Versos dedicados para
el Viérnes santo
EL MUERTO RESUCITADO

  Todos los años se muere
I vuelve a resucitar,
No puede entrar al cielo
Ni se puede condenar.

Van mil novecientos años
A que Jesus espiró,
Esto no lo he visto yó
No se si serán engaños,
Por redimir nuestros daños
Cristo el tormento prefiere,
El hácia la cruz se adhiere
Con un regocijo tanto,
I el dia del Viernes Santo
Todos los años se muere,

  Fué en los tiempos de Tiberio
Cuando lo tamaron preso,
Por el asunto de un beso
Sufrió el castigo mas serio
La Iglesia guarda el misterio
I lo adora en todo altar,
Es gran dicha recordar
Desde aquel tiempo ante,
Muere para el ignorante
I vuelve a resucitar.

  De año en año en este dia
Piden como yo lo he visto,
Para el entierro de Cristo
I soledad de Maria,
Los templos por su agonia
Se visten de un negro velo,
Los creyentes hacen duelo
Por él, lo tengo observado,
I asi el resucitado
No puede entrar al cielo.

  Dia Viérnes es decir
Los hombres i las señoras,
Concurren a las tres horas
Por ver a Jesus morir,
Yo tambien por no mentir
Un año quise rezar
Al ver que ya iba a espirar
El martir de mi memoria,
No puede ir a la gloria
Ni se puede condenar.

  Al fin, el Dios celestial
Recibió muchas heridas,
Por eso mas de mil vidas
Tienen hasta hoi en lo actual
Mas creo que es inmortal
Aquel soberano juez,
Pueden decirme quien es
Ese hombre los creyentes,
Porque los demas vivientes
Su mueren solo una vez,

Imp. y Lit. de G. A. Rohde y Ca.- Valp.

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Jesús entrando
A JERUSALEN

  A Jerusalen entró
Nuestro amado redentor
Montado en una pollina
Lleno de su santo amor.

  Conociendo el buen Jesus
Que el plazo se le acercaba,
A morir se preparaba
En el árbol de la Cruz.
A dar la divina luz
Hácia la ciudad marchó
Cuando a sus puertas llegó
Tan alegre lo contemplo
A despedirse del templo
A Jerusalen entró.

  A Nazaret él volvió
Buscando el alojamiento,
María encontró al momento
Casa donde se hospedó.
Magdalena allí llegó
Con humildad i fervor.
I al ver su tierno dolor
Sin la menor eficacia,
La consoló con su gracia
Nuestro amado redentor.

  El último adios le dió
A la hermosa casa santa
Con una humillacion tanta
De todos él se despidió;
La bendición les echó
Aquella verdad divina,
Les enseñó su doctrina
Mucho antes de su pasion,
Triunfante entró a Sion
Montado en una pollina.

  Palmas, oliva i laurel
En la calle le tendian,
Al momento que veian
Al justo Dios de Israel
Todos creerán pues en él
Que era su Dios i Señor.
Por obtener su esplendor
Lo encomendaban al cielo
I él les daba gran consuelo
Lleno de su santo amor.

  Al fin, con mucha humildad
La pascua la celebró
I a morir se preparó
La divina majestad.
Salió de aquella ciudad
Sumiso, triste i con pena,
Viendo que la hora suena
Del plazo de su sufrir:
Dijo pronto he de morir
En la noche de la cena.

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Súplicas a Jesus

  Llorando te lo pedí,
No me lo quisistes dar;
Si quieres calmar mi llanto
Dame siquiera a probar.

  Padre eterno bondadoso
Mírame a mí con amor,
I concédeme un favor
Si eres misericordioso.
Te amo tan lleno de gozo
Desde cuando en vos creí
Quise marchar donde tí
Para ser glorificado,
I un lugarcito a tu lado
Llorando te lo pedí.

  Por vivir en el pecado
Mi alma se desespera,
Quien sabe si cuando muera
Pasaré a ser condenado;
Me encuentro desesperado
Causa de tanto penar,
Hasta me hace desconfiar
De ir a la jerarquía,
I lo que ántes te pedia
No me lo quisistes dar.

  Tiéneme, pues, compasion,
Dios poderoso infinito,
Perdóname mi delito
I llévame a la mansion;
Es tanta mi confusion
Que tengo i ya no lo aguanto,
Tú veis de que sufro tanto
Para alcanzar a tu trono,
Gran Dios, dime te perdono
Si quieres calmar mi llanto.

  Ya no tengo resistencia
En mi triste abatimiento,
I no descanso un momento
De alabar tu providencia;
Quiero estar a tu presencia
Para poder descansar,
Si me dejas de amparar
Se aumentará mi afliccion,
I el pan de mi salvacion
No me lo quisistes dar.

  Por último, arrepentido
Estas hai que referir,
I cuando llegue a morir
Jamas podré ser perdido
Nunca he echado en olvido
Al Dios que me da consuelo,
Muchas veces me desvelo
Pensando, i tengo la idea,
Que aunque mis pecados sea
Tengo que entrar al cielo.

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Pasion de Cristo
LAS TRES HORAS DE AGONÍA

  Tres horas agonizó
Jesús en la cruz clavado,
Por redimir el pecado
Hasta que ya espiró.

  Su primer suplicio fué
El de espinas coronado
I en la columna azotado,
Por unos hombres sin fe.
Cuando ya estuvo de pié
Hácia el Gólgota marchó.
I a Verónica encontró
En la mitad del camino;
Aquel cordero divino
Tres horas agonizó.

  El dia viérnes temprano
Fué mas doble su tormento
Con el madero sangriento
Que cargó con pecho sano;
Siendo justo i soberano,
Fué escupido, abofeteado.
I un fariseo malvado
Dijo con burla i sonrisa:
Mírenlo como agoniza
Jesús en la cruz clavado.

  Por la calle de Amargura,
Al Calvario se llevó.
I al encuentro le salió
María la Vírjen pura.
Inmensa fué su dulzura
Que sintió aquel hijo amado,
Por ella fué consolado
Porque le ayudó a sentir,
I él dijo voi a morir
Por redimir el pecado.

  El bueno i el mal ladron
Le hicieron compañía
En aquel horrendo dia
Implorando su perdon,
Dímas en su corazon
Misericordia imploró,
El Redentor prometió
De llevárselo a la gloria
I lo grabó en su memoria,
Hasta que ya espiró.

  Al fin, Jestas desconfió
En ese momento aquel,
I por no creer en El
Dicen que se condenó,
I a Dímas porque creyó
Le perdonó sus pecados;
En los momentos deseados
Encontró paz i consuelo
I se encuentra allá en el cielo
Con los bienaventurados.

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El bautismo de Jesus

  Voló la humilde paloma
De su lindo palomar;
En busca del Salvador
Al mundo hubo de bajar.

  Cuando en el cielo se abrió
De la gloria por encanto,
Salió el Espíritu Santo
A la puerta i se paró.
Las potencias recibió
Del uno i trino i las tomó;
Ya cuando a salir se asoma
A dar al mundo el consuelo,
De los palacios del cielo
Voló la humilde paloma.

  Con un tan rápido vuelo
De la mansion descendió
I a Jesus lo coronó
De delicias con anhelo.
Rompió el espacioso velo
Del espacio sin parar,
Ansiosa ya de llegar
Con la nueva verdadera,
Partió como mensajera
De su lindo palomar.

  Dios esperaba la hora,
Diganme por qué será,
Para mandar desde allá
La paloma voladora.
Ella fué la anunciadora
Del pensar del Hacedor,
Que la mandó con amor
Como aquí comprenderán;
Llegó a orillas del Jordan
En busca del Salvador.

  Llena de gracia i de gloria
Se le presentó a Jesus,
Brillante como la luz
La ha mostrado la historia.
No hai en el hombre memoria
Ni nadie podrá alcanzar
Este hecho a esplicar
Del Verbo Eterno, es decir,
A enseñarnos a vivir
Al mundo hubo de bajar.

  Al fin, despues del bautismo
Sin la menor eficacia
Quedó su poder i gracia
Entre todo el cristianismo.
Visiblemente en sí mismo
Sin la culpa orijinal
Todo humano que es mortal
En su digno corazon
Recibe como por don
La bendicion celestial.

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Un milagro de Jesus

  Por un milagro divino
Cuando en el monte estuvieron
Con dos peces i cinco panes
Cinco mil hombres comieron.

Salió Jesus predicando
Desde el mar de Galilea;
Por todita la Judea
Su doctrina iba enseñando
Con cuanto amor contemplando
La obra de Uno i Trino,
Con humildad se previno
En el solemne momento,
Multiplicó el alimento
Por un milagro divino.

  Un numeroso jentío
Lo acompañó hácia el desierto,
I el Salvador como aspierto
Les mostraba su amorío.
Todos marchaban con brio
I con gozo lo siguieron.
Su fe jamas la perdieron
Desde que lo acompañaron;
Su gloria reverenciaron
Cuaudo en el monte estuvieron.

  Jesus de ver el contento
Del pueblo que lo seguia,
Ya que me hace compañía
Hai que darle el slimento.
Mandó a Pedro mui atento
Que se deje de ademanes
Es menester que te ganes,
Faumentar toda esta jente
Porque tengo suficiente
Con dos peces i cinco panes.

  Cristo se maravillaba
Dice el sagrado papel,
Contemplando al pueblo fiel
Que con amor lo rodeaba.
Dulcemente lo miraba,
Han dicho los que escribieron;
En ningún punto mintieron
Los de la divina ciencia;
Solo por su omnipotencia
Cinco mil hombres comieron.

  Al fin, Jesus lo que vió
A su pueblo abastecido,
Les dijo mi Padre ha sido
El que los alimentó.
A mí Él me permitió
De hacer lo que presenciaron;
De los restos que sobraron
Con un tan divino arreglo
A la presencia del pueblo
Doce cestas se llenaron.

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El prendimiento
DE CRISTO

  Al gran hijo de María
Al suplicio lo llevaron,
En medio de dos ladrones
En una cruz lo enclavaron.

  Cuando el Salvador del mundo
Dió principio a predicar,
Su vida fué un ejemplar
Dijo un autor sin segundo;
Fué un teólogo fecundo
I de harta sabiduría,
Los hombres con tiranía
Con una adversaria suerte,
Buscaron para dar muerte
Al gran hijo de María.

  Por su mucha santidad
Supo hacerse respetar,
E hizo apaciguarse el mar
De una horrible tempestad;
Mostró su divinidad
A los que lo acompañaron,
Su gloria reverenciaron
Toda la piadosa jente,
I a morir injustamente
Al suplicio lo llevaron.

  A Jerusalen subió
Jesus con moralidá,
Del templo de Jehová
Los mercaderes corrió;
A latigazos echó
De allí, a los Opulones,
Con inicuos corazones,
Los escribas, es decir,
Lo hicieron mártir morir
En medio de dos ladrones.

  Luego de haberlo tomado
Preso a nuestro Redentor,
Pidió el pueblo con furor
Que sea crucificado;
Pilatos con desagrado
Hizo lo que le gritaron,
De ver que le amenazaron
Con Tiberio, en aquel dia,
Con gran furia e ironía
En una cruz lo enclavaron.

  Al fin, con alma tan pura,
A aquel humilde cordero,
Cruzó cargando el madero
La calle de la Amargura;
María con gran ternura
Al encuentro le salió,
Gran pena cuando lo vió
Sintió al verlo como iba,
Dejándola pensativa
El de ella se despidió.

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DECIMAS
A LO DIVINO

  Antes que Evanjelio hubiera
Ya humanos existian
Y todos en paz vivian
Por toda la faz entera:
La Biblia fué la primera
Que en hebreo se escribió,
Al público se lanzó
Por las villas y ciudades
Y en ello de mui verdades
La creación se apuntó.

  Toda la composicion
Que fué escrita por Moises,
La corrijieron despues
Para dar esplicacion;
Jesús, el justo el varon
Las leyes perfeccionó
Varias cosas abolió
Con su infinito poder,
Y a la adúltera mujer
El fué el que la libertó.

  El Evanjelio es verdad
Que habla de salvacion,
Tambien de condenacion
Por toda la eternidad;
A la real majestad
Los pinta con su amor tierno,
Y por nuestro mal gobierno
Perdimos gracia y consuelo,
Por eso el bueno irá al cielo
Y todo malo al Infierno.

  Si Dios a la criatura
La castiga en esta faz,
No será el pues Dios de paz
Como dice, la escritura,
El es de concepción pura
Lo pruebo con toda historia
Sin perturbar mi memoria,
Os digo y nadie se asombre,
Que Dios no hizo para el hombre
Ni el Infierno, ni la Gloria.

  Dicen que un diluvio hubo
Pero no fué Universal,
Porque en el Asia Oriental
El mar en tierra no andubo,
Misericordia les tuvo
Dios, a esos habitantes
Yo en mis pájinas brillantes
Digo con ciencias pomposas,
Los que han escrito estas cosas
Se han pasado de ignorantes.

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VERSOS A LO DIVINO
SUPLICAS A JESUS

  Llorando te lo pedí
no me lo quisistes dar,
con el tiempo he de alcanzar
la grandeza que perdí.

  Amadísimo Jesus
hijo del eterno Padre,
con tu bellísima Madre
dame tu divina luz.
Santo Señor de la cruz
fuisteis a morir por mí
tarde cuando conocí
el yerro de mi delito,
i el reino de lo infinito
llorando te lo pedí.

  Conduélete Dios amado,
de mí, al verme arrepentido,
por un favor te lo pido
que perdones mi pecado.
Al ver de que te he cramado
no me dejes de amparar
dia i noche sin cesar,
te ruego de corazon,
i de mí falta el perdon
no me lo quisiste dar.

  Virjen i madre amorosa,
pídele a tu amado hijo,
que me proteja de fijo,
en esta hora angustiosa.
Sedme siempre cariñosa
que yo te sabre adorar,
nadie me hace desconfiar
de ponerme a tu presencia,
tu divina providencia
con el tiempo he de alcansar.

  Ya que eres tan bondadoso
Jesus dadme proteccion,
i échame la bendicion
para llenarme de gozo.
Vivo con paz i reposo
desde cuando en vos creí
por bueno te descojí
por justo i justiciero,
i que me has de dar espero
la grandeza que perdí.

  Al fin, reina protectora,
madre del niño divino,
haced feliz me destino
siquiera por una hora.
Eres la luz de la Aurora
que ilumina el claro dia,
sedme mi luz i mi guia
i mi único consuelo,
ampárame con anhelo
Inmaculada Maria.

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VERSOS A LO DIVINO
JESUS ES TOMADO PRESO

  Ya llevan al desgraciado
hácia el lugar del tormento,
va a dar su último aliento
en una cruz enclavado.

  Al salir del huerto santo;
lo tomaron prisionero,
aquel humilde cordero
sufrió un tormento tanto.
Sin haber ningún quebranto
permitió ser amarrado
de un gran jentio rodeado
lo llevaron por capricho:
yo entónces habria dicho
ya llevan al desgraciado.

  Primero fué a donde Anás.
el justo Dios celestial,
i desde aquel tribunal
sb llevó a donde Caifás.
Siendo que era un Dios depaz
se le aplicó el sufrimiento
con tan grande atrevimiento
renegaron de la fé,
i Cristo dijo: yo iré
hácia el lugar del tormento.

  Pilato con desagrado
le firmó la cruel sentencia
al justo Dios de la ciencia
mandó que fuese azotado.
I despues crucificado
en el madero sangriento
al que hizo el firmamento.
decian unos sayones,
en medio ce dos ladrones
va a dar su último aliento.

  El mui amante Jesús
se puso en marcha al camino,
al lugar de su destino
iba cargando la cruz.
I el sol con su pura luz
le alumbró al justiciado
con el madero cargado
marchaba el gran Soberano
murió por el ser humano
en una cruz enclavado.

  Ya llevan al desgraciado
hácia el lugar del tormento,
va a dar su último aliento
en una cruz enclavado.

  Al salir del huerto santo;
lo tomaron prisionero,
aquel humilde cordero
sufrió un tormento tanto.
Sin haber ningún quebranto
permitió ser amarrado
de un gran jentio rodeado
lo llevaron por capricho:
yo entónces habria dicho
ya llevan al desgraciado.

  Primero fué a donde Anás.
el justo Dios celestial,
i desde aquel tribunal
sb llevó a donde Caifás.
Siendo que era un Dios depaz
se le aplicó el sufrimiento
con tan grande atrevimiento
renegaron de la fé,
i Cristo dijo: yo iré
hácia el lugar del tormento.

  Pilato con desagrado
le firmó la cruel sentencia
al justo Dios de la ciencia
mandó que fuese azotado.
I despues crucificado
en el madero sangriento
al que hizo el firmamento.
decian unos sayones,
en medio ce dos ladrones
va a dar su último aliento.

  El mui amante Jesús
se puso en marcha al camino,
al lugar de su destino
iba cargando la cruz.
I el sol con su pura luz
le alumbró al justiciado
con el madero cargado
marchaba el gran Soberano
murió por el ser humano
en una cruz enclavado.

  Al fin cuando ya llegó
hácia la cima el Mesías,
a cumplir las profecías.
con gusto se preparó.
Pronto se le desnudó
de la túnica al Señor
sin pensar en su dolor
lo enclavaron al madero,
i Él les dió su adios postrero
con santo i divino amor.

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