena
Donde mismo se quedó.
Yo voi a orar, madre amada
Al huerto de Jetsemaní,
I tú te quedas aquí
Con tu amiga idolatrada.
María desconsolada
Todo, pues, le obedeció,
Del hijo se despidió
Sumamente entristecida,
I él tambien en despedida
En la frente le besó.
Luego que entran al huerto
Cristo llama a Pedro i Juan,
I les dice: — Ustedes van
acompañarme, por cierto;
A los demas les advierto
Que aquí deben aguardarme,
Pues no irán a acompañarme
Porque solo estos dos quiero
Que aprendan bien el sendero
Por donde van a esperarme.
Pasando mas adelante
El Maestro tan querido,
Por Pedro i Juan es seguido
Sin dejarle ni un instante;
Llega el Salvador amante
A la gruta donde oró;
Ahi Jesus penetró
Para empezar su oracion,
I sobre la tentacion
Tambien quiero hablaros yo.
Apénas hubo tocado
Con su frente el pavimento,
Un fuerte estremecimiento
Le puso en pié asustado;
Miró i encontró a su lado
Al arcánjel tentador;
Con desprecio el Salvador
Le mira por un momento
I el Satan le observa atento
Contemplando su dolor.