ESTRANO SUCESO
UN HOMBRE QUE DA A LUZ UN HIJO
Telegramas especiales para La Lira

  Señor autor de La Lira:
en la frontera un tal Prado
da a luz un niño barbado
i no crea que es mentira.

  El jóven en relacion
dicen que entró en amores
con un tal Calixto Flores,
hombre de gran posicion;
despues de aquella ocasion
de su entrevista se admira
Prado de la nueva jira
que su vientre va tomando,
cuya noticia le mando
señor autor de La Lira.

  A los tres meses despues
que con Flores éste se vió
el jérmen de un ser sintió
que se movia talvez,
con bastante rapidez
en su vientre delicado;
el jóven mui asustado
donde un médico marchó
i ya ve lo que pasó
en la frontera a un tal Prado.

  El médico es natural
al examinarlo dijo
que iba a dar a luz un hijo
lo que le pareció mal;
Prado de un modo infernal
se hincha tanto que alarmado
el dia ménos pensado
de puro susto abortó
i entre grito diré yo
dió a luz un niño barbado.

  El rostro era algo hermoso
de la pobre criatura
i su barba a la cintura
llegaba que es lo curioso;
para abajo era un grandioso
pescado dice la Elvira
el pueblo todo se admira
de mirarlo i con justicia
dé, pues, señor la noticia
i no crea que es mentira.

  Una matrona acreditada
al tal Prado asistió i
ella dice que él quedó
peor que una embarazada;
la poblacion alarmada
cuando desembarazó
a aquel sitio concurrió
desde la noche hasta el alba
por ver el niño con barba
que un hombré desembuchó.

       El Corresponsal.

Imp. «El Debate» —S. Diego 291

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Resoluciones del popular.
Un consejo a sus amigos

  Yo por mi gusto he jurado
Con la entrada de este año
Dejar para siempre el vicio
La mentira i el engaño

  Al mil novecientos uno
Veinticinco años yo cuento
I harán quince a que frecuento
Ese vicio inoportuno
Hai sin ver amigo alguno
Dejo ese vicio malvado
Que tantas veces me ha dado
En retorno la indijencia
I en seguir a la abstinencia
Yo por mi gusto he jurado

  Hambre, miseria i pobreza
Deja el vicio solamente
I a veces hasta el pudiente
Con él viene a la bajeza
A mí me causa tristeza
Esos recuerdos de autaño
Cuando viví en el engaño
Por lo que yo me envicié
Pero en fin remedio hallé
En la entrada de este año

  Hoi aunque algo entristecido
Digo adios a mis amigos
Los que me fueron testigos
De ese vicio maldecido
Hoi del mundo me despido
Con sano i entero juicio
Ya no quiero mas suplicio
Encontrar en los licores
Por eso juro, señores,
Dejar para siempre el vicio

  Quien quiera ser compañero
De este pobre popular
Tiene tambien que dejar
Todo el vicio por entero
Darte un consejo yo quiero
A tí pueblo en tu rebaño
Deja ese enemigo estraño
Que te trae la bebida
I olvidarás en la vida
La mentira i el engaño

  Por fin pueblo mui amado
Desde hoi te felicito
En prueba que el infrascrito
Quiere vivir a tu lado
Siendo abstinente soldado
No te haré ningún perjuicio
Siempre estaré a tu servicio
Sirviéndote con razon
I dando de corazon
Guerra eterna contra el vicio

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A mi verdadera adorada.

  El nombre, pues, de mi amante
Voi a escribirlo fielmente,
Si lo adivina la jente
Recibe un premio flamante,

  El iman idolatrado
Que vive en mi corazon
Sabe con mucha razon,
Que yo no la he olvidado,
Persuadida la he dejado
Tambaleando un medio instante
Que no soi un inconstante,
Como pruebo con presteza
Dando hasta la hoja impresa
El nombre, pues, de mi amante.

  Al traves de la distancia
Veo la imájen querida
De esa joya apetecida
Que cuido desde su infancia,
Su nombre aun con constancia
Escrito se halla en mi mente,
Endulzando eternamente
El sueño de mis amores
I ese nombre, mis lectores,
Voi a escribirlo fielmente.

  Con una e, pues, empieza,
Para mas señas, su nombre,
I prometo como hombre
Que ya verán con presteza
Retratada a la princesa;
Hablando mas cuerdamente,
Recuerdo precisamente
Una i hai que agregar,
I este nombre es de estrañar
Si lo adivina la jente.

  I viendo la adivinanza
Pronto se convencerán
Por que una i leerán
Escrita con la esperanza
Que la jente sin tardanza
Busque una s brillante
I la agregue en el instante
A las otras que he escrito
I al que dé el nombre lueguito
Recibe un premio flamante.

  Por fin, una a le falta
Solamente al nombre escrito;
Pero eso no es un delito
Para no entender la carta;
El alma mia se exalta
Solamente de pensar
Que nadie va a adivinar
Ese nombre tan querido
Pero hallarán su apellido
En el mismo popular.

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SANGRIENTO DRAMA
OTRA VEZ LOS GUARDIANES

  Un nuevo drama sangriente
Ha ocurrido últimamente
Insano es el delincuente
Que vemos por el momento.

  Ricardo Plaza, se llama
Este guardian desgraciado,
Que en la prensa ha figurado
Como víctima del drama.
La atencion mucho nos llama
Este ataque tan violento
Hecho con atrevimiento
Contra un guardian honorable,
Por eso se hace notable
Un nuevo drama sangriento.

  Plaza de faccion estaba
En la Alameda diré,
Cuando por Reveco fué
Interrogado i le hablaba.
Reveco le preguntaba
De una manera de mente
¿De qué bandera sirviente
Sois, dijo Reveco al guardian?
I este crímen ya verán
Ha ocurrido últimamente.

  Cuando Reveco esto habló
El guardian con gran desprecio
Miró de alto a bajo al necio
I nada le contestó.
Por esto mas se exaltó
Reveco precisamente
I una daga prontamente
Sacó con ajilidad,
Pero hablando la verdad
Insano es el delincuente.

  En la garganta le hundió
La daga con lijereza
I a desarmarlo ahí empieza
Cuando el soldado cayó.
Otros tres tajos le dió
Para cumplir bien su intento,
No con poco sentimiento
El público vió la escena,
I este drama causa pena
Que vemos por el momento.

  Por fin, Quiroga llegó
Al lugar lijeramente,
Donde mui valientemente
Con el loco se batió,
Porque éste cuando le vió
Con el sable del herido
Arremetió enfurecido
Contra el guardian en tal caso,
Este, dándole un hachazo,
Lo deja por fin rendido.

Es propiedad del autor.—Se prohibe la reimpresion de estas poesías
       Juan B. Peralta
       Galvez, 824

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ASESINATO
DE UN SUBDELEGADO

  Un crímen grande i monstruoso
En Chillan se ha perpetrado
Don Julio Huidobro a muerto
A un alto majistrado.

  Chile con indignacion
Comenta en estos momentos
Los crímenes tan sangrientos
Que han habido en la nacion.
Hoi, por ejemplo, a traicion
A un Juez mui prestijioso
Por cumplir de un modo honroso
Con sus deberes talvez,
Se comete en este Juez
Uu crímen grande i monstruoso.

  Esta victima inocente
Iba tranquilo a su casa
Cuando en medio de la plaza
Lo sorprende el delincuente,
Tres balazos vió la jente
Que recibió el subdelegado
I en tierra cae bañado
En su propia sangre, entiendo,
I este crímen tan horrendo
En Chillan se ha perpetrado.

  Con tres profundas heridas
Don Juan Guillermo es llevado
I en tan lamentable estado
Estuvo vivo tres dias.
No solo los homicidas
O los bandidos advierto
Hacen crímenes por cierto
Que alarman al mundo entero,
Hoi a un noble caballero
Don Julio Huidobro ha muerto.

  Vemos al criminal
De guante, tarro i levita
Si la justicia inaudita
Castiga su acto brutal.
Todo Chile en jeneral
Justicia pide indignado
En contra de aquel malvado,
Que sin mirar por su honor
Mata como salteador
A un alto majistrado.

  Por fin, don Juan Valenzuela,
Al morir dice El Chileno
Que le escribió mui sereno
A su señora una esquela
En ella mucho consuela
A la esposa desolada,
Diciendo no sientas nada
Que por tí velará Dios,
I así dándole un adios
Muere esa persona honrada.

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UNA PROFANACION INICUA

  Un jóven ecuatoriano
Sacó de la sepultura
El cadáver de su amante
Por gozar de su hermosura.

  El jóven en relacion
Queria precisamente
Casarse mui prontamente
Con una niña en cuestion.
La muerte en esta ocasion
Se presentó mui temprano
I de un modo inhumano
A la niña se llevó,
I ya verán lo que obró
Un jóven ecuatoriano.

  El jóven cuando notó
Lo que ya habia ocurrido
Al panteon enloquecido
El dicho mozo corrió.
En la noche penetró
Al cementerio aunque a oscura;
Allí lleno de locura
Sin refleccionar en nada,
El cadáver de su amada
Sacó de la sepultura.

  Con el cadáver al hombro
Luego a la calle salió
I a un cochero llamó
El profano, cual no nombro.
A éste con cierto asombro
Le dijo en aquel instante:
Mi esposa aunque no estenuante
Ahora se me embriagó;
I así en el coche llevó
El cadáver de su amante.

  Cuando ya llegó a su pieza
Tomó el cadáver señores,
I cubriéndolo de flores
Lo puso sobre una mesa.
Allí adorarlo empieza
Este jóven sin cordura,
Diciéndole criatura
Por que me has abandonado;
I así a su amante ha llevado
Por gozar de su hermosura.

  Por fin, el jóven fué hallado
Abrazado de su amada
I besando a su adorada
Permanecia inclinado.
El Chileno ha publicado
El suceso en relacion,
Por eso disculpacion
Pido al público simiento
Porque el hecho que les cuento
Es obra de otra edicion.

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HONOR A LA POLICIA DE
SANTIAGO

Honra i pres en este dia
Tribute la capital
Al gran cuerpo policial
Por su honor i valentía.

Bien a visto Chile entero
Al gran Primero Troncoso
Que de un modo valeroso
Hizo huir a un bandolero.
Martinez, guardian tercero,
Hombre de gran enerjía
Detuvo con osadía
Uno de los delincuentes;
I hai que darles a ambos valientes
Honra i pres en este dia.

Cuando Troncoso siguió
Al cínico salteador,
Valenzuela con valor
Al encuentro le salió.
Jimenez cuando le vió
De una manera brutal
Balas le dió aunque mal
Hasta darle una en la frente,
I honor al guardian valiente
Tribute la capital.

Valenzuela bien herido
Cinco cuadras mas corrió
Hasta que al fin capturó
A Jimenez el bandido.
En estado amortecido
Pues detuvo al criminal
Hasta entregarlo al final
A los demas compañeros;
Rendir honor caballeros
Al gran cuerpo policial.

Escrito ya lo anterior
Otro suceso monstruoso
Se presenta mui luctuoso
Que causa espanto i horror.
Quiroga con gran valor
Se combate en pleno dia
Con un loco que queria
Darle muerte a otro soldado,
I gloria al guardian nombrado
Por su honor i valentía.

Al fin, los bravos guardianes,
Con hechos están probando
O al ménos están mostrando
Que son valientes titanes.
Los bandidos como canes
Muerden al guardian glorioso;
Guerra a muerte i sin reposo,
Yo se que le han declarado
A Martinez el soldado
I al mui valiente Troncoso.

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ENTRE GUARDIANES I
BANDIDOS
GLORIOSO TRIUNFO DE POLICIA

  Un gran acto de heroismo
Hoi Santiago ha presenciado,
Contarles deseo yo
Tal como el hecho ha pasado.

  Por Arturo Prat a fuera
Iba el Primero Troncoso
Con Martinez el famoso
Guardian de clase tercera.
De un sitio como fiera
Hablando con laconismo
Salen dos i con cinismo
Atacan a los guardianes,
Mostrando ahí los titanes
Un gran acto de heroismo.

  Troncoso valientemente
El ataque contestó,
Jimenez al verlo huyó
A San Diego fuertemente.
El Primero alentamente
Dejando a uno arrestado
Corrió, pues, tras el malvado
Con la mayor valentía;
I esta escena en pleno dia
Hoi Santiago ha presenciado.

  Al piteo de aflijido
Salió el guardian Valenzuela
El que en vez de correr vuela
Por capturar al bandido.
Al ver esto el forajido
A dispararle empezó
Hasta que al fin le apuntó
Con una bala en la frente;
I esta trajedia evidente
Contarles deseo yo.

  Valenzuela cuando vió
Su herida con desaliento
Baciló por un momento
Pero fuerzas recobró.
Cinco cuadras mas corrió
Hasta que al fin el malvado
Sumamente fatigado
Se entregó al bravo guardian;
I esta narracion verán
Tal como el hecho ha pasado.

  Por fin, Troncoso llegó
Con toda la demas jente,
I Valenzuela el valiente
El bandido le entregó.
Agárrelo replicó
El victorioso soldado,
Por fin ya lo he capturado
Aunque herido estoi de muerte,
I en el acto casi inerte
Cayó al suelo desmallado.

Imp. «El Debate»—S. Diego 291

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LOS AMORES DE UN HUASO

  Escúcheme, señorita,
Yo mucho la quero a Ud.
Si usted no me quere a mí
Creo que me moriré.

  Señorita: le prometo
Que de sandeal un potrero
Le tengo sembrado entero
I otro de papas completo.
Yo tambien soi mui sujeto
I solo hoi una copita
Tomo por usted, mi hijita,
En prueba que soi su amigo,
I sobre lo que le digo
Escúcheme, señorita.

  Tengo caballo i montura
I una vaquita parida,
I todo se lo daria
Por gozar de su hermosura.
No crea que es travesura
Lo que hable: le diré,
Cuanto tengo le daré,
Si al fin me dice que sí,
Por que desde que la vi
Yo mucho la quero a Ud.

  Mi casa es bien arreglada,
I a quien dala yo no tengo
I en ella a usted, le prevengo,
Que nunca le falta nada.
Tengo una chacra sembrada
Que cuando la conocí
Yo solo se la ofrecí
I le prometo, aunque huaso,
Toda la despedazo
Si usted no me quere a mí.

  La obligo con un traguito
Para que me diga que bueno,
No me mire que soi moreno
Para recibirme el vasito.
Si tiene algún futrecito
Digame, la dejaré,
I no mas la embromaré;
Si es que llegase a tenerlo
Solamente de saberlo
Creo que me moriré.

  Por fin amiga, Rosita,
Por usted me desespero,
I en pocos dias me muero
Si no me quere, perrita,
Tenga lástima chanchita
De este pobre i fatal huaso
I recibame en tal caso
Aunque sea feo i malo
Este úlimo regalo
Que es un beso en este vaso.

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LAS VALENTÍAS
DEL ROTO CHILENO

  Con este puñal de acero
Ni al mismo Diaulo respeto,
Cuando me antoja lo meto
Dejando solo el aujero.

  Si algún bribon pretendiera
Deshonrar a mi nacion,
Bien recarito al bribon
Le costaba su lesera;
Si atravesar la frontera
Quisiese algún estranjero
Le aprometo al mundo entero
Que no lo conseguiría,
Porque el futre le salia
Con este puñal de acero.

  Cuando pretendió el cuyano
Pisar mi suelo sagrado
Yo dije medio asareado:
Dios libre al pobre gusano;
Con mi puñal en la mano
Yo solo aguardé al sujeto,
Con tanto enojo prometo
Que mi cuchillo afilé
I estando así les diré:
Ni al mismo Diaulo respeto.

  Una copa de aguardiente
Me tomé por travesura
I el puñal a la cintura
Me puse precisamente;
Mi raza ha sido valiente,
Dije despues en secreto,
I a ningún gaucho respeto
Con mi cuchillo afilado,
Porque cuando estoi curado
Adonde quiero lo meto.

  Los cuicos i peruleros
Ya me han tanteado las manos;
Hoi los señores cuyanos
Tambien están bullangueros;
Creo que por altaneros
Van a probarme, me infiero;
Así deseo i espero
Pegarle a un cuyano un tajo,
Porque adonde el corvo encajo
Yo solo dejo el aujero.

  Por fin, en Ñungay probé
Ser chileno i con valor
Porque sin mancha el honor
De mi patria allí dejé,
Las glorias que conquisté
Muchos tajos me costaron,
Mis enemigos volaron
Al verme solo marchar
I gracias a mi puñal
Libre en Chile nos dejaron.

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