DOS HORRENDOS CRIMENES
Una mujer que mata a hachazos a
su marido i un marido que da
muerte a palos a su mujer i a su
hijo próximo a nacer

  En Duao se ha cometido
un crímen mui sorprendente,
una mujer delincuente
a hachazos mató al marido;
Sotelo un poco bebido
un dia a casa llegó,
a Rejina amenazó
porque no le dió comida,
i ésta mui enfurecida
con una hacha lo mató.

  Mui pronto a la policia
la mujer se fué por cierto,
diciendo que habian muerto
a su marido ese dia;
la justicia por medida
previsora hizo tomar
a la mujer sin faltar
a la cual se interrogó,
i como se amenazó
tuvo allí que confesar.

  La Venegas fué encerrada
en la maldita prision
por hacer la confesion
de aquella escena malvada;
pronto será castigada
la autora enérjicamente,
así lo espera la jente
i accediendo a este deseo
irá la mujer me creo
a prision perpetuamente.

  Pasando a Talca, allí vemos,
a un tal Juan D. Muñoz
matando de un modo atroz
a su esposa lo sabemos;
este asesino entendemos
por venganza solamente
con un garrote cruelmente
le quitó por fin la vida
a su esposa mas querida,
dice el diario tristemente.

  La Ramirez se encontraba
en visperas de ser madre,
cuando Muñoz, el cruel padre,
a la mujer ultimaba;
con esto muerte le daba
a su hijo ántes de nacer
porque se ve al parecer,
según se nos asegura,
que ha muerto a la criatura
en union de su mujer.

  Finalmente, Talca espera
que este crimen tan horrendo
sea castigado, entiendo,
con mano firme i severa;
todo el pais considera
que el salvaje delincuente
no asesinó solamente
a su esposa por venganza
sino que dió sin tardanza
muerte a su hijo inocente,

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ENORME SERPIENTE
ALARMA DE UN PUEBLO
Gran combate de la sierpe con un cuerpo
de artillería. — Interesantes detalles

  Lleno de justa impresion
voi a hablar únicamente
sobre aquella gran serpiente
dando una fiel relacion.

  Tranquilo el pueblo se hallaba
cuando la sierpe monstruosa,
arrogante i majestuosa,
a la poblacion llegaba;
a todas partes miraba
con la fiereza de un leon,
mas grande que un tiburon
la cabeza se le vió,
i al verla el público huyó
lleno de justa impresion.

  Sesenta metros tenia
la serpiente mencionada,
i diré sin mentir nada
que media cuadra cubria;
en la calle no cabia
del grueso esclusivamente
solo de verla la jente
de miedo se desespera,
i sobre esta enorme fiera
Voi a hablar únicamente.

  Un cuerpo de artillería
luego envió la autoridad
a dar muerte sin piedad
a la sierpe que venia;
ésta mui enfurecida
esperó enérjicamente,
los soldados ciertamente
luego a aquel sitio llegaron
i sus armas dispararon
sobre aquella gran serpiente.

  La sierpe dando un silvido
se va sobre los soldados,
éstos mui desesperados
huyen tambien, se ha sabido;
uno cae amortecido,
los demas del batallon
desmayados con razon
cayeron todos en tierra,
i aquí mi verso se cierra
dando una fiel relacion.

  Seis cureñas, finalmente
la serpiente se tragó
i diez caballos que halló
a mano precisamente;
un granada fielmente
en su vientre reventó,
tan [fuer]te silvido dió
cuando ya se sintió herida
que cien sordos en seguida
dejó i ella se murió.

Imp. «El Debate» —S. Diego 291

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FUSILAMIENTO PRÓXIMO
DEL REO RUDECINDO GONZALEZ, JO-
SÉ DEL CARMEN OLAVE I BALDO-
MERO MOLINA. DRAMA DE SAN-
GRE EN EL MATADERO POR CELOS

  José del Cármen Olave
I Baldomero Molina
Irán a la guillotina
Por un delito mui grave.
A estos dos, bien se sabe
Se une el reo Gonzalez,
Los tres en dias fatales
Cometieron mil salteos,
I hoi morirán los tres reos
Por sus hechos criminales.

  Curicó mui consternado
Espera con sentimiento
Ver este fusilamiento
Que la justicia ha ordenado.
Los tres reos que he nombrado
Han sido facinerosos
I salteos alevosos
Han cometido talvez,
Por eso esperan los tres
Sus cadalsos afrentosos.

  La justicia, finalmente,
Cumpliendo con su deber
Hará morir al que ayer
Fué un terrible delincuente.
La bala, precisamente,
Escarmienta poca cosa,
Una prision rigurosa,
I hasta el trabajo forzado
Pondrian coto al malvado
I no la muerte afrentosa.

  Ahora hablarles espero
Sobre un drama sangriento
Que en un rato de contento
Ocurrió en el Matadero.
Donde la Olave, me infiero,
Se hallaba en grande algazara,
Blanca Castro se declara
Quien con uno enamoraba,
I a hacer lo mismo llegaba
Mas tarde un tal Luis Vergara.

  Desde que Lucho llegó
Blanca olvidó al otro amante
I con él desde ese instante
Ningún trago mas bebió.
A bailar la convidó
Muchas veces el primero
Pero Blanca con «no quiero»
Solamente contestaba
Lo que a Escobar irritaba
En sumo grado, me infiero

  Con el ponche, finalmente
Concluyó el jóven celoso
Por ponerse mas furioso
I a Blanca fué de repente
Enojado francamente
Sacó el jóven su puñal
Lucho, como es natural,
Por defender a su amada
Recibió él la puñalada
Cuya herida es mui mortal.

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BRÍNDIS PATRIÓTICO

       UN CABALLERO

  Por Rojas, Ovalle i Vera
Yo voi a brindar señores
Por ser los libertadores
De la patria con Carrera,
Martinez Rozas de Vera
Fué un patriota intelijente
Por él mui especialmente
Me beberé esta copita
I obligo a la señorita
Que es chilena independiente.

       LA SEÑORITA

  Por mi parte caballero
Por Rodriguez brindaré
I a O’Higgins recordaré
Con sus demas compañeros,
Estos patriotas sinceros
Cubiertos de dignidad
Se lanzan a la verdad
Contra el verdugo opresor
Dando a Chile con honor
Su preciosa libertad.

       UN ROTO

  Los grandes i jenerales
Hoi solo son recordados
Dejando pues olvidados
A los rotos inmortales,
Esos soldados leales
Que en Maipú precisamente
Rompieron eternamente
El yugo de la opresion,
Por ellos i mi nacion
Brindaré esclusivamente.

       UNA VIEJA

  Yo voi a brindar con pena
En esta misma ocasion
Por la gran revolucion
De nuestra patria chilena,
En Rancagua vi la escena
Que hizo el godo malvado
Cuando a O’Higgins encerrado
Lo tenian con su jente
Tratando cobardemente
Matar al noble soldado.

       UN OBRERO

  Por el dieciocho inmortal
I nuestros libertadores
Yo quiero brindar, señores,
Como chileno leal
Por ese gran jeneral
San Martin i su nacion,
Yo brindo en esta ocasion
Porque a Chile este gran hombre
Le dió honra i renombre
Con su noble guarnicion.

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DIALOGO
ENTRE UN ABSTINENTE I UN BE-
BEDOR, POR LA PROHIBICION DE
LAS FONDAS

       EL BEBEDOR

  Amigos los temperantes
Han conseguido este dia
Quitar placer i alegría
A todas los habitantes,
Por su causa los paseantes
Aunque mueran de calor
No pueden comprar licor
En nuestro Parque Cousiño
Ni celebrar con cariño
La fiesta de nuestro honor.

       EL ABSTINENTE

  Nada importa todo eso
Para el gran pueblo chileno
Peor es beber veneno
I volverse loco o leso,
Mirando nuestro Congreso
Por el bien del desgraciado
Contra el alcohol se ha ensañado
En forma mui clandestina
Para sacar de su ruina
Al borracho alcoholizado.

       EL BEBEDOR

  Pero hombre obstruyendo el vino
Ya no habrán cantos ni bailes
Tampoco misa ni frailes
Ni ningun acto divino,
Mui ridículo i cochino
Seria precisamente
Un banquete bien decente
Si no tuviese licor
I las pruebas de su error.
Le doi señor abstinente.

       EL ABSTINENTE

  Horchata, dulces i helados
Para las fiestas tenemos
I en banquetes comeremos
Guisos mui bien preparados,
Tú sabes pue los curados
Muchas veces por beber
No hacen juicio de comer
I estando en el sufrimiento
No saben lo que es contento
Ni ménos tener placer.

       EL BEBEDOR

  El placer precisamente
Solo se encuentra en el vaso
Picadito a cada paso
Canta i baila alegremente,
La barriga ciertamente
Con la horchata duele luego
Los dientes tambien te agrego
Con los dulces caen pronto
I a tí por leso i por tonto
Si me da rabia te pego.

       EL ABSTINENTE

  Me pasaria de leso
Si acaso un guachuchero
Me pegara a mí lijero,
Sin tener ningun tropiezo
Mui del grado del pescuezo
Te encuentro bien francamente,
Yo creo que el aguardiente
Ya te tiene medio loco
I al cementerio entre poco
Te conducirá demente.

       EL BEBEDOR

  Los lesos i cicateros
Solo se hacen abstinentes
Para voltearse los dientes
Con dulces los chancaqueros,
Ustedes pues caballeros
Ya estan como una petaca
Porque de plata una guaca
De los ahorros ya tienen
Porque ustedes se mantienen
Con candiales i chancaca.

       EL ABSTINENTE

  Chancaquero pero honrado
I no borracho ladron
Que roba la mantencion
Del hogar que Dios le ha dado,
Yo como un perro botado
He visto a los habilosos
Hechos tiras i rotosos
Que avergüenzan al pais
Con su marca en la nariz
Bien roja los andrajosos.

       EL BEBEDOR

  Bueno amigo temperante
Siga usted con sus leseras
I deje a los calaveras,
Tranquilos en adelante
Por lo que es este instante
Todo Chile con honor
Grita al ver el tricolor
Viva nuestra independencia
Muera, muera la abstinencia
Viva el parque i el licor.

       EL ABSTINENTE

  La tortilla bien ahumada
Este año les va a quedar
En el parque sin pesar
Al de nariz colorada
Porque es la jente honrada
Con un placer infinito
I ha escuchado el fuerte grito
Que ha llegado a los confines
De mueran los borrachines
I abajo el alcohol maldito!

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LA LLEGADA DEL DIABLO A LA
GLORIA
GRAN CONTRAPUNTO CON SAN PEDRO

  Tas, Tas — Mira, Pedro, abre la puerta
Que ya mui arrepentido
Vengo a ver mi Dios querido
En su gloria pura i cierta,
Mi alma ya casi muerta
Se encontraba, te diré,
Por eso me confesé
I el Papa me ha perdonado:
Limpio de todo pecado
Vengo a la gloria con fé.

  Pedro.—Hombre, mucho me he
                                [admirado
Que hayas dejado el gobierno
De todo el maldito infierno
Donde fuiste arrojado.
Si el Papa te ha perdonado
Te diré por darte luz
Que él por tí en ninguna cruz
Ha muerto, pues, por salvarte;
I quien puede perdonarte
Es solo Cristo Jesus.

  El diablo.—Pero el Papa autoridad
Tiene para perdonarme
I aun para condenarme,
Según sea mi maldad.
Como estoi absuelto ya
Dejémonos de esa historia,
Que ya el mundo con su escoria
He dejado mui contento;
Por este es que hoi me presento
Puro i sin mancha en la gloria.

  Pedro.— Pero tú te rebelaste

Contra el Dios que te crió,
I éste mismo te arrojó
Al infierno que dejaste.
Como ahora abandonaste
Ese infierno sin recelo
Cuando eres el rei del suelo
I a decirte luego vengo
Que a cargo esta puerta tengo
I no entrarás al cielo.

  El diablo.—Bueno que estais ente
                                       [rado
I cuando a Jesus negaste,
Por nada te condenaste
I estuvistes a mi lado.
Hoi que vengo sin pecado
Porqué no hallo compasion,

Cuando con resignacion
Mil tormentos he sufrido;
I hoi que me admitan les pido
En la celestial mansion.

  Pedro.—Miéntras yo sea portero
Tu jamas podrás entrar
En la mansion celestial
Donde está Dios verdadero.
Hacerte recuerdo quiero
Que abandonaste a Dios
Por ese mundo feroz
Donde con los condenados
Millones de desgraciados
Has atormentado vos.

  El diablo.—Pero Pedro, el pecador,
Desde que ya se arrepiente,
Encuentra precisamente
A su Dios i Creador.
Cristo ha sido el Salvador,
De los hombres, bien lo sé,
I a todo el mundo diré
Que dejo con alegría
Por ver a mi Dios, hoi dia,
Ante el cual me humillaré.

  Pedro.—Te diré que hablas en vano
Al cielo no entras tú,
Porque no tienes virtud
Ni conciencia de cristiano
A todo el jénero humano
Perdiste en el pecado
El cielo estuvo cerrado
I hasta el Cordero Divino
Murió, según me imajino
Por tí en la cruz enclavado.

  El diablo.—Por fin, Pedro, caridad
Porqué no tienes de mí,
Cuando yo he venido aquí
Solo por Su Santidad.
El mundo a verme no va,
A verme mas en su seno
De todo pecado ajeno,
Ya estoi, pues, santo varon;
I en la celestial mansion
Puedo habitar como bueno.

  Pedro.—Por fin, trato mas contigo
Yo no tendré ni un segundo
I ya puedes irte al mundo
Que Dios no será tu amigo.
Mas, condenado te digo
Que estás, i no quiero verte;
Márchate a ese abismo fuerte
Que por tu causa especial
Vino el pecado mortal
I vino el juicio i la muerte,

Es propiedad del autor.—Se prohibe la reimpresion de estas poesia
       Juan B. Peral ta
       A. Prat 840

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EL PUEBLO CONDENADO
A COMER CARNE DE CABALLO
UN NOVIO QUE SE DEJA MARCAR POR
INTERES DE CASARSE

  Se que algunos industriales
Han pedio a la Alcaldia
Se venda la carne hoi dia
De distintos animales.
Los que han hallado especiales
Son los caballos diré
De manera que de a pié
Todos despues andarán
Porque los caballos van
A subir mui bien lo sé.

  La carne de buei sabemos
Que solo la aristocracia
Comerá por una gracia
Que los pobres no tenemos.
Los que el dinero no vemos
Sufriremos el desmayo
O bien en vias de ensayo
Haremos por el momento
Nuestro frugal alimento
Con la carne de caballo.

  Por fin despues les daré
Mas datos sobre el asunto
I al pueblo daré el conjunto
De todo lo que ya sé.
El doctor Briones diré
Que es un cochino probado
Sobre la carne ha informado
Que es la mejor de este mundo
I que siendo el pueblo inmundo
Coma lo que ha detestado.

  Ahora hablaré de un peon
Que un dia se enamoró
I para esposa buscó
La hija de su patron.
Al papá que era diablón
Tibardi no se arriesgó;
Mas a la madre le habló
Que su hija le accediera
Para casarse aunque fuera
Para servir, le agregó.

  La madre le contestó
Que la razon le daria
Pero el peon a fé mia
Desesperado quedó.
Su amor a todos contó
Diciendo que iba a casarse;
Lovero al verlo jactarse
Así burlarse de él quiso
Diciéndole era preciso
Antes de todo marcarse.

  Por fin el pobre asustado
Con lo dicho se quedó;
Pero al final aceptó
Ser por su novia marcado.
Boca abajo colocado
Fué junto a una gran hoguera
La marca ya de manera
Se puso bien colorada
I caliente fué aplicada
A una i otra asentadera

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SANGRIENTO COMBATE
ENTRE GUARDIANES
I BANDIDOS
4 BANDIDOS MUERTOS

  Noticias la policia
tuvo de cierto escudron
que mui cerca del Tabon
varios campos recorrian.
Cuando en Llai Llai se sabia
la noticia, diré yo,
un gran refuerzo se armó
para irlos a apresar
i con ellos, sin pensar
un combate se libró.

  Veinte eran los bandidos
que en las Chilca se encontraron
cuando los pacos llegaron
armados i enfurecidos.
Los valientes forajidos
los atacan al momento;
la policía del cuento
los agarra entre dos fuegos
haciéndolos rendir luego
en el combate sangriento.

  Cuatro bandidos cayeron
en tierra muertos, diré;
de los guardianes no sé
si algunos tambien murieron.
Gran parte de esos se fueron
según el diario ha anunciado
pero algunos se han tomado
de los mismos bandoleros
i todos los prisioneros
sus faltas han confesado.

  En la reyerta sangrienta
ninguno retrocedió
i en ella se combatió
con gran valor, se nos cuenta.
En esa grande tormenta
murieron cuatro bandidos;
cinco fueron aprehendidos,
los otros once escaparon
i de los pacos quedaron
tambien algunos heridos

  Por fin, la justicia sigue
la pista a los que escaparon
i a los que al campo violaron
la policia persigue.
Pueda ser que los obligue
a rendirse, prontamente;
la autoridad activamente
trabaja por conseguirlo
i si consigue rendirlo
será un triunfo, francamente.

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LOS BRINDIS
PARA EL DIEZIOCHO

       UNA NIÑA

  Yo quiero brindar señores,
por nuestra emancipacion,
elojiando en mi Nacion
aquellos libertadores
que con espada de flores
un valor terrible i fierro
hicieron oir primero
de nuestra Patria querida
a la hueste que oprimia
nuestro suelo verdadero

       UN FUTRE

  Por vosotras señoritas,
brindaré al tomar el vaso,
i ademas por ese huaso
que anda con tantas huasitas,
i yo al beber esta copita
lo hago mui especialmente
por estar alegramente;
así es que de buena fé
sé que comprometeré;
a la niña que está al frente.

       UN HUASO

  Yo aunque con pocas razones
brindaré como huasito;
pero a ningún futrecito
respeto a los bofetones.
Si andan algunos leones
que vengan que aquí les pongo
i verán como descompongo
aunque venga el mas futrazo.
Se que del primer chopazo
lo hago perder hasta el tongo.

       UNA CANTORA

  Yo brindo como cantora,
con la mayor alegría
porque juro que en este dia
cantar con mi harpa sonora
hasta que llegue la hora
que el sueño haya descendido
entónces yo me abré ido
a dormir con poco susto,
i a tener un medio gusto
por mi negrito querido.

       UN BORRACHO

  Yo brindo, aunque estoi curado,
porque tengo que beber:
i ademas comprometer
la niña que está a mi lado,
de ella estoi prendado
i esto nadie me lo quita.
Al beberme otra copita
prometo de un modo espreso
dejar en la copa un beso
para mi amada negrita.

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SANGRIENTO COMBATE
ENTRE BANDIDOS I COMISIONA-
DOS
A los alrededores de Santiago

Un combate mui sangriento
hoi se acaba de librar
cerca de la capital
dentro del departamento.
Teniendo conocimiento
que por Villaseca andaba
una banda que pensaba
saltear a cierta señora
la pesquisa, sin demora
allí a sus hombres mandaba.

Seis de los comisionados
a la casa se entraron
i los otros se quedaron
por ahí cerca aguardados.
A la oración los malvados
llegan al sitio en cuestion
dentrando a la posesion,
para comenzar su obra
impidiendo una zozobra
su plan puesto ya en accion.

  Cuando los ajentes vieron
a los bandidos entrar
los quisieron atrapar
pero aquellos no admitieron.
En cambio, un gran fuego hi-
                                    [cieron
sobre los bravos ajentes,
éstos tambien mui valientes
el ataque contestaban
porque a la verdad se hallaban
armados hasta los dientes.

  Pronto tres de los bandido
rodaron tambien por tierra
pero ninguno se aterra
en vista de los heridos.
Con valor los forajidos
iempre siguen combatiendo
i un nutrido fuego haciendo
sobre, pues, sus aprehensores
con esto, los malhechores
solo se vienen rindiendo.

  Por fin, los cuatro murieron
en el combate sangriento,
sin aflojar un momento
cara sus vidas vendieron.
Los dos loros sólo huyeron.
de manera aqui precisa;
la justicia está indecisa
de encontrarlos, he sabido,
pero siempre yo le envio
aplausos a la Pesquisa.

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