Por ti perdí la razón
Desde que te separastes
Adorada prenda mia
¿Porque sólo me dejastes?

  Querida te prometí
No separarme un momento
Tu sabrás que muy atento
Contigo siempre yo fuí
Y tu amor con a frenesí
Sólo ha sido una ilusión
Te entregué mi corazón
Con cariño el mas sincero
Como amante verdadero.
Por ti perdi la razón.

  Para hacerme padecer
Me has dado tu tan mal pago
Según la cuenta que me hago
He venido a comprender
Que estás en otro poder
Y que á mi me abandonastes
Tan lueguito me olvidastes
Siendo que te supe amar
No cesando de llorar
Desde que te separastes.

  Yo no sé por qué motivo
De mi lado te retiras
Y desairada me miras
En tono despreciativo
Sin saber porqué atractivo
Tales cosas merecia
En la noche y en el día
Me encontraba delirando
Contigo siempre soñando
Adorada prenda mia.

  En un profundo dolor
De continuo me veras
Y tu tranquila estarás
Con otro dichoso amor
Jamas yo te fuí traidor
En mi gran cariño hallastes
Ingrata ya me olvidastes
Ese mal pago me diste
Y en esta situación triste
¿Porqué sólo me dejastes?

  Por fin en grave tormento
Te daré la despedida
Si te sientes ofendida
Dime la causa el tormento
Recibirás mi lamento
Con la mas justa razón
Espero contestación
Lo mas pronto perla amada
Tengo puesto, idolatrada
En tí fija mi pasión.

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  Si yo dejara de amarte,
¡Ay de mí! ¡Ay cielo santo!
La cabeza me quebranto,
El corazón se me parte.

  Se me alegra el corazón
Hijita cuando te veo
Y me dan unos deseos
De darte un buen apreton;
Quisiera sin dilación
En mis brazos estrecharte
Y mi amor entero darte
Con gusto y con alegría;
Primero me moriria
Si yo dejara de amarte.

  Una noche que te ví,
Mucho contento me dió
Y hubiera querido yo
Estar al lado de tí,
Porque siempre para mí
Tú sola has sido mi encanto
Y siendo que te amo tanto
Te haces la desentendida.
Me vas á quitar la vida,
¡Ay de mí! ¡ay cielo santo!

  El seso voy á perder
Si tu no me correspondes
Me voy no se para donde,
Loco me voy á volver.
¡Ay de mí! no sé que hacer!
¡Ay! no sé si lloro ó canto.
No te cubras con el manto
Para ocultar tu hermosura,
Porque en una noche oscura
La cabeza me quebranto.

  Siempre estoy frente á tu casa
Tambien cuando vas á misa,
Pero nunca una sonrisa
Me dirijes cuando pasas.
Sois tan tirana, malasa,
Para que no pueda hablarte,
Te vuelves para otra parte
Con aire de menosprecio
Viendo que con tu desprecio
El corazón se me parte.

  Ya me voy á retirar,
Me voy donde Dios me ayude,
Ya que conseguir no pude
Que me pudieras mirar,
Mas tarde te has de acordar
Ingrata mal pagadora
Que te quise en mala hora
Y anduve loco por tí,
¡Adios que sea feliz!
Adios, pues me voy ahora!

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  Por fuerza me has de querer
Por justicia me has de amar
Voluntad me has de tener
O el diablo te ha de llevar

  Sabrás que toda mi vida
Habeis sido mi adorada
Y que al verte enajenada
Es para mi cruel herida
No te hagas desentendida
De tan lícito deber.
Que mudes de parecer
Será funesto episodio
Y aunque reboces en odio
Por fuerza me has de querer

  Desde que me habeis brindado
Por tu propio gusto el Si
No te burlarás de mi
Como de otros te has burlado
Tengo derecho sobrado
Para poder reclamar
Asi aprenderás á dar
A uno sólo tu candor.
Si no me tienes amor
Por justicia me has de amar

  Constante me prometiste
Hacerme tu único dueño 
Yo presentaré el diseño
De la promesa que hiciste
Por vuestros labios dijiste
Que mia habias de ser
Esto puede convencer
Tan injusta variación,
Que por cuya obligación
Voluntad me has de tener.

  Y si por otros amores
Quieres dejarme á la Luna
Verás que sin duda alguna
Usaré de mis rigores.
Tú ni vuestros amadores
De mí no podrán librar,
Con todos he de arrazar;
En verdad digo y advierto
Has de ser mia por cierto
Ó el diablo te ha de llevar.

  Al fin puedes conocer
Y tendrás por de contado
Que yo he de ser tu adorado
O la vida he de perder
Nada tengo que temer
En fortuna tan adversa
Y aunque seas más perversa
Que la esposa de Sanson
Cuando nó por la razón
Me has de querer por la fuerza.

Nota: Verso publicado por Modesto, ver; El Poeta del Sur, ver y Anónimo, ver.

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  Cuando Jesús espiró
En un madero sangriento,
El sol en el firmamento
En su carrera cesó.

  Cuando Jesús Nazareno
Murió mártir en la cruz.
El sol dejó con su luz
De alumbrar el día pleno:
Se agitó el mar en su seno,
La tierra se estremeció:
Y la Judea quedó
Al sufrir tal cataclismo
Sumergida en el abismo
Cuando Jesús espiró.

  Los rios se detuvieron:
Rugieron los huracanes
Eructaron los volcanes,
Y los abismos se abrieron:
Los montes se confundieron
Abatidos por el viento
En el solemne momento
Que el Dios hijo de María
Por ridimirnos moría
En un madero sangriento.

  El brillo y sus resplandores
Todos los astros perdieron;
Las aves enmudecieron:
Se marchitaron las flores:
Perdió el iris sus colores.
La tierra su movimiento:
La luna en desquiciamiento
También dejó de brillar
Comó dejó de alumbrar
El sol en su firmamento.

  Pero la que pasó mas
Penas en aquel pueblo ingrato
Fué la chusma de Pilato
Y la pandilla de Anás.
De Heródes y de Caifás.
Pero tarde su mal vió:
De que á un Dios crucificó
Tan solo á saberlo vino
Cuando aquel mártir divino
En su carrera cesó.

  Y si algun ser sufrió
Mayores remordimientos
Fué aquel que en treinta talentos
A su maestro vendió:
Tanto su error le abatió,
Y fueron tan soberanos
Sus tormentos inhumanos
Por una traición tan ruin,
Que ahorcado murió por fin
Judas por sus propias manos.

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  Al celebrar este día
Debemos hoy recodar
Al noble Pedro Valdivia
Que nos dió gloria sin par

  De Chile el conquistador
Fué este noble Capitan
Que batalló cual titan;
Con increible valor
Para salir vencedor
De la terrible porfia
Que toda la Araucania
Tuvo por su independencia
Tendremos gran complacencia
Al celebrar este día.

  Se presentó á dar batalla
Al araucano indomable
Con coraza formidable
Y una impenetrable malla;
Hizo muy grandes hazañas
Al ponerse á contemplar
La braveza sin igual
De este español tan valiente
Con gusto muy complaciente
Debemos hoy recordar

  Cayó este noble guerrero
En manos del araucano;
Y como son tan tiranos
Lo tuvieron prisionero.
Clamaba él al mundo entero
Por la terrible perfidia,
De algunos que por envidia
No fueron á libertar
Por dejar asesinar
Al noble Pedro Valdivia.

  En Santiago un monumento
Se elevó á su memoria
Y lo proclamó la historia
Ilustre de nacimiento;
Por eso con gran contento
Debemos reverenciar
A ese hombre sin igual,
Con muy noble patriotismo
Por su grandioso civismo
Que nos dió gloria sin par.

  Muy reconocidos estamos
Todititos los chilenos
De Pedro Valdivia el bueno
Y siempre lo recordamos
En la escuela lo nombramos
Con muchísimo respeto
Porque fué tan buen sujeto
Q e hizo mucho progresar
Á Chile en su bien estar 
Con su proceder discreto.

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  Para poder celebrar
El centenario de Colon
Se tuvo que iluminar.
Del puerto hasta la estación

  La calle de la Victoria
Llena de iluminación
Se parece á la mansión
Que nos espera en la gloria;
Según refiere la historia
Un acto tan magistral
No se podrá ya encontrar
Hasta el quinto centenario,
Que vivamos es necesario
Para poder celebrar

  El cerro de la Artilleria
También se iluminará
Y así la gente estará
Con mucha más alegría;
En el mar la algaravía
Causará gran sensación
Al ver la gran procesión
Que siga a la carabela
Que celebra sin cautela,
El centenario de Colon.

  Nuestro señor Intendente,
En el templo de Colon
Hará una alocución
Con aire muy elocuente,
Casi todita la jente
Lo aplaudirán sin cesar,
No dejando de avivar
Al santuario que en memoria
De tan espiendente gloria
Se tuvo que iluminar

  Las calles ostentan tanto
Lujo, belleza y lindura,
Que uno hallarse se figura
En un delicioso encanto;
En el Espíritu Santo
Se rezará una oración
Que termine con sermón
De un padre muy distinguido
Y todos muy complacidos
Le darán su aprobación.

  Los arcos a Colon son
Tan lindos que no hay memoria
De mas bellos en la historia
De la mas grande ovación
¿Y en el mar? ¡oh admiración!
Su lindura es sin rival,
Toda la ciudad naval
Se ha transformado en jardines
Dignos de los querubiñes
De la gloria celestial

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  ¡Viva Cristóbal Colon!
En este solemne día.
En mi muy bella nacion
Reine la paz y alegría.

  La noble Reina Isabel
Y todos sus decendientes,
Que fueron tan obedientes
En armar el gran bajel
Para obtener el laurel
De una grandiosa ovación;
España la gran nación
Fué la tierra prometida,
Que dijo con alegría,
¡Viva Cristóbal Colon!

  Del convento de la Rábida
Partió este gran navegante
Con gran fe, en salir triunfante
De toda la gente impávida
Con una pequeña dádiva
Conseguida á gran porfia
Por la reina que quería
Dejar su nombre inmortal
Que siempre han de recordar
En este solemne dia.

  El puerto de Palos fué
Donde se embarcó el marino,
Que con sabio y noble tino
Y una muy grandiosa fé
Decia siempre yo sé
Que en mi noble profesión
Tendré un gran galardón,
Pues, descubridor seré
Y siento hoy que no esté
En mi muy bella nación.

  Las alhajas empeñó
La noble reina Isabel
Para laempresa emprender
Que á los dos eternizó;
Cristóbal Colon lloró
Al ver la grande porfia
Que la Reina sostenía
Con todos los envidiosos,
Que dijeron al coloso
Reina la paz y alegría

  Muy pronto se convencieron
Los viles calumniadores
Que eran tan opositores
Cuando ya se descubrieron
Pueblos que á España dieron
Riquezas una porción;
Mas pronto hicieron traición
Al grande y noble marino
Y con grillos cual indigno
Lo tuvieron en prision

       Juan Carrasco Tenorio

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